Integración, educación y oportunidades laborales para apartar a los jóvenes de la radicalización

Integración, educación y oportunidades laborales para apartar a los jóvenes de la radicalización

En las sociedades que giran en torno al trabajo y al consumo, la vida laboral se convierte en la fuente más importante de reconocimiento social. Si la gente joven, que remodela su identidad en los viajes migratorios, no tiene oportunidades reales de conseguir trabajo o recibir educación, buscará el reconocimiento de otra forma.

Refugees from the Middle East are silhouetted against the setting sun as they walk on railway tracks from Serbia, in Roszke, Hungary, Sunday, Aug. 30, 2015. Migrants fearful of death at sea in overcrowded and flimsy boats have increasingly turne...ASSOCIATED PRESS

La serie de atentados terroristas que han tenido lugar últimamente ha repercutido de distintas maneras en los refugiados, los trabajadores humanitarios y los periodistas.

El trabajo humanitario, al que se consideraba tan valiente y patriótico hace un año escaso, ahora se condena. Las organizaciones humanitarias se están convirtiendo en el objetivo del odio y de las difamaciones de la propaganda incitada por él.

Las acusaciones contra las organizaciones de ayuda humanitaria suelen ser inventadas. La imaginación no tiene límites durante las campañas electorales; probablemente eso explique por qué acusaron a Cáritas de comprar iPhones para los solicitantes de asilo en Austria.

Los refugiados siguen sufriendo tras las últimos ataques. Por un lado, los partidos de izquierda siguen presentándolos como débiles y desamparados. Por otro lado, los partidos de derechas y la prensa sensacionalista los presentan como criminales. Ambas narrativas son ensordecedoras y hacen que sea prácticamente imposible para los solicitantes de asilo presentarse como individuos autónomos.

Mientras tanto, no les ha sido fácil comunicarse con los residentes de sus países de acogida, debido a la distancia entre las zonas de asilo y el centro de las ciudades. Además de la paranoia generalizada, lo peligroso es que se están creando mundos paralelos.

La llamada "radicalización" no es un problema importado; se crea aquí, en Europa.

Esta serie de sucesos también está afectando a los periodistas y a la forman en la que eligen cubrir lo que sucede. Tras el asesinato de un sacerdote en la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, cerca de Ruan (Normandía), los medios de difusión franceses decidieron que ya no publicarían fotografías ni datos personales de los asesinos.

Quizá sea algo irresponsable centrarse únicamente en el momento del crimen y en la crueldad del mismo. En su lugar, debería adoptarse un enfoque biográfico, y el núcleo de la cobertura periodística debería estar en intentar proporcionar un contexto y una explicación para lo sucedido.

No quiero decir que haya que presentar a los asaltantes como si fueran las víctimas ni que haya que justificar sus crímenes. Pero sus deseos de recibir atención póstuma pueden darnos mucha información sobre la necesidad de reconocimiento social que tenían en vida. La mayoría de los criminales vienen de familias que no son especialmente religiosas.

La llamada "radicalización" no es un problema importado; se crea aquí, en Europa. Y, normalmente, llega a través de vídeos de YouTube, de la mano de radicales que predican el odio.

Se debería fomentar la comunicación entre los solicitantes de asilo y la comunidad local desde el día uno.

En las sociedades que giran en torno al trabajo y al consumo, la vida laboral se convierte en la fuente más importante de reconocimiento social, especialmente en el caso de los individuos marginados. Si la gente joven, que remodela su identidad en los viajes migratorios, no tiene oportunidades reales de conseguir trabajo o recibir educación, buscará el reconocimiento de otra forma. Y, en unas circunstancias determinadas, podría buscarlo perfectamente en un ejercicio religioso dogmático.

Entonces, ¿cuál es la solución?

En primer lugar, hay que educar más en los colegios, y se necesita una forma de evaluar los cambios que experimentan los jóvenes. Los terroristas suicidas no son la única preocupación, también lo son las violaciones que, en ocasiones, cometen los refugiados jóvenes y que incomodan enormemente a las entidades supervisoras.

En segundo lugar, se debería fomentar la comunicación entre los solicitantes de asilo y la comunidad local desde el día uno y, preferiblemente, en forma de alojamientos a pequeña escala, en vez de en edificios de apartamentos.

Por último, como los jóvenes están pasando por un periodo de reconstrucción de la identidad, independientemente de que sean inmigrantes o no, tienen que ser capaces de encontrar reconocimiento social y aceptación a través de la educación, la formación profesional o las actividades significativas.

Este post fue publicado originalmente en la edición alemana de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.