El obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, compara el aborto con la esclavitud

El obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, compara el aborto con la esclavitud

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A los obispos se le agotan las comparaciones para ‘concienciar’ sobre lo que, entienden, representa el drama del aborto.

El último ha sido el de Alcalá de Henares y también presidente de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Reig Pla, quien ha hecho una similitud entre la interrupción voluntaria del embarazo y la esclavitud.

“Que un día, ojalá sea pronto, podamos decir que todas las leyes que en España permiten la muerte de seres inocentes en el seno de sus madres o todas aquellas que puedan por acción u omisión promover la muerte de ancianos o enfermos, al final, van a ser abolidas en España. Ese día sería un día de grito de libertad como el día que se aprobó la abolición de las leyes de la esclavitud”, ha dicho.

LAS TRES LEYES

Reig Pla ha intentado, con estas palabras, ‘calentar’ el Encuentro Internacional por la Vida, que se celebrará este fin de semana en la Universidad CEU San Pablo. Su inquietud ante el aborto es máxima, y enmarca las críticas de los obispos en una “batalla” que augura “larga”. “Tan larga, posiblemente, como la que pretendía abolir la esclavitud. Porque estamos viviendo un momento de crisis de civilización en que se ha oscurecido el carácter inviolable de la vida humana”, ha señalado.

El obispo de Alcalá ha citado tres leyes que, a su juicio, “amenazan la vida humana en España”: la Ley de Reproducción Asistida y de Investigación con Embriones; la ley de Investigación Biomédica; y la Ley orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Las tres, sostiene, “socavan, minan” el Estado de Derecho.

Y tras las palabras, sus ejemplos. Porque según Reig Plá someterse a un aborto provoca un “síndrome del postaborto” que afecta a las mujeres sin importar la edad. En este sentido, ha señalado que incluso acuden personas con 70 años “que no se han podido quitar nunca ese sufrimiento” o “chicas que han abortado siete, ocho y hasta diez veces y que están destrozadas”.