12 signos que indican que ya has pasado la crisis de los veintitantos

12 signos que indican que ya has pasado la crisis de los veintitantos

Con 22 años empecé mi blog sobre los veintitantos. Ahí hablaba sobre borracheras, pellas, problemas de dinero, fiestas y, otra vez, borracheras. Al pasar los 25, escribía menos sobre alcohol y más sobre no saber lo que quería en la vida. Después, con veintimuchos, empecé a escribir sobre bodas, pantalones de chándal, vino, trabajo, ejercicio y ahorros para el futuro.

Smiling businesswoman in officeHero Images via Getty Images

Ya llevo cuatro años escribiendo sobre tener veintitantos años. Empecé cuando tenía 22. Por aquel entonces, escribía sobre emborracharse, saltarse las clases de la universidad, no tener dinero, salir de fiesta, y otra vez sobre emborracharse. Al pasar los 25, escribía menos sobre emborracharse y más sobre no saber lo que quería en la vida. Escribía sobre amistades fugaces, sobre no tener dinero, la confusión con respecto a la vida profesional y sobre quedarme en casa en vez de salir. Después, con veintimuchos, empecé a escribir sobre bodas, pantalones de chándal, vino y sobre ser mánager, hacer ejercicio y ahorrar para el futuro. Espero no estar aburriendo a nadie.

Gracias a mi blog, he documentado todos los cambios por los que he pasado desde los 22 a los 27 años. El gran tema que he tratado durante estos años es la "crisis de los veintitantos", que es la crisis de ese periodo de la vida en el que ya eres un adulto, pero no te sientes realmente como un adulto y ya no sabes lo que quieres hacer con tu vida, así que entras en un estado de confusión y depresión.

Hace poco, cuando cumplí los 27, me di cuenta de que ya había pasado la crisis de los veintitantos. Era verdad: toda esa ansiedad, confusión y tristeza que había experimentado durante los últimos años se había esfumado. Está bien, es broma, esas cosas no desaparecen... pero por fin entendí que esos sentimientos nunca van a desaparecer. Forman parte de ser adulto, y lo acepto. Cuando lo acepté empecé a sentirme adulta por primera vez y fue en ese momento cuando me di cuenta: ya había pasado la crisis de los veintitantos. Tuve otra confirmación cuando vi que no me molestaba el hecho de que se hubiera acabado.

Aquí podrás leer 12 signos que indican que probablemente tú también hayas pasado la crisis de los veintitantos:

1. Los maduritos te parecen más atractivos que los universitarios. Los zorros plateados te gustan más que los zorros rojos.

2. Ya no te sientes incómodo ni demasiado joven en el trabajo. Sientes que tienes la edad perfecta, o incluso te sientes un poquito mayor.

3. Ya no te preguntas dónde deberías comprarte la ropa. Eso ya lo sabes. Ahora el problema es que no puedes permitirte comprar en ninguna de esas tiendas.

4. Siempre te pones la misma ropa para salir. Antes nunca repetías modelito, pero ahora tienes la ropa de salir, que te pones, literalmente, cada vez que sales. A veces innovas algo, pero la ropa de trabajo ha invadido tu armario y no vas a salir con esas pintas.

5. Ya no te molesta que a nadie le apetezca salir nunca, porque a ti tampoco te apetece. Al menos, no como salías antes. ¿Discotecas llenas de niñatos de 20 años y menores de edad con DNIs falsos? No, gracias.

6. Ahora consideras que salir a cenar y a tomarse algo es salir. Y por eso acabas de darte cuenta de que sí que sigues saliendo.

7. Prefieres aprovechar el fin de semana en vez de desperdiciarlo estando de resaca. Tienes dos días para dejar todo hecho. Y no puedes dejar que una resaca te impida dejar algo sin hacer. Por no hablar de que tu metabolismo ha desaparecido en combate y ya no puedes comer cuando bebes ni comer cuando tienes resaca como antes. También necesitas hacer ejercicio. Envejecer es duro, pero mantenerse en forma merece la pena.

8. Has aceptado que tienes que hacer planes con antelación si quieres ver a tus amigos, y te gusta. Se acabaron los mensajes de "¿qué hacemos esta noche?" en las conversaciones de grupo los viernes. Ya sabes lo que vas a hacer, ya sea salir o tumbarte en el sofá. Esto de hacer planes con antelación hace la vida mucho más fácil.

9. Piensas más en el futuro que en el pasado. La universidad se acabó. Te lo pasaste bien. Muy bien. Pero no ya no se te cae una lagrimilla por lo mucho que la echas de menos. En vez de eso, se saltan las lágrimas al pensar en el futuro, porque, bueno, da miedo. Y con "futuro" no me refiero al plan del fin de semana que viene. Me refiero a comprar una casa, tener hijos... SOCORRO.

10. Te enfada haber gastado en alcohol durante los años anteriores un dinero que podrías haber metido en tu cuenta de ahorro. Ahora que has empezado a pensar en el futuro, te das cuenta de que estás jodido. ¡MALDITO SEAS POR NO HABER AHORRADO NADA PARA EL FUTURO, YO DEL PASADO!

11. Pensar en casarte ya no te echa para atrás. De hecho, hasta te gusta. Como si incluso pudieras llegar a hacerlo alguna vez. Pero independientemente de que estés en ese punto de tu vida o no, te encanta cuando tus amigos deciden casarse porque #barralibre.

12. Ya no echas de menos la universidad. Ver punto 9. Me lo pasé genial durante mi etapa universitaria. Podría decirse que mejor que todos los demás universitarios de la historia. Claro que echo de menos a mis amigos, pero ¿echo de menos las clases? ¿Echo de menos salir de fiesta los miércoles por la noche? ¿Echo de menos desaprovechar los días por estar constantemente resacosa? ¿Echo de menos ponerme mala cada dos por tres porque mi vida era una fiesta constante? No, ahora disfruto de poder relajarme. Me encanta tomarme una copa de vino (o dos... o tres... o una botella entera... ejem). Me encanta aprovechar los fines de semana. Me encanta que mis amigos y yo nos pongamos al día en vez de emborracharnos (aunque siempre me encantarán las dos cosas). Me encantaba mi vida antes, pero también me encanta mi vida ahora. Ahora soy una persona diferente, y me gustan cosas diferentes, pero lo acepto completamente.

Lo mejor de pasar la crisis de los veintitantos es que te das cuenta de que aún eres joven y de que el futuro está a punto de comenzar.

Este artículo fue publicado originalmente en ForeverTwentySomethings.com.

Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero

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