Hey, nadie piensa en ti

Juntos de la mano se nos ve por el jardín.... La ciudadanía quiere un pacto. Justo lo que no va a pasar a corto plazo. Hoy hemos asistido a una extraña no sesión de investidura. "Una pantomima"; "una hora y cuarto perdida"; "ahora empieza la cuenta atrás"; "pues Rivera estaba reaccionando así al discurso de Sánchez"; "fíjate Rajoy, comiendo chicle y no ha tomado ni una nota para que no parezca que es el líder de la oposición, que sigue siendo el presidente en funciones". Los comentarios de sus señorías en los pasillos siguen sin incluir una mínima reflexión a lo que la gente espera de ellos.

Pese al intento de Pedro Sánchez de ligar la necesidad de diálogo con el cambio encargado por los votantes para hacer un "Gobierno del Bien Común", las fuerzas políticas han seguido enfrascadas en qué hay de lo mío. En lugar de preguntarse qué es lo que quiere y necesita el personal que les ve por la tele o les sigue en las redes.

Se extiende el sentimiento de que los nuevos ya son como los viejos. Que si Irene Montero ha movido el sitio a Carolina Bescansa, que cómo se carcajean los malotes del colegio Álvaro Nadal (jefe de la oficina económica de Moncloa), Jorge Moragas (jefe de gabinete de Rajoy), Tomás Burgos (secretario de Estado de la Seguridad Social) y José María Lassalle (secretario de Estado de Cultura) en sus escaños escuchando a Pedro Sánchez.

Irene Montero, Iñigo Errejón y Pablo Iglesias en la sesión de investidura

Justificarse les resulta fácil. "Hoy estreno sitio como todos" dice la jefa de gabinete de Pablo Iglesias, quitando importancia a haber desplazado a la fundadora de Podemos a la bancada de detrás. "No nos reíamos de alguien en concreto sino de que una persona que ha hecho del insulto personal y el desprecio a 7 millones de votantes del PP su norma, venga hoy aquí como el abanderado del diálogo. Uno cree en la coherencia antes y después de la campaña, no trabaja la coherencia en función de sus intereses" aduce en su defensa Tomás Burgos.

Tardan más en procesar la pregunta de ¿qué creen que estarán pensando los ciudadanos sobre que formar gobierno les resulte misión imposible?

Moragas se toma unos segundos antes de contestar: "Los ciudadanos dirán 'que se pongan de acuerdo', unos tendrán miedo a que Podemos pueda entrar en el Gobierno. Aunque yo creo que cada vez hay más gente que asume que puede haber elecciones".

En el PP los deseos y la realidad se confunden. Para Cospedal "los españoles piensan que el señor Sánchez debe dejar de bloquear la situación". El secretario de Estado con las Cortes, José Luis Ayllón, dice "que piensan que esto es un fracaso de Pedro Sánchez y lo que ha pasado le inhabilita para seguir siendo candidato porque no ha conseguido juntar los escaños necesarios".

En la línea oficial está también Fernando Martínez Maillo: "Pensarán que el que estaba en la tribuna no quiere dialogar. Nosotros en cambio si que queremos dialogar". El ministro Margallo se pone lírico: "A lo que hemos asistido es a un ejercicio inútil que solo conduce a la melancolía como decía Ortega y los ciudadanos tienen las mismas dificultades que tenemos nosotros para entender lo que hemos visto hoy".

No será por falta de ganas, al menos eso pretenden hacernos creer. Sobre el papel todos expresan una disposición enorme a pactar y son los de enfrente los que no quieren. Esta visión de la jugada es común a los distintos partidos. En lo que difieren es en las reglas con las que se desarrolla la partida.

Podemos espera la revancha después de que le hayan ganado la primera mano. "La gente ve que no es lógico meter en el mismo acuerdo a Ciudadanos y al PP y además que nosotros apoyemos. Esto a lo que hemos asistido es una representación", considera la portavoz adjunta de Podemos, Irene Montero.

Un poco más realista con lo que se respira en la calle es el diputado Eduardo Maura: "Entiendo que hay deseo de que se forme gobierno y de no ir a elecciones y también en este parlamento hay mayorías posibles para formar un proyecto potente. Es una pena que no logremos formar gobierno aunque sigue abierta la posibilidad". Un discurso coincidente con la mano abierta que Iñigo Errejón a pesar de lo caústico que ha estado al definir a Sánchez como "presidente por un día".

Una pregunta sencilla que parece mentira lo que cuesta responder: ¿Qué pensará la gente? Juan Carlos Monedero, referente intelectual de Podemos dice que "cuando los españoles votaron, no tenían presente el comportamiento del PP y la disposición del PSOE a gobernar con Ciudadanos, que es la derecha. La ciudadanía sabe hoy más que el día de las elecciones". El portavoz de Compromis, Joan Baldoví, que en pocas semanas se ha hecho un hueco en el Congreso lo tiene más meditado: "La gente estará decepcionada si al final no hay gobierno. Pero un gobierno no se forma con un pacto entre dos con cheques en blanco y luego apelando a los demás para que se sumen, y no precisamente en igualdad".

La bancada del grupo popular durante la intervención del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez

Por alusiones. Los dos partidos protagonistas de la investidura, toman la palabra. José Manuel Villegas, alter ego de Albert Rivera, no pierde la esperanza: "La gente está ilusionada con la posibilidad de que haya pacto, pero se quedarán perplejos si no se consigue porque lo que buscan es que los políticos se entiendan". La negociadora socialista Meritxell Batet se defiende contra las numerosas críticas de que la investidura sea un teatro. "Para nosotros, esto no ha sido una pantomima. La ciudadanía necesitaba a alguien que abordara esta situación y emprendiera las soluciones. Nosotros hemos hecho el esfuerzo. Sin este candidato, el camino sería imposible. El fraude es no hacer nada".

Más allá del éxito de la empresa, este primer acto de la investidura ha permitido visualizar que las distintas posiciones siguen buscando un encaje y que nada está cerrado. Todo es posible.