Gracias por este momento

Gracias por este momento

Subo rápidamente por la escalera que lleva a nuestro piso. François ya está en el dormitorio, cuyos ventanales dan a los árboles centenarios del parque. Nos sentamos en la cama, cada uno en el lado en el que suele dormir. Solo puedo decir una palabra: -¿Y? -Es verdad -responde.

El primer mensaje me llega el miércoles por la mañana. Una amiga periodista me avisa: «Closer saldrá el viernes con François Hollande y Julie Gayet en portada». Le respondo lacónicamente, casi sin inmutarme. Hace meses que el rumor me envenena la vida. Va, viene, y yo no acabo de creerlo. Le menciono el mensaje a François, sin más comentarios. Él me responde enseguida:

-¿Quién te ha dicho eso?

-No importa, lo que importa es saber si tienes algo de lo que arrepentirte.

-Nada.

Y yo me quedo tranquila.

A lo largo del día, el rumor no hace más que crecer. François y yo hablamos por la tarde y cenamos juntos sin hablar del tema. Ese rumor ya había sido causa de varias discusiones entre nosotros y es inútil insistir. A la mañana siguiente recibo un nuevo mensaje de otra periodista amiga mía: «Hola, Val. El rumor Gayet vuelve, va a ser portada de Closer mañana, pero ya debes de estar al corriente». De nuevo, transmito el mensaje a François. Esta vez no recibo respuesta alguna. Está de viaje cerca de París, en Creil, por un asunto del ejército.

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El teléfono vibra. Mi amigo periodista anda «a la caza de información» y me confirma que Closer saldrá con la foto de François abandonando la casa de la actriz Julie Gayet en portada . Me explota el corazón. Intento ocultarlo. Le tiendo el teléfono a Patrice Biancone para que lea el mensaje. Para él no tengo secretos. «Mira, es sobre nuestro expediente». Mi tono de voz es todo lo neutro de lo que soy capaz. Hace casi veinte años que somos amigos, una mirada nos basta para entendernos. Finjo despreocupación: «Nos encargaremos de esto enseguida».

Me esfuerzo por retomar la conversación con los trabajadores de la guardería mientras los pensamientos se agolpan en mi mente. Hablamos de la epidemia de varicela. Asiento con la cabeza y aviso a François por sms de la información de Closer. Ya no es un rumor, es un hecho.

«Veámonos en casa a las 15 hs.», me responde rápidamente.

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Subo rápidamente por la escalera que lleva a nuestro piso. François ya está en el dormitorio, cuyos ventanales dan a los árboles centenarios del parque. Nos sentamos en la cama, cada uno en el lado en el que suele dormir. Solo puedo decir una palabra:

-¿Y?

-Es verdad -responde.

-¿El qué es verdad? ¿Que te acuestas con esa chica?

-Sí -admite, mientras se tiende sobre la cama apoyándose en el antebrazo.

Estamos muy cerca el uno del otro sobre esa cama tan grande. No puedo mirarlo a los ojos, me rehúye la mirada. Las preguntas salen a borbotones:

-¿Desde cuándo? ¿Cómo ha podido pasar? ¿Por qué?

-Un mes -dice.

Mantengo la calma. No me pongo furiosa, no grito. No rompo ni un solo plato, pese a lo que dirán los rumores, que me atribuirán millones de euros en desperfectos imaginarios. No soy consciente del terremoto que se acerca. ¿No podría decir que solo fue a su casa a cenar?, le sugiero. Imposible, sabe que la fotografía se la hicieron a la mañana siguiente de una noche que pasó en la rue du Cirque, en un piso que la actriz pidió prestado. ¿Y hacer como Clinton? Pedir perdón públicamente, comprometerse a no volver a verla. Podemos volver a empezar, no estoy dispuesta a perderlo.

Sus mentiras suben a la superficie, la verdad se impone poco a poco. Admite que la relación dura desde hace más tiempo. De un mes pasamos a tres, luego a seis, luego a nueve, hasta llegar, por fin, a un año.

Puedes leer aquí el primer capítulo completo de Gracias por este momento, el libro de Valérie Trierweiler, expareja de François Hollande, donde cuenta los pormenores de su abrupta ruptura con el presidente francés. Está publicado por la editorial Maeva

Primer capítulo 'Gracias por este momento' by El Huffington Post