Tiroteo en Connecticut: "Soy la madre de Adam Lanza"

Tiroteo en Connecticut: "Soy la madre de Adam Lanza"

5c8b242f3b000002076d140e

No es la madre de Adam Lanza, pero se pone en su lugar. Liza Long, una escritora estadounidense residente en Boise (Idaho), ha convertido en viral su carta escrita en The Blue Review titulada Soy la madre de Adam Lanza. En la misiva, Long explica su experiencia como madre de un niño con problemas mentales a raíz de la matanza de Newtown, en la que Lanza asesinó a 26 personas, veinte de ellas niños.

La escritora denuncia que las cárceles de Estados Unidos se están convirtiendo en "la única solución para los enfermos mentales" y aporta datos de Human Rights Watch: "el número de presos con enfermedades mentales se ha cuadruplicado del 2000 al 2006 y sigue subiendo".

Long cuenta cómo Michael, su hijo de 13 años, ha llegado a amenazarla de muerte con un cuchillo asegurando que se suicidaría después. Exactamente lo mismo que ocurrió con la madre de Lanza. "Todo terminó con tres policías y un paramédico luchando por poner a mi hijo en una camilla para llevarlo al hospital en ambulancia", relata.

"Aún no sabemos qué le ocurre a Michael", de quien su madre asegura que tiene un alto coeficiente intelectual y que, "cuando está de buen humor", puede hablar desde mitología griega hasta sobre la física de Newton y Einstein. "Pero cuando no lo está, cuidado, es imposible predecir qué le molestará", añade.

"EL SITIO DE MI HIJO NO ES LA CÁRCEL"

El relato de Long explica cómo un día decidió llevar a su hijo al hospital ante las reiteradas amenazas que sufre. Fue tres días antes de la matanza de Newtown. Tras discutir por unos pantalones, Michael llamó "zorra" a su madre. Ella le castigó sin videojuegos. Poco después, ya en el coche, el joven trató de solucionarlo: "Mira mamá, lo siento mucho, ¿puedo jugar con mis videojuegos?". "De ninguna manera, no puedes actuar así y pensar que vas a recuperar tus privilegios electrónicos tan rápido", respondió Long.

En ese momento, tal y como cuenta la escritora, "su cara se volvió fría y sus ojos se llenaron de furia calculada". "Entonces me suicidaré. Voy a saltar del coche ahora mismo y me suicidaré", dijo el joven. En ese momento, Long dio la vuelta al coche y se dirigió al hospital, entre las quejas de su hijo. "¡No me puedes hacer esto! ¡Me estás enviando al infierno!".

Cuando llegó al hospital, pidió ayuda a un policía para sacarle del coche. Tres días después, Michael se había calmado, pero Long no se cree ya las promesas de su hijo. ¿Qué hacer entonces? "Lo único que puedo hacer es incriminar a mi hijo, pero no creo que su lugar sea la cárcel", se responde.

"ES FÁCIL HABLAR DE ARMAS"

Por esa razón, Long pide ayuda: "Comparto esta historia porque soy la madre de Adam Lanza. Soy la madre de Dylan Klebold y Eric Harris. Soy la madre de James Holmes. Soy la madre de Jared Loughner. Soy la madre de Seung-Hui Cho. Y esos chicos y sus madres necesitan ayuda. Ante otra horrible tragedia nacional, es fácil hablar sobre armas. Pero es hora de hablar sobre enfermedades mentales".

"Nadie quiere mandar a un genio de 13 años que adora a Harry Potter y a sus peluches en la cárcel. Pero nuestra sociedad, con su estigma sobre las enfermedades mentales y su sistema de salud en quiebra, no nos da otras opciones", concluye Long, que pide "una discusión a nivel nacional sobre salud mental". "Es la única forma en que nuestro país puede curarse".

LEE AQUÍ EL ARTÍCULO ORIGINAL (EN INGLÉS)