Del 'zapping' al 'binge', la televisión continua

Del 'zapping' al 'binge', la televisión continua

El 'zapping' fue la expresión de la fascinación que los espectadores tenían por una televisión de multitud de canales a los que accedían con su mando a distancia. El 'binge' mantiene la misma fascinación, pero en este caso es para zamparse varios episodios seguidos de una serie.

Un término nuevo se cuela en el argot de la televisión: binge. Es la expresión que se utiliza cuando uno declara darse un atracón de capítulos de su serie favorita.

Del zapping al binge hay una distancia enorme. ¿Qué ha pasado entre estos dos puntos?

El zapping fue la expresión de la fascinación que los espectadores tenían por una televisión de multitud de canales a los que accedían con su mando a distancia.

El binge mantiene la misma fascinación, pero en este caso es para zamparse varios episodios seguidos de una serie. ¿He dicho varios episodios seguidos? Sí, es la televisión que ofrece temporadas completas dejando el ritmo del consumo al usuario. Estamos en la era de internet.

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El hecho de que se acuñe un término nuevo, propio de un nuevo comportamiento, es la mejor constatación de que estamos en otro sitio. Y este sitio lo protagoniza lo que podríamos llamar la televisión continua.

Espacio televisivo continuo. La TV ya está disponible en todas las pantallas. Y las pantallas están presentes en todos los estadios de nuestra existencia, cada una con su personalidad. El móvil para momentos cortos, la tableta para un poquito más largos, en casa la televisión grande, para sesiones continuadas. Y todas permiten acceder no sólo a las emisiones lineales, sino también a los programas ya emitidos en la modalidad a demandaVideo On Demand (VOD). De esta manera, al igual que antes lo hiciera la telefonía o la música, hemos conseguido crear espacios de consumo continuos.

Contenidos continuos. No podría ser de otra manera en el paisaje anterior. Los programas de televisión se diseñan pensando en este espacio continuo con dos referencias: primero, extender a lo largo de toda la semana la duración de las propuestas; segundo, alimentar de contenidos los diferentes entornos en propuestas racimo. Dosis semanales y contenidos en fragmentos para adaptarse a cada pantalla, a cada tiempo y lugar de consumo. ¿Móviles? novedades y buzz de redes sociales (Twitter, Facebook...), ¿tabletas y PC? concursos online, reportajes, webisodios... Estrenos de series, retransmisiones deportivos y realities espectáculo quedan reservadas para la pantalla grande, la del espacio y tiempo todavía principal.

Usuarios continuos. Así llegamos al tercer protagonista del nuevo panorama televisivo. El usuario, que dejó de ser espectador, activa su consumo en la modalidad que prefiera. Gestiona este espacio continuo de propuestas totales a su antojo. Dispone de sus dispositivos y los combina como si fuera un disc-jockey con todas las opciones que tecnología y productores le facilitan. Es una auténtica fiesta. Entra en las conversaciones de la llamada tv social. La televisión nunca había sido tan divertida, accesible y total.

Y ahora volvemos al binge o atracón de consumo televisivo. No es el zapping de los años 80, expresión de la vida fragmentada y variada que definió nuestro postmodernismo. No es el salto continuo de propuesta en propuesta que incluso empujó el término zapping a un universo todavía más frenético como fue el surfing. Estamos ante otro comportamiento. El de sumergirnos en propuestas diseñadas para la inmersión completa. Bienvenidos al nuevo espacio televisivo. Es continuo.