El discurso del papa en el Congreso de EEUU demuestra a qué tradición religiosa pertenece

El discurso del papa en el Congreso de EEUU demuestra a qué tradición religiosa pertenece

Decir que el papa trasciende la cuestión política sería mentir. Cuando se le preguntó sobre su inclinación política en el avión que salía de Cuba, Francisco insistió: «Estoy seguro de que nunca he dicho nada que se salga de la doctrina social de la Iglesia, yo sigo a la Iglesia y en eso no creo que me equivoque». Después de escuchar su discurso en el Congreso, no me cabe duda de que es un partisano.

WASHINGTON, USA - SEPTEMBER 24: His Holiness Pope Francis is given a standing ovation after speaking to a joint session of the United States Congress at the U.S. Capitol in Washington, USA on September 24, 2015. (Photo by Samuel Corum/Anadolu Ag...Anadolu Agency via Getty Images

En su intenso discurso del jueves por la mañana en el Congreso de los Estados Unidos, el papa Francisco dejó que su autoridad moral hablara en nombre de la compasión por la inmigración, en nombre de la urgencia por el cuidado de la Tierra y en nombre del diálogo y de la paz en lo concerniente a asuntos externos y a relaciones interreligiosas. Y condenó al complejo militar industrial poniendo el énfasis en la preocupación por los más pobres.

Mencionó la importancia de los seres humanos en todas las fases de la vida, y lo utilizó como pretexto para hablar de la pena de muerte. Habló de su interés especial por la familia, y lo aprovechó para expresar su deseo de que los jóvenes tengan la capacidad de soñar.

Fue un discurso muy bonito y emotivo para estos últimos. Sin embargo, creo que ya podemos poner fin a la idea de que este papa no se decanta por una postura política. Lo que demostró claramente qué siente el papa Francisco no fueron solo los temas de los que habló, sino también los estadounidenses a los que se refirió.

El papa basó la dirección de su discurso en el testigo espiritual de Abraham Lincoln, Thomas Merton, Martin Luther King y Dorothy Day.

Una nación puede considerarse grande cuando defiende la libertad como lo hizo Lincoln; cuando alberga una cultura que permite a la gente «soñar» con la plenitud de derechos, como pretendía Martin Luther King; cuando lucha por la justicia y la causa de los oprimidos, como hizo sin descanso Dorothy Day; cuando transforma el fruto de la fe en diálogo y siembra la paz al estilo contemplativo de Thomas Merton.

Estos cuatro iconos cristianos progresistas entrelazaban sus profundas convicciones espirituales con su deseo político de justicia, paz e igualdad.

No se mencionó a Billy Graham ni a ninguna de las otras muchas figuras religiosas a las que comúnmente se asocia con la rama más conservadora del pensamiento cristiano. Lo que es especialmente sorprendente es que el papa Francisco ignorara a otros católicos a los que podría haber incluido en su discurso para referirse a Dorothy Day, que era abiertamente afín al socialismo. Que se la incluyera en el discurso me hizo plantearme si hay una canonización a la vista.

No cabe duda de que el papa Francisco es un partisano. Nunca apoyaría al Partido Demócrata de Estados Unidos, no solo por su postura en los temas del aborto y el matrimonio gay, sino también por la falta de interés que han demostrado los demócratas por la pobreza. Pero decir que el papa trasciende la cuestión política sería mentir. Cuando se le preguntó sobre su inclinación política en el avión que salía de Cuba, Francisco insistió: «Estoy seguro de que nunca he dicho nada que se salga de la doctrina social de la Iglesia, yo sigo a la Iglesia y en eso no creo que me equivoque».

Como todos sabemos, cada religión tiene sus tradiciones. Tras el emotivo discurso del papa Francisco en el Congreso de los Estados Unidos, está claro a qué tradición pertenece el papa.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'El Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno.