Fiesta de colores en el mar oscuro

Fiesta de colores en el mar oscuro

Corales marinos en Shaab Maksur, Mar Rojo, Egipto.Getty Images

Hace dos años encontraron en el mar Rojo a más de 50 metros una gran variedad de corales con coloraciones amarillas, naranjas y rojas. Los corales necesitan luz para vivir, porque se alimentan de la fotosíntesis que llevan a cabo unas algas minúsculas, las zooxantelas, que albergan en su interior. Entonces, ¿cómo es posible que puedan vivir los corales a más de 100 metros de profundidad?

Según se iba conociendo más de estos animales, más interrogantes surgían sobre su forma de vida, por ejemplo, dentro de lo que llamamos "luz" existen diferentes colores o longitudes de onda, y se sabía que la luz azul es utilizada para la fotosíntesis. Las zooxantelas viven dentro del tejido de los corales y la luz azul no penetra dentro de este tejido aunque sí lo hace la luz roja. Los colores de los corales corresponden a pigmentos de estas microalgas, porque los corales son blancos debido a su esqueleto de Carbonato Cálcico. Por tanto, estos corales profundos poseen zooxantelas, ahora la pregunta es: ¿cómo pueden captar éstas la luz en esas zonas donde están prácticamente a oscuras?

Asimismo, también se conocía que los corales producen proteínas fluorescentes para proteger a las zooxantelas de la luz solar, principalmente de la radiación ultravioleta.

Con estas informaciones previas y experimentos realizados en laboratorio con muestras de corales sometidos a diferentes tipos de luz es posible obtener una respuesta a este interrogante: existen indicios de que los corales profundos utilizan una proteína fluorescente para convertir la luz azul, que es la que llega a esos fondos, a una luz con una tonalidad naranja-roja, que penetra a través del coral para llegar a las zooxantelas.

Pero la comparación realizada entre los corales a menos profundidad y los que habitan a más fondo demuestra que las proteínas fluorescentes son diferentes a nivel bioquímico y óptico. Y esto significa que la mayoría de los corales que viven en fondos a poca profundidad no estarían adaptados a las condiciones de luz de aguas más profundas y no sería una escapatoria para evitar el blanqueamiento del coral que está sucediendo de forma vertiginosa en los últimos años.