10 'verdades' que debes olvidar si quieres que tu relación perdure

10 'verdades' que debes olvidar si quieres que tu relación perdure

Es fácil al principio, cuando solo queréis miraros con ojitos y hacer el amor apasionadamente, pero la fase lujuriosa no es eterna para nadie.

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Escrito por Mélanie Berliet

1. El amor lo puede todo.

Dicho de forma simple: el amor NO lo puede todo. Todo es mucho decir. Es, literalmente, todo. Decir que el amor lo puede todo es una enorme exageración y algo engañoso. También es una creencia peligrosa a la que aferrarse, ya que genera una especie de dejadez esperanzadora. Las parejas que se aferran a la idea de que todo saldrá bien siempre que se sigan queriendo tienden a pasar por alto el hecho de que mantener una relación conlleva muchísimo sacrificio. No puedes fiarlo todo al amor para superar los altibajos de una relación.

2. Lo único que hace falta es amor.

Empecemos con lo obvio: está claro que también vais a necesitar comida, alojamiento, oxígeno y agua. Para vivir hace falta algo más que amor, pero aparte de lo obvio, probablemente también necesitaréis cierta satisfacción personal fuera de la relación: vuestra carrera profesional o vuestras aficiones. Sea cual sea el caso, lo sensato es no apoyarse solo en el amor de la pareja para alcanzar la paz interior. El ser humano es demasiado complejo como para necesitar solo una cosa.

3. El verdadero amor es incondicional.

Pues no. Lo siento. Algunas parejas se enamoran locamente y, de repente, se desenamoran. Cuando una pareja se separa, no es porque el amor inicial no fuera auténtico. Una ruptura no convierte en insignificante la relación anterior, pero sí significa que dependía de ciertos factores que acabaron cambiando, algo que muchos se resisten a creer simplemente porque escapa a su control. El amor es indudablemente condicional: carreras profesionales, el ritmo de cada uno, los problemas de salud, deseos, cambios repentinos...

4. Cuando te encuentres a la persona indicada, lo sabrás.

De hecho, puede que te toque una persona idónea y no te enteres hasta la segunda, tercera o centésima cita. Es cierto que algunas parejas se enamoran a primera vista, pero otras muchas no son tan rápidas para darse cuenta y no pasa nada. El amor que va creciendo poco a poco no es menos real ni valioso que el que florece al instante. No esperes saber desde el primer momento si una persona es la indicada o puedes acabar echando por tierra tus posibilidades con buenos candidatos. A veces tienes que tomarte tu tiempo. El amor puede nacer en el momento menos esperado y quizás ni te enteres cuando suceda.

5. Cuando estés con la persona indicada, todo irá sobre ruedas.

Nunca es fácil. Es muy fácil al principio, cuando ambos estáis tan enamorados que dejáis que los problemas os resbalen y lo único que queréis hacer es miraros con ojitos y hacer el amor apasionadamente, pero es hora de poner los pies en el suelo. La fase lujuriosa no es eterna para nadie. Hay muchas más cosas maravillosas a las que aspirar cuando la pasión ciega se desvanece. Por ejemplo, la comodidad y un pozo sin fin de bromas y anécdotas que tenéis juntos. Aun así, seguir juntos no es fácil. Si es una relación adecuada, merecerá la pena el esfuerzo que requiera, pero no esperes que sea un camino de rosas, por enamoradísimos que estéis.

6. No te conformes con una persona que no sea "la elegida".

Sí, confórmate, te lo ruego. El destino no es un casamentero, así que no confíes demasiado en que te guíe hasta esa supuesta persona especial. Hay muchas personas con las que podrías hacer tu vida. Solo se trata de encontrar a una de ellas, pero no esperes que esté hecha a tu medida. Tendrás que conformarte en algún aspecto: quizás esa persona sea ligeramente menos rica, guapa, flexible o hábil en determinadas tareas de lo que esperabas. No hay nada vergonzoso en el hecho de ajustar tus expectativas a la realidad, pero sí que es algo triste que alguien piense que está destinado a tener un final feliz porque sí y se quede de brazos cruzados.

7. Además de pareja, debéis ser vuestros mejores amigos.

Tampoco es cierto. Además, lo más inteligente es mantenerte cerca de tus mejores amigos por tu propio bien y por el de la relación. No puedes esperar que una sola persona ría todas tus gracias y sea tu único hombro sobre el que llorar. Cuando pones demasiado peso en algo, aunque sea una relación fuerte, corres el riesgo de romperlo. Si en algún momento vas a hablar con tu mejor amigo para contarle un problema porque probablemente lo entienda mejor que tu pareja, no pienses que estás traicionando a nadie. Si acaso, estás protegiendo a tu pareja de una presión innecesaria.

8. Tener el mismo ritmo es lo más importante.

Tener un ritmo similar es importante, pero no lo es todo. En el amor no hay nada que lo sea todo. La ruta de cada pareja es producto de incontables factores que luchan entre sí. Una relación es una historia compleja e independiente que, aunque contiene tramas principales como la sincronización, siempre cuenta con tramas secundarias y giros argumentales que hay que tener en cuenta.

9. Las personas nunca cambian.

Mentira. ¡Claro que cambian! Para bien o para mal. Sea como sea, la gente sí que cambia con el paso de los años y, si tu pareja y tú no sois capaces de evolucionar juntos, lo mejor que podéis hacer es separar vuestros caminos.

10. El amor auténtico es lo único que importa.

Vamos a dejarnos de tonterías. Hay muchas más cosas importantes en la vida, muchos problemas que no tienen nada que ver con el amor: lo mucho que odiáis la política, los deportes o las matemáticas. Ese tipo de cosas. El hastío de los trabajos domésticos también importa. Realmente, todo importa, y el amor también.

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Este post fue publicado originalmente en Thought Catalog y Quote Catalog, apareció posteriormente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.