Cuatro factores que pueden hacer que una relación fracase, según la ciencia

Cuatro factores que pueden hacer que una relación fracase, según la ciencia

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Una relación nueva —ya sea personal o profesional— es como un coche nuevo: sacarlo del aparcamiento es todo un placer. Igual que un coche, cuando una relación se avería, la situación empieza a ser agobiante. Un ojo experto sabe cuándo un coche está empezando a fallar. Lo mismo pasa con las relaciones, y cada uno puede ser su propio mecánico.

El doctor John Gottman y sus compañeros de la Universidad de Washington descubrieron los cuatro indicadores de que una relación está destinada al fracaso, a los que llamaron "Los cuatro jinetes del apocalipsis". Estos cuatro jinetes son tan potentes que su presencia predice el fin de una relación con una precisión del 93%.

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Los investigadores de Washington basaron sus predicciones en una serie de matrimonios, pero este tipo de comportamientos también causan estragos en el ámbito laboral. En TalentSmart hemos realizado pruebas a más de un millón de personas y comparado la calidad de sus relaciones profesionales con su rendimiento en el trabajo. Y hemos descubierto que el 90% de las personas que más rinden tienen una mayor capacidad para gestionar las relaciones y huyen de los cuatro jinetes como de una plaga. También hemos comprobado que los cuatro Jinetes del Apocalipsis son más que habituales en el ámbito laboral y, cuando hacen acto de presencia, las relaciones, el trabajo en equipo y el rendimiento se ven afectados.

Los cuatro Jinetes del Apocalipsis

Los cuatro jinetes representan a los actos contraproducentes en los que podemos caer cuando dejamos que las emociones tomen las riendas. Cuando conozcas a los cuatro jinetes y evalúes su relevancia en tus relaciones, recuerda que el problema no es el conflicto en sí mismo. Los conflictos son habituales y (de manera ideal) son la reacción natural entre dos personas con diferentes intereses y necesidades que trabajan juntas. La cantidad de conflictos que surjan entre dos personas no tiene nada que ver con el éxito de la relación. Lo que determina el éxito de la relación es cómo se maneja el conflicto. Y la presencia de los cuatro jinetes implica que el conflicto no se está resolviendo de manera constructiva ni productiva. Sigue las estrategias que se explican a continuación para vencer a cada uno de los jinetes:

El primer jinete: las críticas

No se deben confundir con las críticas constructivas que buscan la mejora o el cambio en otra persona. Las críticas se convierten el algo perjudicial cuando no son constructivas ("Este informe es una mierda"). Las críticas, en su peor forma, se centran en la personalidad, el carácter o los intereses de un individuo en lugar de en la acción o la conducta concreta que convendría cambiar ("Redactas fatal. Eres muy desorganizado y tangencial"). Una cosa es criticar sin ser constructivo y otra es ir a por alguien por algo que es incapaz de cambiar.

Vencer a las críticas

Si te das cuenta de que estás cayendo en las críticas destructivas cuando te habías propuesto ser constructivo, lo mejor es que no des tu opinión ni hagas comentarios sin planearlos con antelación. Tienes que pensar en lo que vas a decir y seguir un guion para ser constructivo y evitar las críticas destructivas. Lo recomendable es centrarse en un aspecto específico, ya que la reacción a varios aspectos a la vez puede percibirse desde fuera como una crítica destructiva. Si te das cuenta de que no eres capaz de dar tu opinión sin generalizar y sin hacer referencia a la personalidad del otro, es mejor que no digas nada.

El segundo jinete: el desprecio

Por "desprecio" nos referimos a cualquier falta de respeto hacia otra persona, como los comentarios que tienen el objetivo de ofender o los insultos directos. El desprecio también puede manifestarse de formas indirectas, como muecas, ojos en blanco u ofensas disfrazadas de bromas.

Vencer al desprecio

El desprecio surge de la falta de interés en la otra persona. Cuando te das cuenta de que ya no admiras a una persona o de que no disfrutas de su compañía —quizá porque haya cosas que antes te parecían interesantes o encantadoras en ella y ahora ha perdido la gracia— el desprecio puede salir a flote en cualquier momento. Si el desinterés es inevitable y la relación no va a ninguna parte, céntrate en avanzar poco a poco. Las personas que saben gestionar las relaciones son capaces de ver los beneficios de relacionarse con muchas personas diferentes, incluso con aquellas que no son de su agrado. Y todos sabemos que, por pequeña que sea, se debe buscar y apreciar la comodidad. Como dijo el mismísimo Abraham Lincoln: "No me cae bien ese hombre. Tengo que conocerlo mejor".

El tercer jinete: la actitud defensiva

No asumir la responsabilidad, poner excusas, quejarse y otras actitudes defensivas son problemáticas, porque evitan que se llegue a alcanzar una solución de algún tipo para un conflicto. La actitud defensiva solo sirve para acelerar la ansiedad y la tensión que experimentan ambas partes, cosa que dificulta que nos centremos en problemas más importantes y apremiantes que necesitamos resolver.

Vencer a la actitud defensiva

Para vencer a la actitud defensiva, hay que estar dispuesto a escuchar las quejas de la otra parte implicada, incluso aunque no se vean las cosas de la misma forma. Esto no significa que tengas que estar de acuerdo con ella. En vez de eso, céntrate en entender la perspectiva de la otra persona para poder avanzar en la resolución del conflicto. Es crucial que te esfuerces en mantener la calma. Una vez que entiendas por qué está enfadada la otra persona, será mucho más fácil encontrar un punto en común que si estás a la defensiva y desestimas sus opiniones.

El cuarto jinete: la actitud evasiva

La actitud evasiva se da cuando una persona se niega a responder para zanjar una discusión. Cuando ignora a la otra persona por completo, se muestra emocionalmente distante o desprovista de emociones. Esta actitud es problemática porque agrava la reacción de la persona a la que se le está haciendo el vacío y evita que ambos pongan de su parte para resolver el conflicto juntos.

Vencer a la actitud evasiva

La clave para vencer a la actitud evasiva es participar en la discusión. Si ignoras a la otra persona porque las circunstancias te agobian, dile cómo te sientes y que necesitas un tiempo para pensar antes de continuar con la discusión. Mantén el contacto visual y una postura corporal receptiva; asiente con la cabeza para que la otra persona sepa que te interesa la discusión y que estás escuchándola aunque no tengas nada que decir. Si mantienes esta actitud de manera inconsciente, date cuenta de que participar en una discusión y trabajar en equipo para resolver un conflicto es la única forma de que las relaciones personales no se desmoronen. El entrenamiento de la inteligencia emocional también es fantástico para combatir a los cuatro jinetes, incluida la actitud evasiva.

Si quieres saber más, échale un vistazo a mi libro, 'Inteligencia emocional 2.0: Estrategias para conocer y aumentar su coeficiente'.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense del 'HuffPost' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.

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