Cospedal lo niega todo y responsabiliza a Rajoy del finiquito a Bárcenas

Cospedal lo niega todo y responsabiliza a Rajoy del finiquito a Bárcenas

María Dolores de Cospedal lo ha negado todo: sobresueldos, responsabilidad sobre el descontrol en las donaciones recibidas por los conservadores o pagos en B. Lejos de las pérdidas de memoria selectiva sufridas ayer por Francisco Álvarez Cascos y Javier Arenas, la secretaria general del PP se ha aferrado al "no me consta" cuando ha sido preguntada por los temas más complejos.

No ha sido todo, sin embargo, tan previsible. En un acto sin precedentes, Cospedal ha responsabilizado al líder del partido y presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de la indemnización en diferido pactada con el extesorero en una reunión a la que también asistió Javier Arenas.

Según ha revelado el portavoz de la acusación popular Adade José Mariano Benítez de Lugo, Cospedal "ha negado radicalmente los pagos en B y ha dicho que no sabía nada de las donaciones". La secretaria general del PP "ha sido más contundente" que Arenas y Cascos ayer y en varias ocasiones ha respondido con "eso es falso, no es cierto", ha comentado.

"No he conocido otro tipo de ingresos que los recogidos en la contabilidad remitida al Tribunal de Cuentas", ha dicho Cospedal en su declaración, aseguran fuentes cercanas a la secretaria general del PP citadas por la agencia Efe.

Según Gonzalo Boyé, también de la acusación popular, Cospedal ha negado, como sostuvieron ayer Cascos y Arenas, que hubiera "descontrol" en las donaciones recibidas por el PP.

Boyé ha sido muy crítico con el magistrado de la Audiencia Nacional Pablo Ruz porque, a su juicio, "no ha dejado interrogar sobre nada relevante, a todo lo que afectase a Castilla La Mancha o las cantidades con las que se indemnizó al tesorero. Ha restringido demasiado el derecho a interrogar", se ha quejado en una entrevista al programa Al Rojo Vivo, de La Sexta.

Así, Cospedal no ha podido ser interrogada -por afectar a aforados que deberían responder ante otra jurisdicción distinta a la Audiencia Nacional- por el pago de 200.000 euros supuestamente entregados por el expresidente de Sacyr Luis del Rivero al PP de Castilla-La Mancha para la campaña de Cospedal tras haber obtenido una filial de dicha empresa, Sufi, una contrata de limpieza en el Ayuntamiento de Toledo

Según el relato de Boyé, Cospedal —"estaba muy normal, muy en su estilo y muy segura en lo que estaba haciendo"— ha definido la relación entre ella y Bárcenas de "inexistente" y ha asegurado sobre la salida de Bárcenas de la Tesoreria del PP que no tuvo nada que ver con las condiciones pactadas con éste y que entiende que fueron acordadas en la reunión que en marzo de 2010 el exsenador popular mantuvo con el presidente del partido, Mariano Rajoy y el exsecretario Javier Arenas.

La secretaria general del PP ha declarado como testigo ante el juez del caso Bárcenas, Pablo Ruz, tras interrogar este martes a los exsecretarios generales del partido Javier Arenas y Francisco Álvarez-Cascos acerca de la supuesta caja B del PP y el sistema de donaciones. Ambos negaron que en el PP haya habido movimientos en B y aseguraron que no tenían un control de las donaciones porque creían que esa era labor del tesorero. Sin embargo, el exgerente del PP que sustituyó a Bárcenas, Cristobal Páez, sí reconoció este martes ante el juez que recibió 12.000 euros en B.

POR UN LADO PITADA; POR OTRO, VÍTORES

En la calle de entrada a la Audiencia Nacional una veintena de manifestantes afectados por las preferentes de Bankia esperaban a Cospedal con carteles pidiendo su dimisión y entre gritos reclamando el ingreso de Cospedal en la cárcel de Soto del Real.

Junto a ellos se ha situado otra veintena de jóvenes simpatizantes del PP, todos ellos procedentes de Castilla-La Mancha, que han aplaudido y jaleado a la 'número dos' del partido.

Todos ellos han sido retenidos por la Policía Nacional en el arranque de la calle Prim, donde se encuentra la Audiencia, lo que ha provocado que los ánimos se encendieran en el momento de la llegada de Cospedal, aunque todo se ha quedado en un enfrentamiento verbal.