El reparto del déficit de 2013: Tensión entre las comunidades y en el PP

El reparto del déficit de 2013: Tensión entre las comunidades y en el PP

EFE / Paco Campos

El déficit autonómico y la financiación de las comunidades son temas farragosos, complicados, llenos de ecuaciones. Pero, detrás de las cifras macroeconómicas, se esconde un asunto de alta sensibilidad política que hace temblar a los barones de los partidos. Y, con la mayoría de las autonomías en manos del PP, en La Moncloa y en Génova no saben todavía la manera de resolver el sudoku.

Oficialmente se habla de un trato justo para todos, pero algunos líderes del partido, como el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, ya han mostrado sus reticencias a que se aplique una cifra a la carta para cada gobierno. Las comunidades se encuentran de nuevo en un proceso de redefinición del techo de desequilibrio tras cambiar el Ejecutivo central el límite previsto del 0,7% al 1,2% para este año.

A pesar de suavizar la cifra, Cataluña la considera insuficiente porque la relajación del objetivo para todas las administraciones, según sus cálculos, se traduce en 33.000 millones, de los que 32.000 corresponderían al Gobierno central y solo mil para los territorios.

Las comunidades venían pidiendo desde hace tiempo al Gobierno una flexibilización del objetivo porque cada décima supone recortes de millones de euros. El gasto de las autonomías corresponde especialmente a Sanidad y Educación, competencias que tienen transferidas, y cada ajuste supone acrecentar el malestar de los ciudadanos. En medio de esta clima, el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, explicará mañana a la cúpula del partido en el Comité Ejecutivo Nacional los planes aprobados por el Gobierno.

Además de la defensa del Estado del Bienestar, muchos jefes autonómicos ven como se acerca el ecuador de la legislatura y que dentro de unos meses, aunque no de cara a la opinión pública, arrancará la maquinaria electoral con vistas a 2015. Asimismo, algunas encuestas ponen de manifiesto un desgaste de los populares en regiones como Madrid y la Comunidad Valenciana.

En la Conferencia de Presidentes del pasado mes de octubre, todas las autonomías mostraron su compromiso con la reducción del déficit, pero hicieron llegar al presidente del Gobierno sus inquietudes por el ritmo de su aplicación.

Aunque realizaron un esfuerzo de gran calado, las comunidades no lograron cerrar el pasado ejercicio con la cifra aprobada del 1,5 % del PIB. Se quedaron a dos décimas, al marcar un saldo negativo del 1,73%. Por encima de lo estipulado se situaron la Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña, Andalucía, Baleares y Castilla-La Mancha.

A partir de ese momento algunas reclamaron, con la esperanza de que la UE abriera la mano, otro margen porque estimaban casi imposible recortar el doble durante 2013. Se inició entonces una batalla soterrada entre las comunidades ‘cumplidoras’ y las que no. Y el punto en el que se volvió a encender el debate fue cuando se intuyó la posibilidad de un ‘déficit a la carta’ tras la reunión secreta de Rajoy con el presidente catalán, Artur Mas, en La Moncloa.

EL GOBIERNO BUSCARÁ EL ACUERDO

Ante las tensiones de los últimas semanas por este tema, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró el pasado viernes, tras el Consejo de Ministros, que se buscará el “máximo acuerdo de todos”. No obstante, precisó que todos deben ser conscientes de que hay objetivos que “cumplir” y que este es un camino necesario para salir de la crisis.

Como recuerda habitualmente, insistió en que esta cuestión se debe discutir en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), el máximo órgano de coordinación financiera entre la Administración central y las autonomías. Una comisión en su seno está estudiando esta posibilidad sobre el déficit y tiene previsto presentar al Consejo sus conclusiones.

LOS BANDOS AUTONÓMICOS

Monago ha sido claro sobre el asunto. Está en contra de que haya un techo particular y defiende que sea el mismo, como en los pasados años. En caso de que el Gobierno cambiase la práctica, su comunidad ha dicho que está dispuesta a definir un techo a su medida.

El presidente extremeño ha criticado esta semana que se quiera cambiar el objetivo de déficit "para darle gusto, para darle más a Mas", cuando "Mas es el que ha hecho menos por el objetivo de déficit". "No se trata de darle más a Mas, sino más al que más ha hecho, y menos al que no hizo más, es decir, al señor Mas", insistió en su juego de palabras.

En el bando de los que rechazan los objetivos individuales se encuentran algunas de las comunidades más emblemáticas gobernadas por los populares: Madrid y Castilla y León. “No estoy de acuerdo con un objetivo de déficit a la carta”, dijo hace tres días el presidente madrileño, Ignacio González.

En el otro extremo se encuentra el Gobierno balear. Su presidente, José Ramón Bauzá, ha afirmado públicamente que es "de sentido común" que cada comunidad autónoma tenga un objetivo en función de sus "peculiaridades" y que se pondere "el esfuerzo" que supone en cada caso el ajuste presupuestario.

"Baleares tiene un PIB muy elevado y un presupuesto muy reducido comparado con otras comunidades autónomas", por lo que "cada décima de reducción del déficit supone un esfuerzo de más millones" de euros que a otras regiones, según Bauzá. Esta opinión sobre cifras individualizadas también es compartida por el presidente valenciano, Alberto Fabra, que lo ha solicitado en varias ocasiones.

Entre estos dos mares, hay quien opta por la línea más ortodoxa del equilibrio presupuestario. El jefe del Ejecutivo de La Rioja, Pedro Sanz, ha asegurado que mantiene el objetivo del 0,7%, aunque no ha renunciado totalmente al “colchón” del 1,2%.

Y, mientras, Andalucía va a instar a Rajoy a convocar de nuevo la Conferencia de Presidentes para abordar la situación económica. Por ahora, Moncloa no habla de una nueva reunión de todos los líderes territoriales en el Palacio del Senado.