La nueva campaña de KLING nos deja en bragas y tiradas en el descampado

La nueva campaña de KLING nos deja en bragas y tiradas en el descampado

Yolanda Domínguez

Cuando creías que ya lo habías visto todo en editoriales de moda, y la forma de representar a las mujeres había llegado al límite del ridículo y de la humillación... llega Kling y se marca un "más horroroso todavía". La marca de ropa conocida por sus estampados de alegres delfines y arcoíris multicolor nos presenta su nueva colección de vestidos... sin apenas vestidos. Lo que sí hay son bragas, muchas bragas. Algunas puestas y otras quitadas. También hay una adolescente un pelín desorientada y desparramada por los suelos de un secarral. Por las poses no sabemos si está borracha o poseída, o simplemente que el equipo de estilistas la está tratando fatal. En algunas escenas aparece totalmente desnuda y caminando por un cementerio con zapatos de la marca. ¡Muy inspirador todo Kling! No veo el momento de recorrer el cementerio de La Almudena desnuda con tus mocasines de tachuelas, a Rouco le va a encantar.

El señor Kling se habrá quedado muy a gustito con esta editorial, pero la modelo no parece haber tenido el mejor día de su vida. Más bien dan ganas de taparla con una mantita, darle un caldo caliente y susurrarle al oído "tranquila, ya pasó...". En vuestra descripción de Instagram aseguráis que Kling es "Una marca para mujeres que quieren pasárselo bien". Cada persona tiene su forma de divertirse, pero desplomarse entre rocas puntiagudas o hacer estiramientos sobre unos hierbajos secos que te pican el todo el pichirri no parece el mejor plan para un viernes tarde. A mí estas escenas lo que me transmiten es pena. ¿Qué le decíais a la modelo para indicarle la pose? "¿Imagina que eres la última persona en la faz de la tierra y jamás podrás abrazar a ningún ser humano más?" Algo parecido debió ser para que la muchacha tenga ese nivel de desesperación y de congoja.

Otra de las descripciones que hacéis de vuestra marca es que estáis a favor de los "derechos humanos". ¿A qué derechos os referís? ¿Al de los marcianos de los platillos volantes de vuestros estampados? Es evidente que los de las mujeres os resultan invisibles. Una de vuestras responsabilidades como firma de ropa, es ofrecer diversidad de modelos en vuestras editoriales y en esta sólo vemos a una niña muy joven, blanca y extremadamente delgada. Chicas que tenéis más de 14 años y usáis sujetador: no estamos entre las clientas deseables para la marca. Y no contentos con humillar públicamente a esta mujer con poses estúpidas la retratáis desnuda y sin cabeza en muchas de las fotos. Para qué mostrar un cuerpo con su rostro si puedo dejarlo fuera. Quizás para Kling las mujeres seamos sólo eso: meros trozos de carne con calcetines de volantes. Otra de las fotos que más me ha impactado es en la que la chica aparece de espaldas, sin bragas y con las típicas plataformas de purpurina que te pones un domingo para ir al campo. La pobre está ahí en medio de la nada, como si acabara de hacer pis porque no le ha dado tiempo a encontrar ningún matorral, y mientras alguien le está haciendo fotos ella debe pensar: "¿por qué no me presenté a aquellas pruebas de ingeniería técnica?, ¿por qué?"

Yo he comprado en ocasiones alguna prenda de Kling, pero viendo esta campaña me arrepiento de tener ropa suya en el armario. Como consumidora no quiero a apoyar con mi dinero este tipo de publicidad. La fotógrafa que ha realizado estas imágenes tiene todo el derecho del mundo a hacer las fotos que le venga en gana, pero cuando una marca hace uso público de ellas no está exenta de responsabilidad. Por mi parte, yo ya lo he denunciado en el Observatorio de la Imagen de las Mujeres y me gustaría pedir a Kling que dé explicaciones sobre su campaña. Una marca que se preocupa por los derechos humanos debería cuidar la representación que hace de las personas. Una marca es compromiso, integridad y coherencia en sus acciones y los derechos humanos, señor Kling, van mucho más allá de hacer bonitos estampados.

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