Londres: En el Soho se aprende más observando que bailando

Londres: En el Soho se aprende más observando que bailando

El Soho de Londres es ese lugar donde te quieres perder y hacerlo supone entrar en todos y cada uno de sus pubs, tiendas de música, restaurantes y, por qué no, sus salas de cine X. Es muy turístico, pero si sabes moverte disfrutarás de un Soho más mundano, real y a la vez oscuro.

El Soho de Londres es ese lugar donde te quieres perder y hacerlo supone entrar en todos y cada uno de sus pubs, tiendas de música, restaurantes y, por qué no, sus salas de cine X. Es el distrito gay de Londres (diríjanse a Old Compton Street) y fue la zona cool de la ciudad antes de que Shoreditch (y Hoxton, y Hackney Wick, y...) lo aplastaran con la llegada masiva de creativos, nuevos diseñadores, músicos de tono independiente, IT girls y demás trendy stuff. El Soho es muy turístico, pero si sabes moverte disfrutarás de un Soho más mundano, real y a la vez oscuro. El espacio considerado como el Soho londinense abarca desde Regent's Street por el Oeste a Charing Cross Road al Este y limita al Norte con la comercialísima Oxford Street y al Sur con la impronunciable Shaftesbury Avenue. Justo en el cruce entre las calles Charing Cross Road y la impronunciable se encuentra una de mis tiendas de música favoritas: Fopp (Earlham Street).

Recuerdo pasear por Dean Street, una de las vías del Soho, y toparme con el ex de The Rascals, Miles Kane -y pareja de baile de Alex Turner en The Last Shadow Puppets-, tomándose un café en la terraza de una cafetería. Puro Soho. Del mismo modo que era común ver a la difunta Amy Winehouse pateando sus aceras a altas horas de la madrugada. De quedarme con un pub, elijo The Carlisle Arms en Bateman Street. Más de un cumpleaños -incluyendo el mío propio- se han celebrado ahí. Pub pequeño, no apto -o no mucho- para turistas. Aquí se viene a beber pintas y escuchar buena música. En invierno cuenta con una chimenea para calentarse. Aviso: la camarera -una de ellas-, repleta de tatuajes puede ir más borracha que tú. El baño es pequeño, sucio y huele mal. Como debe ser en un pub tradicional inglés (no de esos que han sido adquiridos por cadenas y franquicias más grandes e intentan dárselas de tradicionales). La decoración es muy british e invita a la conversación, a una de esas que surgen tras tres o cuatro pintas, como la que tuvo lugar cuando rapté a dos londoners de pura cepa y me los llevé a este pub. Ella, Emma, él, Ronan. Salieron a cuatro patas.

  5c8b605e240000f404a48eab

Restaurante La Bodega Negra en el Soho de Londres. Foto: Where theres will.

Y es que si el Soho más comercial y turístico cuenta con Carnaby Street en su vertiente Oeste, el Soho más cool tiene lugares como La Bodega Negra, un restaurante mexicano -del que se ha visto salir a Kate Moss, Kylie Minogue o Jeremy Clarkson- escondido en el interior de un Sex Shop. Y ya que menciono éste, justo enfrente hay otro local de nombre LAB (London Academy of Bartenders) donde hacen unos cócteles -espectáculo incluido- que merecen mucho la pena ser catados. El Soho tiene un sinfín de bares, pubs, teatros, salas de conciertos, y hasta un pequeño parque, Soho Square, en el noreste, donde relajarse o sentarse a hacer un picnic cuando el tiempo lo permite. Y hablando de comer, uno de mis restaurantes favoritos en el Soho es Princi. Qué maravilla. Qué sabores. Es rápido. Y no es desorbitadamente caro. Además, su decoración con mesas altas adheridas a una pared de la que sobresale una fuente de agua en constante movimiento da un toque refrescante para un local en el que cualquiera de sus pizzas o la parmigiana de berenjenas son una verdadera delicia. De postre, uno aquí, en Princi, y otro en L'eto Caffe en la misma calle, Wardour Street. Sus tés, de decenas de sabores, serán el mejor digestivo.

  5c8b605f360000a61b6cecc8

L'eto Caffe. Foto: Raúl G. Serra.

Después de la comilona, nada mejor que dejarse llevar por sus calles. Enciende el iPod, pon algo de los Strokes, o mejor, de los Clash. Entra en todas y cada una de sus tiendas, pregunta, lee y mira, sobre todo mira, porque en el Soho se aprende más observando que bailando. El Soho no tiene edad ni reglas, es un barrio donde siempre está pasando algo.