Una lucha sin descanso

Una lucha sin descanso

El machismo está latente en la sociedad, en todos aquellos partidos políticos que no luchan por la paridad efectiva ni siquiera en sus propias filas. El machismo sigue vivo en cada empresa que reniega de la inteligencia de las mujeres y las destierra a puestos inferiores con peores sueldos y peores condiciones laborales. El machismo forma parte de una sociedad que nos agrede cada vez que nos identifica con la debilidad.

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Foto: EFE

Ayer, Día Internacional de la Mujer, fue una muestra de que la lucha por la igualdad se mantiene más viva que nunca porque el contexto nos hace más partícipes de ella. Llevamos más de un siglo en las calles reivindicando el 8 de marzo, una desigualdad que se produce 365 días al año, que se esconde tras cada esquina y debajo de cualquier decisión.

Hemos avanzado sí, pero el camino contiene todavía muchas piedras que nos hacen difícil recorrerlo. Desde los Gobiernos del PSOE conseguimos leyes como la Ley integral contra la violencia de género, la ley de igualdad, la ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo, la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, la ley de dependencia, el plan concilia, el plan de educación 0-3, la implantación de la coeducación y la educación para la ciudadanía, grandes logros que se han producido gracias al movimiento feminista y los compromisos políticos, pero que aún resultan insuficientes, como nos recuerda cada uno de los asesinatos de mujeres por el simple hecho de ser mujeres.

El machismo está latente en la sociedad, en todos aquellos partidos políticos que no luchan por la paridad efectiva ni siquiera en sus propias filas. El machismo sigue vivo en cada empresa que reniega de la inteligencia de las mujeres y las destierra a puestos inferiores con peores sueldos y peores condiciones laborales. El machismo forma parte de una sociedad que nos agrede cada vez que nos identifica con la debilidad.

Las mujeres de mi generación hemos tenido mucha suerte, yo soy más libre que mi madre y más que mi abuela, pero sigo sin serlo tanto como cualquier hombre. Frente a esa situación, debemos hacer valer el testigo que nos entregaron otras mujeres valientes que nos precedieron, eso es insumisión ante el machismo.

Es nuestra obligación impulsar un gran pacto institucional, político y social contra la violencia de género, un pacto social que incluya a las mujeres y que suponga el reconocimiento de la plena ciudadanía, que incorpore intereses, conocimientos e historia de las mujeres en los sistemas educativos. Contra el machismo para acabar con la prostitución y la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Defender la libertad de elección de las mujeres sobre su maternidad, reconocer y respetar los derechos sexuales y reproductivos.

La brecha laboral se amplía porque las mujeres se están quedando rezagadas de la mejora del mercado laboral: sólo el 38% del empleo creado en 2015 fue femenino.

La desigualdad entre mujeres y hombres se ha incrementado como consecuencia de la crisis económica pero también por las políticas del PP. La ofensiva del gobierno del PP contra las mujeres se ha desarrollado en cuatro frentes que suponen un enorme retroceso en derechos de ciudadanía de las mujeres:

- Desaparición de organismos y políticas específicas en igualdad.

- Recortes presupuestarios.

- Reformas consideradas como "neutras" (reforma laboral, reducción de puestos de trabajo en el sector público, adelgazamiento del estado del bienestar o desmantelamiento de los servicios públicos esenciales).

- Reformas ideológicas (ley de educación, reforma del Código Penal o reforma de la ley del aborto).

La igualdad entre hombres y mujeres, tanto en el acceso al mercado laboral, como en las condiciones laborales y retributivas, ha sufrido un profundo deterioro en la Comunidad de Madrid.

La brecha laboral se amplía porque las mujeres se están quedando rezagadas de la mejora del mercado laboral: sólo el 38% del empleo creado en 2015 fue femenino.

Por primera vez en 40 años está cayendo la población activa femenina, un descenso que se ha concentrado en las mujeres más jóvenes, un hecho alarmante porque el mercado laboral está dejando de contar con las mujeres y se vuelven a repetir los estereotipos que nos sitúan en el hogar y fuera del mercado laboral.

Lo decía Clara Campoamor cuando pedía el voto femenino: "La república no puede defraudar a las mujeres". Queremos una democracia de hombres y mujeres que puedan soñar con hacer realidad sus proyectos vitales.

Ayer salimos de nuevo a la calle, porque el 8 de marzo es un día de celebración y agradecimiento al legado feminista, que ha hecho que muchas y muchos estemos juntas y juntos avanzando y plantando cara al machismo.