Fukushima: 5 años después todavía no hay final a la vista

Fukushima: 5 años después todavía no hay final a la vista

Japón sigue llorando a sus víctimas pero, por desgracia, el desastre no terminó ahí y más de 146.000 personas que vivían en los pueblos cercanos se vieron obligados a evacuar. De ellas, 100.000 siguen sin volver. Los niveles de radiación siguen siendo altos en algunos lugares y el Gobierno no lo dice. Por esto, es necesario recordar a todos que el desastre nuclear continúa y es interminable.

Fue tal día como hoy cuando un tsunami, provocado por un terremoto de nueve grados, sacudió Japón. 15.894 personas murieron y 2.561 todavía permanecen desaparecidas, una tragedia que no se puede olvidar.

Japón sigue llorando a sus víctimas pero, por desgracia, el desastre no terminó ahí y más de 146.000 personas que vivían en los pueblos cercanos se vieron obligados a evacuar. De ellas, 100.000 siguen sin volver. He podido comprobar, de primera mano, estos días que he estado en Fukushima, que los niveles de radiación siguen siendo altos en algunos lugares y que el Gobierno no lo dice. Por esto, es necesario recordar a todos que el desastre nuclear continúa y es interminable.

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Hace apenas dos semanas que he estado junto con la tripulación del Rainbow Warrior, con un equipo de expertos y compañeros y compañeras de Greenpeace en Japón y de todo el mundo. Estábamos cerca de la escarpada costa de Fukushima, con condiciones meteorológicas nada favorables y tratando de preparar la investigación sobre los efectos en el medio marino de la contaminación radiactiva tras el desastre nuclear de Fukushima Daiichi, del que ya hace exactamente cinco años hoy.

Tal y como explicaba en este mismo espacio hace dos semanas, el ex primer ministro de Japón, Sr. Naoto Kan, también estuvo a bordo y, tras la agonía y la experiencia de estar en primera línea ante un suceso de esta magnitud, ha pasado de ser un partidario de la energía nuclear, a ser un firme opositor.

Las cosas no han cambiado mucho, sólo ha pasado el tiempo por ellas, cinco años exactamente. En el entorno a la central nuclear de Fukushima Daiichi, se ve en casi el mismo estado desastroso; y en pueblos abandonados como Iitate y Namie, cientos de miles de bolsas con residuos radiactivos a lo largo de las calles y en las cunetas de las carreteras.

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Algunas cosas han avanzado en la zona, una de ellas la conciencia de la gente, y es ahora, cinco años después, cuando vamos a poder conocer la auténtica verdad sobre lo que ocurrió. Tres ex altos cargos de TEPCO han sido acusados por la fiscalía por no haber adoptado las medidas de seguridad adecuadas en Fukushima Daiichi, a pesar de ser conscientes del riesgo de un tsunami de esas características. Y a pesar de que se afirma que TEPCO cubre los costes de la limpieza, la realidad es que son los contribuyentes japoneses los que han estado pagando la factura que casi alcanza los 100 mil millones de dólares.

Pero no se trata sólo de Fukushima, también está Chernobil. Hace 30 años que sucedió el accidente de Chernobil y el coste humano, ambiental y económico continúa aumentando. No debe pasar un día más sin que tomemos la decisión de desterrar la energía nuclear y construir un presente con energías renovables, con energías seguras. En Fukushima y en Chernobyl se continuará causando un inmenso sufrimiento humano, pero no tiene por qué continuar pasando en ningún otro lugar.

En España no deberíamos esperar a que ocurra un accidente nuclear. El próximo Gobierno debería actuar de forma responsable y establecer un calendario de cierre para no dar nuevas licencias a las centrales nucleares, empezando inmediatamente por Garoña, la más vieja y peligrosa, y tomar las medidas necesarias para hacer posible un sistema energético 100% renovable. Prolongar la vida de las centrales nucleares sólo favorece a los intereses de las eléctricas.