Estas son las palabras de Tim Cook que me han llegado al alma

Estas son las palabras de Tim Cook que me han llegado al alma

El CEO de Apple, una de las personas más poderosas del mundo, ha salido hoy del armario. No es el primero que lo hace y no será el último y, en 2014, que alguien haga pública su homosexualidad se ha convertido en un tema casi aburrido. Pero hay una parte del ensayo de Cook que me ha tocado la fibra.

El CEO de Apple, Tim Cook, una de las personas más poderosas del mundo, ha salido hoy del armario.

Cook no es la primera persona que lo hace y no será la última y, en 2014, que alguien haga pública su homosexualidad se ha convertido casi un tema casi aburrido. No sólo hay personajes públicos haciéndolo de manera discreta -mencionando a su novio en las últimas doscientas palabras de una entrevista en una revista-. Cuando publicamos historias como éstas en Huffpost Gay Voices, la sección de comentarios se llena con opiniones tipo "¿A quién le importa?", o "¡No debería importarnos", o "¡Esto no es asunto nuestro!". Y esos comentarios vienen, en su mayoría, de personas gays.

Ya he defendido antes que salir del armario es importante porque cuanta más visibilidad tengan los gays, más difícil es negar no solo que existimos, sino que estamos prosperando en muchos campos de nuestra sociedad. El propio Cook afirma: "Si escuchar que el CEO de Apple es gay puede ayudar a alguien que está luchando para aceptar lo que es, o consolar a alguien que se siente solo, o inspirar a la gente para que defienda la igualdad, entonces merece la pena decirlo a costa de mi privacidad"; y yo creo que en algún sitio, alguien (o muchos) se sentirán inspirados por su decisión.

Pero la parte del ensayo de Cook que en realidad me ha tocado la fibra mientras lo leía esta mañana han sido estas simples palabras: "Ser gay es uno de los mayores regalos que Dios me ha dado".

Admito que soy un poco blando (ponme un tráiler con una canción de Enya de fondo y acabaré como una magdalena), pero leer que alguien defina ser gay como "un regalo" me llega al alma, ya que con demasiada frecuencia oigo a la gente decir que nuestra condición no es relevante o no debería importar.

Algunos piensan que para conseguir los mismos derechos de los heteros tenemos que exagerar lo parecidos que somos. Y, por supuesto, lo somos. Y muchos gays no quieren otra cosa que vivir una vida llena de monogamia, matrimonio, hijos, una hipoteca, la crisis de la madurez, un lío con el becario monín de la oficina y así sucesivamente.

Pero para mí, ser gay siempre ha significado que yo era diferente y que mi diferencia me ha hecho especial. La primera vez que escuché la palabra marica, yo tenía cinco ingenuos años y acababa de hacer un striptease para nuestro barrendero. Me llamó marica, y en vez de sentirme ofendido o herido (como debiera), me emocioné porque pensé que la palabra significaba "extraordinario".

Cuando crecí, ser marica se convirtió en una especie de maldición. Me empujó escaleras abajo en el instituto. Me hizo escribir cartas a Jesús pidiéndole que me hiciera puro e íntegro (es decir, hetero). Pero cuando finalmente acepté quién soy (en parte gracias a otros que, como Cook, habían salido del armario o siempre habían estado fuera) me dí cuenta de que mi homosexualidad era un tesoro.

Cook señala: "Ser gay me ha dado una comprensión más profunda sobre lo que significa estar en una minoría, y me ha abierto una ventana a los desafíos que afrontan cada día gente de otras minorías. Me ha hecho más empático, lo que me ha llevado a una vida más rica. Ha sido duro e incómodo a veces, pero me ha dado la confianza para ser yo mismo, para seguir mi propio camino, para elevarme por encima de la adversidad y la intolerancia". Y estoy de acuerdo con él. Además, para mí ser gay también ha supuesto desafiar las nociones preestablecidas sobre sexo, sexualidad y género, y trabajar activamente para ayudar a derribar esas definiciones rígidas que hacen a la gente infeliz, insatisfecha e incapaz de alcanzar su plena humanidad.

Ser gay es un regalo por las posibilidades inherentes a nuestra otredad. Sinceramente, creo que podemos y seremos los que ayudemos a marcar el comienzo de nuevas formas de entender nuestra humanidad. Como siempre hemos circulado fuera de los esquemas tradicionales e institucionales, podemos y tenemos que empujarnos a nosotros mismos y a nuestros hermanos y hermanas que no son gays a desafiar lo que nos han dicho sobre el sexo, el amor, las relaciones, las familias, la creatividad, el arte y otros grandes asuntos, y eso significa que, con suerte, algún día nos liberaremos de las etiquetas que plagan nuestra sociedad y que están arraigadas en nuestra dependencia de esos esquemas.

Cook también dice: "Parte del progreso social es comprender que una persona no se define sólo por su sexualidad, raza o género. Yo soy un ingeniero, un tío, un amante de la naturaleza, un loco del fitness, un hijo del Sur, un fanático de los deportes, y muchas otras cosas". Si bien estoy de acuerdo con él hasta cierto punto -por supuesto, como Walt Whitman tan bellamente lo expresó, contenemos multitudes-, yo diría que mi homosexualidad es un factor primordial en la definición de lo que soy. ¿Cómo podría no serlo? Afecta cada parte de mi vida e hizo de mí lo que soy hoy.

Como para Tim Cook, ser gay es para mí un regalo. Y para ti. Deja de decirte a ti mismo y a los demás que no importa, que no es importante, que no hay que preocuparse. Deja de decirte a ti mismo y a los demás que para tener los derechos que merecemos simplemente por estar vivos necesitamos callarnos o censurarnos. Deja de decirte a ti mismo y a los demás que somos como todos los demás. Nuestros antepasados homosexuales, los que lucharon en Stonewall y marcharon en Washington y fueron detenidos y golpeados y asesinados por ser gays, no estaban luchando para que pudiéramos ser como los demás. Nunca hemos sido como todo el mundo, y espero que nunca lo seamos.

Ser gay importa.

Por supuesto, algunos lo considerarán una afirmación radical. Y mucha gente (homosexuales y no homosexuales) no estarán de acuerdo conmigo. Y está bien. Y te prometo que el día glorioso en que la revolución llegue y seamos conscientes de qué hermosa, profunda y trascendental es nuestra homosexualidad, no voy a decir "te lo dije", porque, en el fondo, tú ya lo sabías.

Tú ya lo sabes.

Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de HuffPost Gay Voices y ha sido traducido del inglés.