Una mujer de 87 años, primera víctima mortal del brote de Legionella en Móstoles

Una mujer de 87 años, primera víctima mortal del brote de Legionella en Móstoles

El brote de legionelosis de la localidad madrileña de Móstoles ha dejado su primera víctima mortal, una mujer de 87 años y "múltiples patologías" que ha fallecido este sábado en el Hospital de Alcorcón, según han informado fuentes de la Consejería de Sanidadad citadas por EFE, que elevan a 43 las personas que han podido contagiarse con la bacteria en un restaurante de la población.

La Consejería informa en una nota de prensa de que en las últimas horas se han registrado 14 nuevos posibles casos de Legionella en la Comunidad de Madrid y 24 personas permanecen ingresadas en distintos hospitales con síntomas de la enfermedad, tres de ellas en la UCI, aunque todos los casos evolucionan favorablemente.

La característica común es que todos han acudido a un restaurante de un polígono industrial de Móstoles -llamado Marisquería Moreno II- en fechas compatibles con el periodo de incubación de la enfermedad. El cuadro clínico predominante es una neumonía cuya evolución es variable, en función de los factores de riesgo ya existentes en los pacientes.

Sanidad ha realizado hasta el momento 48 inspecciones en la zona y alrededores del polígono de Móstoles donde se encuentra el restaurante y ha tomado 27 muestras que han sido remitidas al Laboratorio de Salud Pública. En estos trabajos están participando 25 profesionales.

INCUBACIÓN Y PREVENCIÓN

Para evitar posibles nuevos contagios, la Consejería de Sanidad precintó el pasado 27 de junio los elementos de riesgo identificados en el restaurante de Móstoles, entre ellos un sistema de refrigeración evaporativa y dos fuentes. En esa fecha, se recibió la notificación en la Subdirección de Promoción de la Salud y Prevención de la existencia de siete posibles casos de legionelosis, ingresados en diferentes hospitales de la Comunidad de Madrid desde el día 20 de junio.

El periodo de incubación de la legionelosis es de entre 8 y 10 días y se trata de una enfermedad de declaración obligatoria que no se contagia de persona a persona.

El origen se encuentra en una bacteria que, si coloniza torres de refrigeración u otros mecanismos que contengan agua a temperaturas templadas, favorece su multiplicación y puede ser inhalada, dando lugar al comienzo de la enfermedad