Carta abierta a un refugiado sirio

Carta abierta a un refugiado sirio

A pesar de haber nacido en Damasco, la Ciudad del Jazmín, capital del país donde se creó el alfabeto escrito más antiguo, has querido marchar, dejado tu casa, tu empleo, tu familia, tus amigos. ¿Ah!, ¿que no tenías trabajo y que tu casa ha sido destruida por una bomba y matado a uno de tus hijos? ¡Mala suerte!

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Foto: Mai Saki

Estimado refugiado:

No te conozco, no sé cómo te llamas, pero quiero dirigirte esta carta con franqueza, de corazón a corazón.

Para empezar: ¿por qué has venido? ¿Por qué no te has quedado en Siria, enclavado en ese Oriente Medio, cuna de la civilización? No valen excusas: que si la guerra, con múltiples bandos cargados de armas, que si medio país está en manos de un sátrapa, Bachar El Asad, ¡si es un líder laico!, o que la otra mitad del país está en manos del Daesh, esos marciales muchachos vestidos de negro, un color tan elegante.

A pesar de haber nacido en Damasco, la Ciudad del Jazmín, capital del país donde se creó el alfabeto escrito más antiguo, has querido marchar, dejado tu casa, tu empleo, tu familia, tus amigos. ¿Ah!, ¿que no tenías trabajo y que tu casa ha sido destruida por una bomba y matado a uno de tus hijos? ¡Mala suerte! Pero conseguiste reunir varios miles de dólares para hacer el viaje y pagar a las mafias, ¿no? ¡Y nosotros, que creíamos que erais pobres!

Decidiste escapar por Turquía... ¡Quedaos ahí! en esa democracia tan arraigada a la que Europa quiere donar 6.000 millones de euros para que os atienda en benéficos campos de acogida, en los que tiene probada experiencia (que se lo digan a los armenios de 1915-1916). Y no vengáis a Europa, ¡qué manía con Europa! Aquí se avecina el cambio de hora, la mayoría de la gente tiene problemas para dormir... Y no te digo nada de la astenia primaveral, que no tienes ánimo ni para ir al spa; ¿y las alergias, y el cambio de estación?... ¡aumenta el consumo de antidepresivos que no veas! Ni siquiera Gran Hermano VIP o SálvadeDeLuxe nos distraen de nuestras desdichas.

¡Y menos mal que quieres irte a Alemania o a los países nórdicos! Acertaste en no poner en el GPS España, que aquí andamos sin gobierno. Ya advirtió el ministro Fernández, el de Interior, ese piadoso servidor público, que ni se os ocurra venir al Mediterráneo Occidental, que para eso hubo el Cisma de Oriente en el siglo XI; Aquí somos diferentes, por eso España sólo ha acogido a 18 refugiados. No os adaptaríais a los toros, ese espectáculo tan tierno; y no te digo nada de las fiestas...¿Quién aguanta el ritmo hispánico?: febrero en Cádiz con el Carnaval, marzo en Valencia con las Fallas, después a Sevilla con la Feria de Abril... ¡un sin parar...!

¡Y qué impaciente!, ¿no podías haber esperado un poco? Si la guerra en Siria no puede tardar mucho en acabar; ya van cinco años, y las grandes potencias y los mercaderes de armas estarán buscando otros conflictos.

¡Qué insensato! Es cierto que los países democráticos firmantes del Estatuto del Refugiado están obligados a acogerte, a ayudarte, pero hay tantos papeles firmados que por uno más que se incumpla... Es cierto también que el papa Francisco exhortó a todas las parroquias católicas a acoger a una familia, pero tampoco hay que tomar en serio todo lo que dice...Y lo de Ángela Merkel del año pasado de acoger refugiados fue una mala traducción que se difundió por error. Es lo malo de internet... ¡dices una tontería en Australia por la mañana y aparece por la noche en El Intermedio!

Hablemos en serio, ¿qué consigues con arriesgar la vida de tu mujer y de los hijos que te acompañan? ¡Casi se ahogan en el pequeño trayecto entre la costa turca y la isla de Lesbos! ¿No sabes que las aguas del Egeo están muy frías en esta época? Y mira que se juegan el tipo por ayudaros mucha gente, muchos voluntarios; y que muchas organizaciones humanitarias y ONG -Farmamundi entre ellas- envían ayuda... y por cierto, también muchos griegos, pero bueno, estos ya se sabe que nadan en la abundancia tras los rescates europeos...

Y por cierto, después de haberte llevado a la zona continental griega, tú, en vez de disfrutar del paisaje griego y del aceite de oliva, o admirar las ruinas de la Acrópolis ateniense... ¡hala, para arriba, que la cabra tira al monte! ¡hacia Alemania! ¿No ves que es un país donde hace mucho frío? ¡No te acostumbrarías!; y hablan un idioma endiablado, muy gutural; así tienen problemas de garganta desde pequeños ¡te lo aseguro!

Piensa que habría que cruzar múltiples fronteras: Macedonia, Serbia, Hungría, Austria, Alemania... y todos estos países ya tienen sus líos internos, y los guardias de fronteras tampoco pueden estar todo el día trabajando; por eso está bloqueada estos días la valla de Macedonia y estás atascado en el campo griego de Idomeni, con tus hijos enterrados en la lluvia y el barro, exhaustos por el cansancio y el hambre, y muertos de frío. ¡Por tu culpa!

¡Y qué impaciente!, ¿no podías haber esperado un poco? Si la guerra en Siria no puede tardar mucho en acabar; ya van cinco años, y las grandes potencias y los mercaderes de armas estarán buscando otros conflictos. ¡Ay, esta gente ansiosa, no es capaz de sufrir nada! O haber venido en avión a Europa, como la gente decente, bien vestida y con posibles. No vale la excusa de que no conseguías visado; hay que poner alguna pega para que esto no se nos llene de perroflautas y menesterosos sin estudios; sí, ya sé que no era tu caso, que eras profesor en un instituto, y hablas cuatro idiomas, pero estoy hablando en general.

Hazme caso. ¡No vengas!