Japón eleva el nivel de gravedad de las fugas de agua radiactiva en Fukushima

Japón eleva el nivel de gravedad de las fugas de agua radiactiva en Fukushima

AFP

La Autoridad Reguladora de la Energía Nuclear (NRA) de Japón ha decidido elevar del uno al tres el nivel de gravedad de las fugas de agua radiactiva que se han producido estos meses desde la central de Fukushima-1.

La Escala Internacional de Accidentes Nucleares está formada por siete niveles. El nivel uno indica una 'anomalía', y el tres, un 'incidente importante'. Este nivel caracteriza las emisiones que tienen un impacto en las personas y el medio ambiente, con efectos no letales, así como daños en zonas de trabajo para su control.

"Teniendo en cuenta la cantidad y la densidad de la radiación en el agua filtrada, el nivel tres es el adecuado", ha explicado la NRA en un comunicado publicado en su página web (en japonés).

Se trata del primer cambio en el nivel de alerta por radiación nuclear desde el accidente en la central, que alcanzó el grado siete -el máximo-, equiparándolo con el ocurrido en la central de Chernóbil en 1986.

El pasado 8 de agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón reveló que diariamente se vierten al subsuelo de los alrededores 1.000 toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al Pacífico.

El mismo día, La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO)informó de que había detectado en el aire de la zona niveles de radiación superiores a los normales, y que dos de sus trabajadores habían estado expuestos a ellos mientras esperaban la llegada de un autobús.

Consciente de estas magnitudes, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha ordenado al Ministerio que se implique directamente en el problema de los vertidos radiactivos y no ha descartado la utilización de fondos públicos.

MEDIDAS PARA FRENAR LAS FUGAS

TEPCO ha inyectado un cóctel de agentes químicos para endurecer el subsuelo y crear un muro subterráneo alrededor de los reactores nucleares uno y dos, y ha instalado una red de tuberías para extraer las toneladas de agua radiactiva acumuladas.

El pasado viernes, la compañía eléctrica comenzó a bombear el agua radiactiva desde el subsuelo hasta la superficie, a un ritmo de 60 toneladas diarias, para almacenarla en los tanques que ha construido alrededor de la central.

Sin embargo, los trabajos sobre los reactores tres y cuatro todavía están en marcha, por lo que se calcula que diariamente siguen liberando unas 35 toneladas de agua radiactiva.

Los problemas de la central nuclear se deben al terremoto y al tsunami del 11 de marzo de 2011. Fukushima-1 estaba preparada para un terremoto, ya que Japón se asienta sobre una falla, pero no para un tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.

NIÑOS CON CÁNCER

Los análisis médicos para comprobar el impacto de la crisis nuclear en los residentes de la prefectura de Fukushima han desvelado 18 casos de menores a los que se ha diagnosticado cáncer de tiroides. Otros 25 menores de edad de la prefectura han presentado síntomas de padecer esta enfermedad.

La cifra es superior a la presentada a primeros de julio, cuando el estudio detectó 12 casos, y también son más que los cinco de 2012 y los siete de 2011.

Según la cadena estatal NHK, el comité encargado de realizar los test médicos ha analizado a cerca de 360.000 menores de 18 años de la zona.

Según los expertos, las sustancias radiactivas emitidas por la central se pueden acumular en las glándulas tiroides de los niños, lo que incrementa su riesgo de padecer un cáncer.

No obstante, el encargado de dirigir el comité, Hakuto Hoshi, ha admitido a NHK que no puede confirmar que los casos de cáncer tengan una relación directa con el accidente nuclear de Fukushima.

Hoshi ha confirmado que revisarán cautelosamente los datos acumulados de radiación y cada caso de manera individual para poder ofrecer una explicación pormenorizada de la situación a los residentes de la prefectura.

A finales de mayo la ONU presentó un informe preliminar elaborado por su Comité Científico donde aseguraba que la rápida y masiva evacuación de la población tras producirse la catástrofe reducía hasta diez veces las posibilidades de que se desarrollaran cánceres por la radiactividad.