Juana de Arco en zapatillas

Juana de Arco en zapatillas

Kathrine Switzer se rebeló ante la norma de que las mujeres no podían inscribirse en maratones, y se convirtió en la primera que completó los 42,195 metros. Fue en Boston, en 1967, pero no se lo pusieron fácil: el director de la prueba, Semple Jock, se abalanzó sobre Kathy.

Cuentan los libros de historia que Juana de Arco lideró ejércitos y que fue todo un ejemplo de valentía. En el siglo XV, que una mujer llevara la voz cantante en una campaña militar era casi tan complicado como ver 500 años después a una corredora cruzando la línea de meta de una maratón. Entre ambos hitos, el devenir de la historia ha visto numerosas mujeres luchando por la consecución de la igualdad de género.

El mundo del atletismo también ha tenido, como decimos, a su particular Juana de Arco: se llama Kathrine Switzer. Ella se rebeló ante la injusta norma de que las mujeres no podían inscribirse en maratones, y se convirtió en la primera que completó los 42,195 metros. Fue en la Maratón de Boston, en 1967, pero no se lo pusieron fácil: sobre el kilómetro 5 un fotógrafo que iba en el camión de los periodistas avisó de la presencia de una mujer en la carrera. Enseguida, el director de la prueba, Semple Jock, se abalanzó sobre Kathy. Ése es el momento que quedó inmortalizado en una de las fotos más famosas que existen de las maratones, una instantánea muy icónica de la lucha de género.

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Switzer en la maratón de 1967 en Bostón. Foto: Getty Images.

Tuve la suerte de conocer a Kathrine el pasado abril, el día antes del atentado en la Maratón de Boston. Me firmó el dorsal que llevaría al día siguiente en la carrera. Casi no di importancia a su dedicatoria. Hasta que ese 15 de abril que quedará para siempre grabado en nuestra memoria, en medio del caos que se produjo por la explosión de dos bombas, miré por casualidad lo que había escrito: "Rafa, no tengas miedo", ponía. Aquello me dio una fuerza especial. Y, desde entonces, tenemos un vínculo especial y compartimos un bonito proyecto.

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Switzer y yo en Boston en 2013.

Hace unos días recibí un correo suyo: "El martes que viene estaré en Madrid, Rafa". No me lo pensé e, inmediatamente, compré los billetes de tren para estar con ella. Una visita relámpago que nos dejó un maravilloso almuerzo y esta conversación sobre mujeres, igualdad, maratón y superación.

¿Qué siente alguien que ha luchado tanto por la igualdad al ver cómo en una maratón llegan cada vez más mujeres a la meta?

Es maravilloso, porque cada una de ellas ha tenido una experiencia diferente. Correr una maratón es como la vida. Y ver a tantas mujeres que viven esta experiencia es una sensación de logro increíble. Es muy gratificante porque sé que eso les cambia la vida de forma muy positiva.

¿Por qué cree que la mujer está cada vez más orientada al running?

La maratón es un desafío para todo el mundo. Y las mujeres lo hacen muy bien porque tienen una resistencia muy alta. No nos preocupa ser rápidas o ser competitivas. Pero todas somos capaces de superar la distancia de los 42 kilómetros. Y cuando una mujer lo consigue nos inspira porque cambia su vida. El talento está en todas partes, sólo necesita una oportunidad. Si lo creas, llega el éxito a cualquier nivel. Así que tanto si eres principiante, como si nunca has corrido o si no eres una atleta olímpica, tú podrás conseguirlo si tienes la oportunidad.

¿Qué fue lo que la empujó hace 46 años a desafiar las leyes establecidas y correr una maratón?

Lo que me motivó a correr por primera vez en 1967 fueron dos cosas: una, había oído hablar de la maratón y siempre la quise hacer, porque parecía algo muy heróico para mí. La segunda razón fue mi entrenador. Era un hombre de 50 años que vivía para la Maratón de Boston cada año y me contaba grandes historias acerca de esta carrera. Él me inspiró y me preparó para que la hiciera. Así que cuando corrí en Boston fue como un reto para mi entrenador, que no creía que una mujer pudiera correr esa distancia. Pero me dije: si se lo demuestro en los entrenamientos, me llevará.

¿Era consciente de que estaba abriendo una nueva vía hacia la igualdad de género?

En el momento en que fui atacada en la Maratón de Boston mi primera reacción fue de pánico. Estaba preocupada porque el director de la carrera estaba fuera de sí. También sentía vergüenza, porque él me humilló delante del resto de participantes, delante de la televisión, de las cámaras. Entonces, 60 segundos después, cuando me di cuenta de lo importante que podría ser ese momento, me dije a mí misma que tenía que acabar la carrera. Porque si no la terminaba todo el mundo pensaría que a las mujeres no se les debe permitir, no merecen estar ahí, y nunca más tendríamos una oportunidad. Así que tenía que acabar la carrera.

¿Lo volvería a hacer?

Es difícil repetir la historia. Así que ¿haría lo que hice en Boston otra vez? Sí, absolutamente. Sabiendo todo lo que ocurrió lo volvería a hacer. Pero sabiendo lo que sé ahora, como una mujer más mayor, creo que yo hubiera sido algo más inteligente y cautelosa. Tomé la salida de la Maratón de Boston como una mujer ingenua, pero la acabé como una mujer diferente.

¿Qué les dirías a las mujeres que se plantean correr una maratón?

Sólo poner un pie delante del otro puede traeros recompensas increíbles. El mayor reto que te puede dar fuerza y no temer a nada. Y la maratón es un gran reto que puedes hacer. Así que pon un pie delante del otro, únete a nosotras el 30 de marzo en la Maratón 261 de Mallorca y disfruta de uno de los mayores retos de tu vida.

Así que la próxima primavera tendremos una nueva oportunidad de comprobar cómo las mujeres se siguen superando, gracias a esta particular Juana de Arco que luchó por la igualdad. Sin arco, pero con sus zapatillas de correr puestas.