Solo 70 librerías españolas tienen el Sello de Calidad: reinvención, ventajas y viacrucis (1)

Solo 70 librerías españolas tienen el Sello de Calidad: reinvención, ventajas y viacrucis (1)

W Magazin

Por Teresa M. Peces

Setenta en 26 meses. Setenta de 3.967. Setenta librerías españolas han obtenido el Sello de Calidad desde diciembre de 2015. Es una buena noticia. Y podría ser mejor, pero el desconocimiento del Sello, los exigentes requisitos para obtenerlo y la falta de tiempo de los libreros para solicitarlo, muchos con locales pequeños, son algunos de los motivos que dejan esta cifra en setenta.

En España hay 3.967 establecimientos que conforman el Mapa de Librerías de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), es decir, librerías medianas y pequeñas. Este Sello de Calidad que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD) y la Asociación de Cámaras del Libro fue la primera medida del Plan Integral de Fomento de la Lectura para mejorar las librerías y su oferta y, a la vez, proteger uno de los eslabones más frágiles de la cadena de valor del libro. Un sector muy afectado por la crisis económica y revolución digital desde hace diez años cuando había casi seis mil librerías en todo el país y en 2014 se llegaron a cerrar 2.5 establecimientos por día.

Para contrarrestar esa caída y dar un impulso al sector se creó este Sello de Calidad al que puede aspirar cualquier librería que cumpla unos estándares de calidad muy rigurosos como la pluralidad bibliográfica, el fondo, las actividades culturales realizadas, la relación entre la librería y otros agentes, la capacidad de prescripción o el propio espacio físico, más allá del café-libro.

Las librerías se reinventan pensando en su origen de hace 22 siglos: el espíritu de la biblioteca de Alejandría y de un espacio cultural y ágora literaria. Tras una década de crisis y cambios, los libreros españoles se las han ingeniado para atraer a más lectores dando origen al surgimiento de nuevas librerías especializadas y únicas. Librerías como agentes culturales que buscan su lugar importante en la sociedad y en el país como aliado en la formación de las personas, de la ciudadanía.

Agentes lectores con pocos lectores

Los libreros son para muchos personas admirables que luchan por un modelo de cultura en situaciones adversas y en continua renovación que tratan de darle al libro y la lectura el lugar que merece en la sociedad. Una imagen reforzada en el imaginario colectivo estas semanas por la película La librería, de Isabel Coixet, ganadora de los principales premios Goya. La película está basada en la novela homónima de Penelope Fitzgerald, editada por Impedimenta, y muestra el amor y la valentía de una mujer al abrir una librería en un pueblo británico en situaciones adversas.

En España la situación no es fácil: solo el 65% de la gente dice leer al menos un libro al año, por debajo de la media europea situada en el 73%. Es decir: casi cuatro de cada diez personas no lee nunca o casi nunca un libro, mientras que una de cada cuatro obras leídas son digitales, pero de ellas ocho de cada diez son piratas, según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros.

El Sello de Calidad se anunció en la Feria Internacional del Libro, LIBER de 2015, como ya se hacía en Francia desde hacía años a través del Sello LIR (Libraire Indépendante de Reference). El 22 de diciembre de ese mismo año el Ministerio comunicó las primeras nueve librerías en obtener esa distinción, que, además, se debe renovar cada tres años: Cervantes y El Búho Lector, ambas en Oviedo; El Carmen, en Parla (Madrid); Ícaro, en La Granja de San Ildefonso (Segovia); Oletvm y Margen, ambas en Valladolid; Del Burgo, en Palencia; Didacticalia, en Madrid; y Todolibros, en Cáceres.

Dos años y dos meses después ya son 70 las librerías que ostentan este reconocimiento en España repartidas por todas las Comunidades autónomas. Entre las últimas están las librerías Elkar en el País Vasco y Letras a la Taza, en Tudela (Navarra). Uno de sus objetivos del sello es consolidar las librerías como espacios culturales y sociales de encuentro, reflexión y discusión en las comunidades en las que se ubican, así como fomentar la diversidad del patrimonio bibliográfico, mediante el reconocimiento de una red de librerías que ofrece una amplia oferta cultural, tanto los libros de rápida rotación, como los de fondo.

El sello de calidad, explica Javier Pascual, subdirector general de Promoción del Libro, la lectura y las letras españolas, "se concede por un Comité de certificación formado por el Subdirector General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, que ejercerá como Presidente, el Jefe de Área de Promoción de la Lectura y del Libro, la Jefa de Servicio de Promoción de la Lectura de dicha Unidad, que ejercerá como Secretaria, el Secretario General de la Asociación y hasta tres representantes de las asociaciones del sector designados por la misma. Hasta la fecha, se ha reunido 9 veces en total: 1 en 2015, 5 en 2016 y 3 en 2017. Nos reunimos cuando hay un número significativo de librerías que han superado el proceso de certificación hecho por el auditor".

Procedimiento y papeleos

Son las propias librerías las que tienen que solicitar el Sello de Calidad a través de la plataforma: http://www.libreriasdecalidad.com/ y someterse a una auditoría de la cual tienen que abonar un 30% de su coste (el resto lo asume el Ministerio y la Asociación de Cámaras del Libro). El eslogan es "Leer te da vidas extra".

Para obtenerlo se establecen una serie de requisitos mínimos que todas las librerías deben cumplir en torno a cuatro bloques:

1-Gestión de la librería,

2-Actividad,

3-Instalaciones y Personal

4-Cultura y Calidad.

Además hay una serie de requisitos adicionales que sirven para poder incrementar esa puntuación. Hay condiciones diferentes para las librerías generalistas y las especializadas.

Son las librerías más allá de espacios donde se venden libros. Eso es lo que premia el Sello, según Juancho Pons, presidente de CEGAL: "El sello valora tanto la actividad comercial (calidad del servicio, stock, utilización de las herramientas tecnológicas del sector, condiciones del local...) como sobre todo la actividad cultural (presentaciones de libros, debates, participación en Ferias...), tanto en la propia librería como en colaboración con otras entidades culturales de la ciudad y autonomía en que se encuentra. Los requisitos son exigentes, pero dada la alta calidad de un gran número de librerías españolas, son muchas más de 70 las que podrían obtenerlo. Probablemente lo que ocurre es que la gestión diaria de la librería te absorbe tanto tiempo que cuesta parar un momento y sacar tiempo para preparar la documentación precisa para la solicitud del sello. Precisamente en el próximo Congreso Nacional de Libreros que se celebrará en marzo en Sevilla se van a exponer a los libreros las ventajas del sello y animarlos a dedicar un poquito de su tiempo a tramitar la obtención de este, porque es algo que realmente les valdrá la pena, como así lo pueden atestiguar las librerías que ya lo han obtenido".

Ventajas del Sello

Las librerías que han recibido este reconocimiento expresan su satisfacción porque dicen consolidar su imagen como una librería con buena gestión y comprometida con el fomento de la cultura. La obtención de este sello garantiza un compromiso de mejora permanente por parte del librero, ya que debe renovarse cada tres años, y se constituye en referente de buen servicio ante las administraciones públicas, pero ¿qué beneficio económico recibe él a cambio?

En Sello LIR francés establece una serie de beneficios fiscales y facilidades de créditos financieros para sus beneficiarios. No es el caso todavía del Sello de calidad español, aunque se está trabajando por obtener ciertas ventajas. Pascual, subdirector general de Promoción del Libro, La lectura y las letras españolas, asegura que "las librerías con el sello se encuentran en condiciones más favorables para obtener una ayuda del Ministerio frente a aquellas que no disponen de él. Dicho lo cual, estamos negociando con alguna comunidad autónoma para que utilicen el sello en sus compras para bibliotecas. Nos gustaría extender este modelo a todas las comunidades ya que son estas administraciones las responsables de comprar fondos para sus bibliotecas".

La intención, según Juancho Pons, de CEGAL, "es ir consiguiendo beneficios para las librerías que ostenten el sello: rebajas o exenciones del IBI por parte los ayuntamientos, líneas de crédito ICO específicas, ventajas en la adjudicación de compras de suministros bibliográficos a las bibliotecas, etcétera".

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Este artículo se publicó originalmente en la web de WMagazín, la revista literaria online dirigida por el periodista Winston Manrique Sabogal, un espacio para conversar con sosiego sobre literatura, donde él es cronista de encuentros, reportajes y entrevistas a ambos lados del Atlántico, y los lectores son los coautores, con sus lecturas y comentarios

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