'Caso Bárcenas': La hora de la verdad para Rajoy

'Caso Bárcenas': La hora de la verdad para Rajoy

AFP

Mariano Rajoy lleva marcada a fuego una frase del premio Nobel gallego Camilo José Cela: “El que resiste, gana”.

Gracias a su perseverancia a la hora de cumplir este lema hasta sus últimas consecuencias, el presidente del Gobierno ha logrado salir indemne de las mil y una batallas en las que se ha metido (o le han metido) a lo largo de los últimos años.

El problema de los lemas es que son útiles... hasta que dejan de serlo. Y, a Rajoy, su apelación a la resistencia se la ha agotado el que fue guardián de los tesoros de su partido, el PP, durante 20 años: Luis Bárcenas.

Bárcenas y, sobre todo, lo que se ha denominado caso Bárcenas, no será un pie de página en los libros de historia que narren la etapa de Gobierno de Rajoy. A estas alturas nadie duda de que, como poco, representarán un capítulo. La duda reside en si será precisamente el último. El epitafio del presidente del Gobierno.

Rajoy comparecerá este jueves en el Parlamento para "dar explicaciones y mi versión al conjunto de los ciudadanos” sobre la presunta financiación irregular del PP y el supuesto pago de sobresueldos en b a altos cargos de la formación, avanzó a mediados de julio. A priori, las palabras de Rajoy deberían haber actuado como un tranquilizante sobre una sociedad que tiene demasiadas preguntas sobre el caso Bárcenas y casi ninguna respuesta; una sociedad para la que, según reflejan las últimas encuestas, merece más credibilidad un extesorero con 48 millones de euros en varias cuentas bancarias en Suiza que el propio líder del Ejecutivo.

La confianza hacia Rajoy estas últimas semanas no ha aumentado ni un ápice no porque la sociedad se haya asentado en el descreimiento, sino porque el propio presidente del Gobierno ha hecho todo lo posible para evitar cambiar la tendencia. Por varios factores:

- Acude al Parlamento a la fuerza

Una vez más, Rajoy intentó hacer bueno el lema de ‘quien resiste gana’. Todas las peticiones para que explicase en el Congreso ‘su’ versión del caso Bárcenas fueron despreciadas —la mayoría absoluta del PP sirve, entre otras cosas, para eso—. Sólo la reiterada presión de los grupos de la oposición, incluida la propuesta de presentar una moción de censura o plantear su dimisión, y, sobre todo, las revelaciones del diario El Mundo en forma de mensajes de texto entre Rajoy y Bárcenas en los días en los que el líder del Ejecutivo aseguraba haber cortado todo contacto con el extesorero, lograron torcer el brazo de Rajoy y, a regañadientes, forzar su comparecencia.

- No hablará solo de Bárcenas

La tarde en la que Rajoy anunció que comparecería en el Parlamento matizó que, efectivamente, hablaría del caso Bárcenas. Pero no sólo. “Este es el momento oportuno y adecuado para plantear el futuro de las cosas y lo que pretende hacer el Gobierno en los próximos meses", señaló. Los partidos de la oposición, con el PSOE a la cabeza, temen que Rajoy aproveche la sesión de este jueves para salirse por la tangente y profundizar en cuestiones políticamente más cómodas para él, como la última Encuesta de Población Activa (EPA) o los tímidos signos de recuperación que ya detecta el Gobierno.

- Un formato cómodo

La fórmula es la misma que rige cuando se informa sobre el resultado de las cumbres europeas y que está regulado por el artículo 203 del Reglamento de la Cámara Baja. Rajoy intervendrá sin límite de tiempo. Tras él, los portavoces de las fuerzas políticas podrán interpelarle durante 25 minutos. Pasadas todas las exposiciones, Rajoy volverá a tomar la palabra para responder a todos los portavoces al mismo tiempo. Los partidos tendrán opción de una segunda réplica, aunque con un tiempo tasado de cinco minutos. Rajoy tendrá la última bala: podrá, si así es su deseo, cerrar el debate. No es una ventaja menor.

- Preguntas, las justas

Rajoy concedió celebrar el pleno de hoy, pero a cambio ha eliminado la tradicional rueda de prensa de balance de año antes de las vacaciones de verano. No es lo mismo responder a intervenciones de varios partidos políticos que responder a las preguntas directas que formulan los periodistas. Esa estrategia del “no se puede querer todo” incrementa las dudas de los más escépticos sobre la utilidad de la intervención de hoy. Temen que en realidad Rajoy mencione de pasada el caso Bárcenas y se centre en ideas de conjunto sobre la corrupción que, recalcará, afecta a todos los partidos políticos.

- Bendita fecha

La intervención de Mariano Rajoy en el Senado —el Congreso de los Diputados se encuentra en obras— se producirá en el momento en el que miles de españoles salen de vacaciones. El 1 agosto es el día en el que, según la DGT, se producen más desplazamientos de todo el año. No es tanto que la mayoría de la gente no pueda escuchar lo que dice el presidente (apenas hay vehículos sin radio, apartamentos de verano sin televisión o móviles sin conexión a Internet o acceso a redes sociales) como que, inevitablemente, el grado de indignación decae. La prioridad es descansar: Bárcenas puede poner patas arriba un Gobierno, pero no las vacaciones de los ciudadanos.

- B-A-R-C-E-N-A-S

Son ocho letras. Cualquier niño de tres años es capaz de unirlas y decir Bárcenas sin el más mínimo problema. Pero Rajoy, a sus 58 años, lleva meses demostrando que es una palabra tabú. Por más preguntas que le hagan al respecto, por mucho que le aprieten, Rajoy ha sido incapaz (hasta el momento) de nombrar a su extesorero, lo que hace que su reciente aseveración de que “nunca me he sentido amenazado” tenga la misma fuerza que un globo desinflado. Una de las grandes incógnitas reside en si será este jueves cuando, por fin, Rajoy sea capaz de pronunciar el apellido de su exgerente. Le permitiría dar la sensación de que, efectivamente, ha cogido el toro por los cuernos sin temer a nada ni a nadie. Sería hacer buena la estrategia de ‘vender’ como excepcional algo que debería entenderse como absolutamente normal.

- Demasiadas incógnitas

El caso Bárcenas ha dado tantos giros, se han publicado tantas revelaciones, se ha embrollado de tal forma, que el número de dudas han ido creciendo mes a mes. Rajoy no necesita una mañana para despejar todas las incógnitas: requeriría de varios días. El diario El Mundo publica hoy las 50 incógnitas que debería despejar hoy el presidente del Gobierno. El periodista Melchor Miralles le plantea en ABC 19 dudas y el diario online Lainformación.com aporta otras 10.

La Sexta también tiene su batería de cuestiones:

Y el diario El País no presenta su lista de preguntas a responder, sino un largo editorial cuyo título no deja espacio a la ambigüedad: Una explicación clara. “Además de reconocer la confianza traicionada por el antiguo tesorero del partido, Rajoy tiene la oportunidad de aceptar que su organización ha podido beneficiarse de financiación irregular y de prometer una investigación independiente, amén de comprometerse a tomar las medidas necesarias para que ello no vuelva a ocurrir”, apunta el texto.

Es la hora de Rajoy. “No queremos su versión, queremos la verdad”, puntualizó la ‘número dos’ del PSOE, Elena Valenciano. Sólo la verdad directa, sin ambages, sin omisiones evidentes, podrán despejar todas las dudas existentes.

Ya no es sólo cuestión de resistir, como defendía Cela. Porque empecinarse en esa idea puede llevar a recordar el aforismo de Oscar Wilde: "Puedo resistir todo en la vida, excepto la tentación".

Es su hora, señor presidente.