Solo soy un solitario

Solo soy un solitario

Lleva mi buena amiga Montserrat Dominguez, además de ex jefa, buena amiga y directora de esta pagina, no sé cuánto tiempo invitándome a expresarme en libertad en un post respecto al asunto "hit" de la temporada: la situación respecto a mi tierra natal y la pretensión de independencia por parte de un sector de su población.

Difícil intento, paradójicamente, el de expresarse en libertad en este mundo de redes sociales cuando eres un personaje reconocido, por el motivo que sea, y tu criterio se mide en el escueto encaje de a qué bando perteneces. Yo, como decía el bueno de Miguel de Unamuno, al que llevo días recurriendo buscando una explicación a todo este desaguisado, prefiero definirme a su manera: "No soy ni fascista ni bolchevique... solo soy un solitario".

A mí que no me mueve un patriotismo folclórico de bombo y pandereta, sino el convencimiento de que todos juntos sumamos y somos mejores. Porque entiendo el independentismo como un anacronismo absoluto en esta segunda década del siglo XXI, como una aspiración arcaica propia del romanticismo del siglo XIX y de un mundo que todavía podía llegar a creer que la inmensa mayoría de los problemas socioeconomicos eran locales y se podían solucionar a golpe de fronteras. Por eso me ha indignado siempre la manipulación que, tanto en Barcelona como en Madrid, se ha practicado sin ninguna clase de pudor (porque ni 'España le roba a nadie', ni 'en Catalunya se comen a los niños que no hablan catalán'), casi siempre con una marrana intención de conseguir réditos electorales, una manipulación por la que desgraciadamente nadie pagará el precio que debería, pero que nos ha llevado a TOD@S hasta esta encrucijada.

Pero, desde mi sentimiento de ser plenamente catalán en el marco de una España moderna y sin complejos, del mismo modo que lo es sentirme español en el marco de una Europa que considero la única respuesta y la única "unidad de destino en lo universal" ante los retos que nos plantea la globalización del mundo de hoy, son demasiadas las incógnitas que quedan por despejar a día de hoy. Tanto en el bando independentista como en el bando "constitucionalista" en el que se me ha encasillado.

Después de haber luchado tanto, tantos años, después de todos los sacrificios para llegar hasta aquí, creo que ni como catalanes, ni como españoles, ni como europeos, nos merecemos todo esto que esta pasando.

De modo que, si bien entiendo la premisa de que no cabe en un estado de derecho como el nuestro actuaciones a espaldas de la legalidad y la constitución, ni ninguna clase de legislación paralela, nadie, ni el presidente Rajoy ni nadie del gobierno, ni el Fiscal General del Estado, nos han explicado todavia qué hay que hacer con el apoyo multitudinario del que goza el independentismo en Catalunya. Y en este punto, quiero imaginar todavía que la inmensa mayoría estaremos de acuerdo en que los "guetos", los campos de reeducación y el resto de soluciones estalinistas para los que no piensan como nosotros tampoco caben en ese Estado de Derecho que defendemos con tanta vehemencia.

Hemos asistido perplejos a este punto de no retorno. Escribo estas lineas con el presidente Rajoy explicando en el Senado las medidas de un articulo 155 de una Constitución "totémica", excepto cuando nos lo exige el FMI, y que además según él no quiere aplicar, mientras esperamos el enésimo quiebro semántico de un gobierno de la Generalitat, absolutamente fuera de la realidad, e imagino que cuando me vuelva a conectar a internet, estas lineas serán ya parte del pasado.

Pero creedme que me entristece y preocupa que no seamos sino "esclavos" del inmovilismo e incapacidad política de "unos", parapetados únicamente en la ley y el orden, y el demostrado "mesianismo", egocentrismo y "trilerismo" de otros, que parecen mas dispuestos a pasar a la historia, les cueste lo que les cueste, que ha actuar con el tradicional y reconocido "seny", buscando lo mejor para todos los catalanes. Porque después de haber luchado tanto tantos años, después de todos los sacrificios (especialmente estos años de crisis) de todas y todos para llegar hasta aquí, creo que ni como catalanes, ni como españoles, ni como europeos, nos merecemos todo esto que esta pasando.