¡Eres un mentiroso! Cómo tratar e identificar a los que mienten

¡Eres un mentiroso! Cómo tratar e identificar a los que mienten

Son perfectamente conscientes de lo que hacen y saben diferenciar entre el bien y el mal. Pero antes de reconocer que mienten, revientan. No se trata de una enfermedad, sino de una fea costumbre que juega con la ética y la falta de respeto hacia los demás.

No hay mayor mentira ni más dañina, que la de engañarte a ti mismo. Y esto es lo que hacen los mitómanos y mentirosos. Mitómano viene de "mitos" que significa mentira en griego. Los mitómanos falsean la realidad, llegan incluso a creerse sus propias mentiras y no valoran en muchos casos las consecuencias de las mismas. No debemos confundir a los mentirosos con las personas afectadas por trastornos psicológicos y psiquiátricos relacionados con la alteración de la realidad.

Estamos rodeados de personas mentirosas. Los motivos pueden ser diferentes:

  • Por inseguridad. Las personas necesitan tener un papel que desempeñar, un rol con el que sentirse "algo" y cuando no lo tienen, se lo inventan. Se basan en la premisa de "lo que represento es lo que soy". Se inventan partes de la personalidad, experiencias y contactos que nunca han tenido con el fin de impresionar y sentirse importantes. La mentira permite pertenecer a un grupo en el que quieren que se les reconozca y acepte.
  • Necesidad de reafirmarse: todos sueñan con cumplir sus objetivos, sus deseos, pero éstos no siempre se convierten en realidad, ya sea por falta de esfuerzo, por falta de talento o por cualquier otra circunstancia. Muchas personas elaboran una imagen de sí mismos que representa un estatus o un nivel socioeconómico que nada tiene que ver con la realidad, pero con el que les gustaría sentirse identificados. Interpretan que este estado les abrirá más puertas en la vida y les permitirá relacionarse a otro nivel.
  • Porque no les gusta sus vidas y necesitan vivir una realidad alternativa. Sueñan despiertos y tanto se meten en sus sueños que terminan por creerse parte de ellos. Llegan incluso a confundir fantasía con realidad. El peligro es que también hacen partícipes a sus amigos y familiares de esta fantasía, y pierden mucho tiempo y estrés intentando que no se les descubra. Su vida fingida es la vida que les gustaría vivir, y en lugar de invertir el esfuerzo en luchar por ella, se dedican a inventarla. La ley del mínimo esfuerzo. Dado que mezclan información real con fantasía, a veces no es tan fácil pillarles y tienen confundida a mucha gente.
  • Porque se han acostumbrado a vivir en la mentira. Se sienten a gusto mintiendo, no suelen pillarles y son unos artistas del embuste. Invierten mucho tiempo en hacer encajar las mentiras, para que cada una case con la otra o con la parte de verdad que todavía existe. Y por supuesto, niegan sistemáticamente que mienten, haciendo sentir confusos y mal a los demás. Suelen ser personas muy convincentes, con carisma, aduladores, inteligentes y con capacidad de manipulación.
  • Por evitar una discusión. No les gusta que les controlen y no saben si lo que van a hacer o han hecho será del agrado de quien les pregunta. Así que deciden mentir con tal de evitar conflictos.

Las mentiras de los mitómanos pueden colar como reales. Inventan parte del escenario y lo mezclan con la parte que sí es real. Por eso cuesta mucho desenmascararlos.

Son perfectamente conscientes de lo que hacen y saben diferenciar entre el bien y el mal. Pero antes de reconocer que mienten, revientan. No se trata de una enfermedad, sino de una fea costumbre que juega con la ética y la falta de respeto hacia los demás.

Pero ser un mentiroso tiene graves consecuencias, no solo con la imagen que terminas teniendo de ti mismo, sino con cómo afecta a la relación con las personas que te rodean.

El propio mitómano, cuando miente, puede llegar a sentirse mal y sin control, avergonzado cuando se le pilla, triste porque necesita ser otra persona o vivir otra realidad pasa sentirse pleno, incluso una mala persona incapaz de comportarse según los valores que diferencia entre lo que está bien y lo que está mal.

Además, el mentiroso, proyecta una imagen de fanfarrón, mentiroso o pobre desgraciado, que por supuesto nunca suma para ser una persona fiable para los demás. Y la fama ya sabemos lo que pasa con ella, "cría fama y échate a dormir", que una vez que alguien te cuelga la etiqueta, te cuesta la vida modificar la imagen que la gente se ha hecho de ti.

La persona víctima de la mentira pierde la confianza. La confianza tarda muchísimo en construirse, y una vez que se rompe es dificilísima de volver a recuperar. No hay palabas suficientes para rehabilitarla, hacen falta los hechos.

Otra consecuencia de sufrir o vivir a un embustero es la ansiedad. Convivir con un mentiroso es convivir con la inseguridad. No sabes si te va a fallar, si te va a dejar tirado, si te a va ser fiel y leal o si simplemente lo que te dice es lo que es. Muchas de las personas que viven con mentirosos, terminan por desarrollar conductas de "espía" que les permitan comprobar si les están mintiendo o no. Así que controlan los móviles, los correos electrónicos, y toda la información que reciben del mentiroso, la ponen en entredicho. Necesitan constantes pruebas de realidad.

¿Cómo actuar con ellos?

  • Lo primero es plantearte si esa persona es realmente importante para ti. Si no lo es, empieza a distanciarte. Si ha cogido la fea costumbre de engañar, no terminarás por entablar una relación basada en la sinceridad y honestidad. Se acostumbran a mentir y terminan por normalizarlo en sus vidas.
  • Si por el contrario, la persona mentirosa es alguien al que quieres, no le permitas ni una. Alguna vez he visto en la pareja comentarios del tipo "es que me da pena descubrirlo, se va a sentir fatal". Si no lo descubres, la persona que terminará sintiéndose fatal serás tú, y cada vez la bola será mayor y el nivel de desconfianza irá in crescendo. Dile que sabes que está mintiendo, por pequeño que sea el detalle, y que te encantaría conocer la verdad.
  • Haz hincapié sobre la necesidad de mantener una relación de confianza y sinceridad, como un pilar fundamental entre dos personas. La confianza da seguridad y la seguridad, permite mantener una relación más libre, sin control. Habla de forma clara sobre la importancia de la sinceridad, de las consecuencias negativas de mentir en vuestra relación y dile que no es algo que tú vayas a negociar.
  • Si a pesar de todo, sigue mintiendo, debes ser tú la persona que tome decisiones. Decide si quieres convivir con alguien que te engaña, ofrécele ayuda como puede ser una psicoterapia. Si se trata de tus hijos, tendrás que decirles que mentir conlleva un castigo.
  • Cuando un mitómano haga el esfuerzo de decir la verdad, refuérzalo mucho. Dile lo importante que ha sido para ti su sinceridad. En el caso de la que la verdad suponga algo que te moleste, no te "dispares". Si en ese momento te enfadas, tu mitómano sacará conclusiones como que no vale la pena decir la verdad porque el coste emocional del enfado lo supera. Lo que te moleste díselo, pero en otro momento y de forma amable.
  • En cuanto a los hijos, educa en valores. Refuerza no solo las conductas sinceras, sino todos los episodios de dibujos animados donde presencies que se dice la verdad, o las películas infantiles. Haz comentarios del tipo "qué maravilla, le ha dicho la verdad a su mamá, ese niño es genial". Y cuando sean tus hijos los sinceros, a pesar de que la verdad no te guste, házselo saber con comentarios del tipo "a pesar de no compartir contigo lo que ha ocurrido, te agradezco mucho el que hayas sido sincero conmigo".
  • Elimina etiquetas del tipo, "qué mentiroso eres" porque además de no sumar, estarás proyectando la imagen de lo que no quieres que sea.

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