Enredos en la tercera fase

Enredos en la tercera fase 

Que este anciano figurín, famoso economista dentro de un orden, se alíe con Vox y equipare a Sánchez con Franco ya es de diván.

Ramón Tamames, posible candidato a encabezar la moción de censura de Vox, en una imagen de archivo.Ricardo Rubio/Europa Press via Getty Images

O en la enésima, según se cuente. Desde que Mariano Rajoy perdió la moción de censura la política española se ha vuelto absolutamente fascicular. Y también espasmódica. Parece que hay en ella dos mundos paralelos que no se tocan ni en el infinito y más allá.

Uno es el mundo de lo real, los hechos, las estadísticas, los presupuestos, también el de los tropiezos y el de la gestión adolescente en manos de aficionados, activistas del asalto a las nubes, que son gaseosas, y creyentes abducidos por los nuevos ‘ismos’…Y el otro plano es el de la fantasía, la irrealidad, los bucles de las ‘fake’, la ‘verdad alternativa salida de la demencia del trumpismo sin complejos ni vergüenzas. Y, por cierto, que la aparición de los globos chinos sobre los cielos occidentales y otros objetos no identificados ya han despertado la cuestión de los extraterrestres.

“Pero los extraterrestres están entre nosotros; son esos que parece que viven en otros mundos distintos al nuestro…”, zanja un pragmático profesor harto de tanta ‘trampa e infantilismo’. No es muy académico en el consejo, aunque sí muy gráfico en cuanto a “las crisis cargadas por la dinamita de la estupidez”, entre los dos socios del gobierno. “Quien se acuesta con niños amanece meado”.

"La verdad es que todos estos problemas de penúltima hora que acosan a Pedro Sánchez estaban pronosticados"

En política no suele haber casualidades angélicamente casuales. Igual que los discursos ‘improvisados’, que como decía sir Winston Churchill son los que más trabajo dan prepararlos. La verdad es que todos estos problemas de penúltima hora que acosan a Pedro Sánchez estaban pronosticados in illo tempore con una altísima probabilidad de acierto.

El olfato no les falló a los escépticos de la juntanza, que hasta previeron, casi al milímetro, el desarrollo de los acontecimientos. Eso sí, no acertaron en lo relativo a las capacidades tácticas, y estratégicas también, del temerario presidente pero experto trapecista incluso sin red.

"Desde la escisión del PSOE que dio lugar a la creación del PCE, los comunistas españoles han tenido al socialismo por su peor enemigo"

Cuando fracasaron los intentos de formar un gobierno de centro izquierda liberal entre el PSOE y Ciudadanos, y se puso en marcha el ‘plan b’ con hierros, metales, quemadores y ropa vieja, esta crisis estaba escrita. Dentro del partido socialista, que es un partido que forma parte del sistema, que lo ha construido, a muchos se les revolvieron las tripas; no hay recuerdos buenos en su interior cuando se mira al pasado; por su lado esquinado, la galaxia ‘Podemos’ y sus partes son antisistema: “es imposible que la cosa acabe bien”, decían, y hasta exclamaban algunos históricos.

Con un agravante: la declaración de fe comunista y marxista leninista de los dirigentes más significativos de la formación morada daban una pista: desde la escisión del PSOE que dio lugar a la creación del PCE, los comunistas españoles han tenido al socialismo por su peor enemigo. Y a la viceversa, en justa y preventiva correspondencia. Hasta ahora pocas veces han errado los anticomunistas socialdemócratas, empezando naturalmente por la vieja guardia que vivió la ‘gran traición’ de Carrillo, las puñaladas traperas en la guerra, y los odios en el antifranquismo.

El ‘caso Tamames’ es uno de los afloramientos de ese conflicto ‘guadiana’ que no acabó con los abrazos en la Transición ni con el retorno carrillista a la ‘casa madre, “aunque no me arrepiento de haber sido comunista”, confesaba, ni con el reconocimiento del fracaso real del comunismo ideal. Que este anciano figurín, famoso economista dentro de un orden, se alíe con VOX y equipare a Sánchez con Franco ya es de diván. O de un ego que desborda todos los límites del razonamiento y de la moral. Víctor Díaz-Cardiel, histórico pecé, lo pinta en El Español: “Santiago Carrillo le diría hoy a Tamames: ‘Ramón, eres un gilipollas’. “Solo una vanidad enfermiza – agrega en titulares- explica que se preste a representar a quien dice que Sánchez es peor que Franco”. De todas formas este trasvase no es insólito: hay más casos de mudanza y travestismo en tiempos confusos, cuando se tiene frío y se ha perdido el abrigo.

Los hechos ‘probables’, guerrillas, putaditas, confrontaciones para marcar diferencias, se agravaron en el ejecutivo con las luchas internas que fragmentaron al movimiento ‘de los indignados’ confiscado por un grupo de alquimistas de laboratorio de la ‘Complu’ a partir de los hervores del 15-M. La apropiación de un tsunami social tan multicolor, con tantos padres y madres, hizo aflorar las contradicciones y las peleas de poder y por el liderazgo para llevarse las mejores porciones de la tarta. La marcha de Errejón fue la dramática punta del iceberg. También fue un palo la aparición de Manuela Carmena, reina libre y de los libres. Y la vida propia de las ‘nacionalidades’. Todo eso fue llevando al rotundo fracaso electoral de las ‘mareas’ gallegas y otras regionales, con alguna excepción, como los ‘comunes’ de la ambigua Ada Colau en Cataluña/Barcelona.

Además, está el coste de la alianza con los separatistas catalanes y con los herederos de una ETA que, gracias a la Guardia Civil, la Policía, los jueces y los fiscales, y el pueblo unido, ya no existe. Es historia pasada. Y si bien Sánchez ha conseguido partir al bloque independentista catalán, poniéndole el RIP al ‘procés’ y a todo aquello, el recuerdo empaña la actualidad. La normalización del País Vasco y los pasos adelante dados en Cataluña para reponer la cordura constitucional y europeísta, no han logrado anular los efectos secundarios de tan extraños compañeros de cama, sobre todo en el vaporoso campo de la imagen y los sentimientos.

"Ahora el tiovivo está en pleno movimiento en las ferias del voto que se acercan"

A todo lo cual hay que añadir el oportunismo de la derecha radicalizada para pasear a las víctimas del terrorismo en cada víspera electoral. Ya lo advertía Pascal: ‘Razones tiene el corazón que la propia razón no entiende’. El corazón, las emociones, en el mejor de los casos, o el impulso de la maldad o el hígado en los demás.

Ahora el tiovivo está en pleno movimiento en las ferias del voto que se acercan. A pesar de que al líder del PSOE le quedan algunos ases en la manga, la presidencia semestral de la UE, las excelentes perspectivas económicas, la actividad internacional, hay incidencias no previstas que desvían la atención del programa, programa, programa.

Tenemos por ejemplo la llamada ‘ley del solo sí es sí’, un lema con indudable gancho y retentiva. Pero que mirada con técnicas de buceo no aporta nada. Solo el nombre con el que es conocida: ‘Ley Montero’, muy conveniente para el currículum. Y es innecesaria – las carencias podrían haberse solucionado de otra forma más técnica, profesional y multidisciplinar, estudiando a fondo los efectos adversos y atendiendo a los consejos de los expertos juristas - porque la primacía del consentimiento expreso en las relaciones sexuales está reconocida ya en el Convenio Europeo de Estambul de 2011, asumido por España y vertido en el ordenamiento jurídico europeo desde 2014. “El consentimiento debe prestarse voluntariamente como manifestación de libre arbitrio de la persona...”. Etcétera.

Una sentencia, la de ‘la manada’, luego anulada por el TS, como otras miles de diferentes temas y casuísticas, no debe ser argumento principal y casi único para cambiar una ley por ovarios o cojones sobre tema tan complejo y de tantas aristas.

Hay otra ley, la del ‘bienestar animal’ que, muy propiamente, entra en el campo de la animalada. Tengo que reconocer que al principio pensé que muchas de sus estipulaciones eran coñas en la red. Clásicas técnicas para el enfurruñamiento civil. Pero no. El ‘animalismo’ se ha convertido en una fuente del derecho que está escalando las más altas cimas de la extravagancia. Que pueda darse el caso, Sanidad y los psiquiatras no lo quieran, que matar una rata sea delito, no es normal. O sea, es subnormal. Como ese debate digno de un monólogo de Manolo Vieira en el club de la comedia sobre si los perros pastores pueden pastorear o no o los perros policías pueden salvar vidas o no.

"El PP aprovecha para el reparto de leña a discreción una cosa y su contraria. ¡Hasta se ha vuelto feminista y proabortista!"

La reunión de excéntricos y de grupos minoritarios no suma: ahuyentan. Expulsan votos a chorros. La explosión incontrolada de leyes primavera, esperpento del buenismo adanista, sean estas, la de Universidades de Subirats-Pingarrón, y otras que tal bailan, es el mayor peligro para el ‘sanchismo’. Y el desenlace está comenzando a pintar mal, tirando a fatal. El ridículo es un arma letal.

Porque, encima, el PP aprovecha para el reparto de leña a discreción una cosa y su contraria. ¡Hasta se ha vuelto feminista y proabortista! Claro, también estaba contra el divorcio y los matrimonios homosexuales y ahora es campeón en estas disciplinas.

Y en medio Vox, que ha echado a la ‘virtus’.

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Empezó dirigiendo una revista escolar en la década de los 60 y terminó su carrera profesional como director del periódico La Provincia. Pasó por todos los peldaños de la redacción: colaborador, redactor, jefe de sección, redactor jefe, subdirector, director adjunto, director... En su mochila cuenta con variadas experiencias; también ha colaborado en programas de radio y ha sido un habitual de tertulias radiofónicas y debates de televisión. Conferenciante habitual, especializado en temas de urbanismo y paisaje, defensa y seguridad y relaciones internacionales, ha publicado ocho libros. Tiene la Encomienda de la Orden del Mérito Civil.