Una curiosa forma de protestar contra el desempleo juvenil

Una curiosa forma de protestar contra el desempleo juvenil

El martes empezaron a verse en Sevilla unos enigmáticos carteles en los que se puede leer solo una oferta inacabada y un mail de contacto. El anunciante ha conseguido, en parte, su objetivo: mostrar su rechazo ante el drama del desempleo que están viviendo los jóvenes españoles. "La mayoría de carteles ya había desaparecido a la hora de haberlos colgado", explica el artífice del mensaje, y las imágenes de su anuncio ya circulan por la web. Ahora sólo falta que los curiosos se pongan en contacto con él.

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Su nombre es Gumer y tiene 24 años. Aunque habla de sí mismo como un estudiante de arquitectura, en realidad hace ya medio año que aprobó todas las asignaturas y ahora tan sólo le queda lo que él define como "el último escollo", el proyecto final de carrera.

Gumer dice sentirse bastante deprimido últimamente, las causas son muchas, pero la principal sólo una, "la falta de empleo". Todos sus ahorros se han ido terminado poco a poco y ha tenido que superar la vergüenza que para él supone volver a pedir dinero a sus padres. "Me hace sentir inútil", lamenta.

Además, le duele haber visto a la mayoría de sus amigos "tomando aviones a diversos destinos europeos no invadidos por un espíritu aventurero, sino con intención de poder costearse su propia vida". Eso le hace darse cuenta de que sus opciones profesionales en España son muy reducidas. "Y las veces, pocas, en las que consigo cambiar mi pensamiento y creer en que sí voy a ser capaz de continuar haciendo mi vida aquí, siempre viene alguien a encargarse de decirme lo contrario, '¿Arquitectura? Uf, eso ahora está muy mal, ¿tienes ya pensado irte al extranjero?", comenta entristecido.

Gumer asegura que no le preocupa buscarse la vida fuera de su país, pese a que adora su ciudad, Sevilla, a su familia y a sus amigos y vivir en España.

Todos estos pensamientos le llenaron de rabia y energía para gestar lo que él llama "el grito mudo" de sus carteles. "Cuando los colgué no tuve más intención que la de buscar mi propio alivio y la esperanza de que alguien los leyese y me escribiese para intercambiar opiniones".

Aun nadie se ha dirigido a Gumer, pero no oculta la emoción que siente al saber que su cartel ha llamado la atención.

La situación de este joven es la misma que la de millones de españoles y, aunque tienen la valentía de emigrar, sigue siendo una decisión complicada.