El abrazo del oso: La UE impone 32 condiciones a España a cambio del rescate

El abrazo del oso: La UE impone 32 condiciones a España a cambio del rescate

En las condiciones "muy favorables" y "muy positivas" con las que el Gobierno describe al rescate de la banca y las advertencias sobre las exigencias que se escuchan en Berlín o Helsinki ha cristalizado, al fin, el documento con las medidas finales (lo puede leer aquí en inglés). Se trata de 32 puntos, todos y cada uno con plazos concretos, que el Gobierno deberá llevar a cabo para ir recibiendo paulatinamente los hasta 100.000 millones que la eurozona ha puesto a su disposición.

El documento es el abrazo del oso, un rosario de medidas que dejan al Gobierno sin margen de maniobra en su política económica y financiera en los próximos doce meses. En ocasiones suponen una enmienda a posiciones que el Ejecutivo había expresado con rotundidad. Es, se vea como se vea, el final de un largo debate sobre la soberanía de España para tomar decisiones y la intervención de la economía.

Te resumimos las más importantes:

Hay condiciones macroeconómicas. Negado hasta la saciedad por el Gobierno, el documento de condiciones incluye un capítulo en el que se desgranan las medidas que tendrá que tomar el Ejecutivo. Algunas de ellas son parte del cumplimiento del Pacto de Estabilidad, que fija reglas para el déficit y la deuda y que obliga a España, tras un año de prórroga, a volver a un déficit del 3% del PIB en 2014. Pero hasta ahora, el Pacto de Estabilidad fijaba unos límites al endeudamiento y un ritmo de consolidación fiscal. En otras palabras: a Europa le parecía un asunto secundario la manera en la que los países cumplieran con esos objetivos siempre que se acabasen respetando. Sin embargo, en el documento de condiciones se especifica una lista de deberes, que incluyen:

  • "Introducir un sistema impositivo consistente con los esfuerzos de consolidación" (es decir, subir los impuestos).
  • Crear una autoridad independiente que lo evalúe.
  • "Desarrollar las reformas del mercado de trabajo" que ahonden en el la ya en vigor.
  • Liberalizar los sectores profesionales muy regulados.
  • Eliminar la burocracia.
  • Acabar con el déficit de tarifa eléctrica.

Las recomendaciones, con las que hasta ahora el Gobierno podría estar en desacuerdo, pasan a ser condiciones explícitas. Hay mucho dinero en juego.

Más poder al Banco de España. Podría verse como una victoria póstuma de la vida pública de Miguel Ángel Fernández Ordóñez o quizás más como una derrota de los sucesivos Gobiernos, que han respetado a medias la independencia de la institución (o simplemente la han ignorado). El documento exige "el refuerzo de la independencia operacional" del Banco de España. "Los procedimientos de supervisión serán potenciados tras un examen interno y formal" del regulador. El objetivo es, por una parte, que el banco pueda prever futuras crisis y, por otra, que pueda exigir a corto plazo reformas al sector. En todo caso, no vale con un cambio de cara o incluso con el nombramiento de un gobernador que por edad tendrá que cesar justo antes de las próximas elecciones, como Luis Linde. La UE exige un Banco realmente independiente.

Se crean uno o varios bancos malos y se abre la puerta a cerrar entidades. Es otra de las medidas que el Gobierno había negado en varias ocasiones. El Gobierno tendrá que crear uno o más bancos que actúen como un contenedor de activos tóxicos o créditos inmobiliarios de dudoso cobro. La medida había sido descartada desde la llegada al Gobierno por Luis de Guindos, el titular de Economía. Este martes, la consideró como positiva por cuanto aislará de las entidades que queden al final del proceso los activos que alimentan la desconfianza contra el sector. El documento también exige que "antes de finales de agosto" se modifique la legislación sobre "resolución bancaria", un término habitualmente referido al desmantelamiento. Apuntado en varias ocasiones por el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, es una de las obsesiones de Bruselas. La Comisión no quiere bancos zombis, que se mantengan artificialmente operativos por razones políticas cuando la mejor opción es simplemente liquidarlos.

Además de estas medidas, los bancos estarán obligados a tener un ratio de capital de máxima calidad (Tier 1) de hasta el 9% hasta finales de 2014 y la temida troika (el grupo de funcionarios europeos que vigilan las reformas) estará en Madrid cada tres meses. En otras palabras: los hombres de negro vienen para quedarse.