Cuatro toneladas de explosivos para hacer volar el Parlamento por los aires

Cuatro toneladas de explosivos para hacer volar el Parlamento por los aires

Brunon K. es un ejemplo del terrorismo que nos espera y que no esperábamos. Personas solitarias, meticulosas, con formación, aparentemente normales, pero con mentes psicópatas que combinadas con pensamientos radicales potenciados por el odio llevan a la aparición de lobos solitarios asesinos.

La sociedad polaca está dividida entre personas tolerantes, viajadas y leídas por una parte y personas que consideran que el país está alejándose de sus raíces católicas y valores tradicionales. Está división es común a muchos otros países, y como en muchos otros países, el rechazo a los otros provoca la aparición de personas de tendencias radicales, quienes a veces se organizan, como Amenecer Dorado en Grecia, y otras deciden actuar por su cuenta, como Anders Breivik en Noruega.

El 20 de noviembre la Fiscalía hizo pública la detención de Brunon K., de 45 años, profesor de la Universidad de Agricultura de Cracovia, quien pretendía atentar contra el Parlamento polaco. Para ello se hizo con una cantidad total de cuatro tonelas de explosivos obtenidos en las minas del sur de Polonia y en Bélgica a través de internet. Además, disponía de armas y munición para llevar a cabo su ataque. Su intención era cargar un vehículo con los explosivos, situarlo en las inmediaciones del Parlamento y detonarlo. Cuatro toneladas de explosivos son capaces de derribar los edificios colindantes al lugar de la explosión.

Los servicios secretos polacos le detuvieron antes de que pudiera llevar a cabo su plan. El día de su detención, el 9 de noviembre, ya disponía de los explosivos y detonadores necesarios, a parte de las armas, pero quería crear una célula terrorista. Los investigadores le detectaron a través de internet, gracias a las compras que realizaba y a sus comentarios en foros. Empezaron a vigilarle e incluso le siguieron en su visita a Varsovia en la que buscó el mejor lugar en el que explosionar el vehículo. También corre el rumor de que fue su mujer, también profesora universitaria en Cracovia, quien informó a la policía del plan de su marido.

La Fiscalía ha comunicado que la intención del detenido era hacer volar por los aires el Parlamento un día en el que estuviera presente el presidente y el primer ministro. De esta manera pretendía liberar a los polacos de la lacra de extranjeros y judíos, quienes, según Brunon K., realmente gobiernan el país. Es decir, tenía motivaciones xenófobas, nacionalistas y antisemitas. Esto hace pensar inmediatamente en las similitudes entre este individuo y el noruego Breivik. La diferencia fundamental en este caso es que la policía y los servicios secretos polacos, a pesar de no ser Polonia un país con actividad terrorista, han sido capaces de detectar los movimientos de Brunon K.

Brunon K. es profesor académico. Sus alumnos le describen como una persona seria, poco comunicativa pero amable, que nunca se ponía nerviosa ni gritaba pero exigente con los perezosos. Vestía informal; tejanos y zapatillas deportivas. Le faltaban dos dedos de una mano y todos los de la otra. Los había perdido justamente durante un experimento con explosivos. Nunca hablaba de política, ni con sus alumnos ni con sus compañeros de trabajo.

Sus vecinos le describen como un buen padre de familia. Tiene dos hijos, uno de ocho años y otro de 9. Nunca había dado ningún problema. Aunque también es verdad que no se solía relacionar con nadie de su escalera más allá del "Buenos días".

Brunon K. es un ejemplo del terrorismo que nos espera y que no esperábamos. Personas solitarias, meticulosas, con formación, aparentemente normales, pero con mentes psicópatas que combinadas con pensamientos radicales potenciados por el odio que destilan algunos medios de comunicación, partidos políticos y determinados ambientes sociales, llevan a la aparición de lobos solitarios asesinos.