Anna Tarrés se considera "exigente, perfeccionista, obsesiva", pero niega las acusaciones

Anna Tarrés se considera "exigente, perfeccionista, obsesiva", pero niega las acusaciones

Anna Tarrés, exseleccionadora española de natación sincronizada, niega toda acusación y se siente víctima de una caza de brujas.

La entrenadora, cesada tras las críticas de varias de sus nadadoras en una carta, se defendió en una entrevista en Los Desayunos de TVE aegurando que "en absoluto" exigió a ninguna de sus "chicas" que se tragase el vómito.

"Me considero una entrenadora exigente, perfeccionista, obsesiva por intentar conseguir aquello que no haya conseguido nadie", reconoció, "por buscar las mejores tendencias", pero no hasta el punto de maltratar a sus nadadoras. "Niego totalmente estas acusaciones", aseguró en relación a los que la acusan de tirana y de encubrir dopaje. "he estado trabajando durante 10 años en un centro en San Cugat, en una piscina descubierta" donde todo el mundo podía comprobar su manera de trabajar, advirtió.

"Me gusta la disciplina, me gusta el esfuerzo, el trabajo biuen hecho, el compromiso", algo que no ha tenido en cuenta el presidente de la Federación Española de Natación, Fernando Carpena, al que acusa de estar detrás de una campaña de descrédito.

Su selección de natación sincronizada, muy laureada en los últimos años, acudirá a un mundial este verano ya sin su dirección. Tarrés, que evitó desear suerte o la victoria a su equipo, aseguró que "en el deporte de élite los métodos tienen que ser exigentes" y que "hay que ser capaz de tolerar el dolor", algo que no justifica las "difamaciones" y los "insultos" contra ella.