Unos vecinos se asfaltan su calle ante el pasotismo del ayuntamiento

Unos vecinos se asfaltan su calle ante el pasotismo del ayuntamiento

Los vecinos de Mas d'en Pastor, una urbanización a quince minutos de la ciudad de Tarragona, han asfaltado sus calles por cuenta propia, hartos de que el ayuntamiento no les diera solución a sus problemas. La mayoría de las 42 familias residentes han pagado alrededor de 700 euros cada uno a una empresa para que cubriese de hormigón lo que antes era un cúmulo de polvo en verano y de barro en invierno. Y en un arranque altruista, los más pudientes han ayudado a los que no ahora no podían enfrentarse a ese gasto.

La situación es caótica. La urbanización Mas d'en Pastor se fue consolidando poco a poco desde hace más de veinte años. Lo que en su origen eran garajes y casas de aperos se fueron convirtiendo en la residencia de vacaciones de los propietarios, y estas, con el tiempo, en primeras viviendas. Aunque según el plan de ordenación actual son casas irregulares, se les considera una urbanización consolidada porque ya llevan muchos años en pie.

No obstante, los vecinos viven de cierta manera al margen de la ley. Tienen la peculiaridad de compartir una de sus calles con otra urbanización del pueblo contiguo, Pallaresos, y el abandono por parte del consistorio tarraconense es tan exagerado, según quienes viven allí, que cuando uno se pasea por esa calle compartida, se encuentra con que en la parte pallaresa hay aceras, farolas, alcantarillado… y en la de Mas d'en Pastor no hay absolutamente nada.

"Llevamos casi 15 años denunciando la situación, todo empezó con un pozo de agua que se nos averió, y cuando fuimos a solicitar agua al Ayuntamiento, nos dijeron que no teníamos derecho porque no éramos una urbanización", explica José Carrasco, presidente de la asociación de vecinos. Ahora tienen un contador único, pero tienen agua, y también consiguieron contenedores de basura y cambiaron las tuberías hace pocos años, pero todo siempre a trompicones.

Lo más grave era tener las calles sin asfaltar, pues eran un revoltijo imposible de agujeros, baches y piedras. Además de ser peligroso para los vehículos, una vecina se cayó varias veces, la última rompiéndose la cadera. "Y mi suegra, que va en silla de ruedas, no podía ni siquiera acercarse a ver a los vecinos de enfrente", explica Carrasco. "Estábamos hartos de pedir ayuda al Ayuntamiento, que siempre nos dice que esperemos a la aprobación del POUM -el nuevo plan de ordenación urbanística, aún sin aprobar- así que cuando vino una empresa ofreciendo sus servicios, aprovechamos la oportunidad", explica.

AYUDA A QUIEN NO PUEDE PAGAR

Tras tomar la decisión, todos los vecinos se pusieron en marcha. Tocaban a unos 700 euros por cabeza, pero había familias que no podían pagar esa cantidad. Para ayudarles, se recurrió a un fondo de ahorro que guardaban desde ocho años antes, cuando hubo una intentona para que el Ayuntamiento certificara las reformas que querían acometer en la urbanización. "Si un vecino tenía que poner 700 euros y ya había aportado 300 al fondo, solo le quedaban 400, pero ha habido algunos que no han usado el dinero que ya habían dado antes para dejarlo a disposición de cuatro familias que no podían pagar", relata José.

En total han gastado 17.000 euros que han salido a costa de sacrificar las vacaciones en muchos casos, y por si no fuera suficiente, saben que la reforma no es definitiva. Cuando el plan de ordenación urbanística se apruebe, habrá que retirar el asfalto para poner uno nuevo con los niveles de grosor adecuados, así como un sistema de alcantarillado. "Hemos pagado por ponerlo, pagaremos por quitarlo y pagaremos para volver a ponerlo, pero hemos ganado una calidad de vida que no teníamos hasta ahora", se queja Carrasco, sobre todo porque en ningún momento han recibido la ayuda de su ayuntamiento.

PRÓXIMA META: EL BOSQUE

Aún así, los vecinos de Mas d'en Pastor no tienen intención de rendirse. Lejos de parar, han dado el siguiente paso en la mejora de su barrio: arreglar las aceras. Algunos lo hacen por sí mismos, y los que no saben de albañilería, han contratado a alguien, aunque les ha supuesto un gasto extra de unos 200 euros.

Su otro frente abierto es el bosque contiguo a la urbanización: hay mucho matorral que provoca que el agua que baja por las calles ahora asfaltadas se estanque y no baje hacia el bosque. Quieren que el Ayuntamiento obligue al dueño a limpiarlo, pero de momento sus esfuerzos no han dado frutos. Ellos lo harían por su cuenta, pero temen hacer algo irregular y que les acaben multando.

Ahora, solo les queda esperar a que se aprueba el nuevo POUM, que según el Ayuntamiento, desatascará toda la problemática que rodea al barrio y lo dotará de lo que le haga falta. El problema es que no hay fecha definitiva para su aprobación, y mientras tanto, los vecinos de Más d'en Pastor siguen dando ejemplo de buena convivencia. "Como en todos lados, hay gente que está más de acuerdo y otros que están más disconformes, pero tenemos una idea común: el bienestar de la calle", afirma José.