Madrid 2020: Lo que se juega la ciudad (y sus políticos)

Madrid 2020: Lo que se juega la ciudad (y sus políticos)

¿Es la hora de Madrid? Apenas faltan quince días para que la capital sepa si albergara sus anhelados (al menos por las autoridades) Juegos Olímpicos. Tras dos intentos fallidos consecutivos, la villa aspira a ser designada en plena crisis económica. Todos llaman al espíritu olímpico… pero detrás pesan más los motivos económicos y políticos.

Hay una regla no escrita en el Comité Olímpico Internacional (COI) de alternar los Juegos entre Europa y otra zona del planeta. A la vieja Europa le correspondería en 2020 tras haberse elegido a la emergente Río de Janeiro para 2016. Eso era hasta ahora y Madrid es la única candidata con sello azul y estrellas amarillas. No obstante, la geopolítica ha dado un vuelco de 180 grados en los últimos años y esta norma de caballeros puede ser eliminada de un plumazo.

Precisamente, Madrid puede tener a sus propios enemigos dentro del conjunto europeo. Algunos países de nuestro entorno tienen la vista puesta en 2024 y la elección de la capital española sería una piedra en su camino. París, Copenhague y San Petersburgo ya sopesan la posibilidad de luchar para dentro de 11 años.

Eso es mucho futuro. En esta ocasión, junto a Madrid, aspiran a ser la sede del olimpismo Tokio y Estambul. Una carrera durísima entre tres de las ciudades más atractivas del mundo. En esta batalla todo vale y hasta el último minuto se puede arrancar un voto. Recuérdese el caso de 2005, cuando el exatleta británico Sebastian Coe birló in extremis apoyos a París y se llevó a Londres los Juegos de 2012.

¿QUÉ OFRECE MADRID?

Madrid es la candidata con más experiencia. Es su tercer intento consecutivo. “Vamos con poderío, con toda la experiencia que hemos ganado no sólo en esta candidatura sino en las dos anteriores. Estamos convencidos de los buenos resultados”, ha asegurado esta semana el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco.

En esta competición, además de tu proyecto e infraestructuras, el marketing es vital. Por el camino de entrar por los ojos (más que por el análisis calmado) consiguió Río vencer hace unos añso a Madrid, Tokio y Chicago. ¿Y cómo se vende la ciudad al mundo?

En el dossier oficial para el COI las dos primeras imágenes que se ven son toda una declaración de principios: la pasarela de Perrault en Madrid Río y las terracitas de la Plaza de Santa Ana. Esa es la combinación de tradición y modernidad que se quiere transmitir.

“Madrid es una ciudad acogedora, confortable, segura y cosmopolita. Sus habitantes son cordiales, apasionados, solidarios y amantes del deporte. Con una situación geográfica perfecta, óptimas condiciones climatológicas, excelentes infraestructuras, tecnología de vanguardia, una red de transporte accesible y de primer nivel, y una oferta cultural y de entretenimiento inigualable”. Así se define la ciudad para ganar.

Pero no todo son rosas. Madrid llegará a Buenos Aires en medio de la crisis económica más dramática que ha vivido en las últimas décadas y con una pregunta que planea: ¿puede permitirse la ciudad ese gasto? Una incógnita es si los miembros del COI verán en la candidatura una oportuniada para reflotar al país o si copiarán la desconfianza imperante en los mercados internacionales de deuda.

Ante estas dudas, Madrid responde a los miembros del COI que el plan financiero es “sólido” y ha sido trabajado de manera “minuciosa”. Argumenta la candidatura que muchas de las infraestructuras ya están hechas, por lo que hay “una reducida necesidad de inversión y sin riesgos presupuestarios”. “Un proyecto realista”, rematan en el texto enviado al Comité.

Si Madrid consigue su sueño, montar los juegos costará 2.418 millones de euros (de los que 1.516 millones de euros se corresponden a la construcción y adaptación de infraestructuras). La candidatura defiende que este presupuesto es inferior a los Juegos de Londres y de Río. Asimismo, se argumenta que es rentable hacer esta inversión, pues, según sus cálculos, se crearían 83.000 puestos de trabajo a tiempo completo y el impacto sobre el PIB español sería de unos 3.900 millones de euros.

LO MEJOR Y LO PEOR DE LAS RIVALES

La megaurbe por excelencia, Tokio, quiere reiventarse gracias a los Juegos. Los japoneses tienen en mente recuperar los decampados de la bahía de su capital, uno de sus secretos mejor guardados y más desconocidos, para construir la ampliación de la ciudad. Prometen todo un espectáculo arquitectónico (al más puro estilo futurista japonés) entre islas artificiales. Suena muy bien. ¡Ah, y con estadio de Zaha Hadid incluido y un presupuesto de 4.500 millones de dólares!

Todo tiene una cara menos bonita. Y la capital nipona presenta también problemas (el COI le ha sacado los colores ya en alguna ocasión). Su principal punto negro: el interés de los tokiotas por los Juegos es inferior al de los madrileños y los habitantes de Estambul. Asimismo, el Comité ha advertido del ambicioso plan de construcción, aunque no duda de que lo puedan llevar a cabo.

Existe otro ‘pero’ para Tokio, los desorbitados precios de sus hoteles. Dormir en un hotel de cinco estrellas en la capital durante esos días rebasaría perfectamente los 400 euros por cada noche. Una cifra para clientes con tarjeta de oro.

Cuando el COI anunció la terna de finalistas, Madrid y Tokio miraron de reojo a Estambul. Lo tenía todo desde el punto de vista sentimental. Una ciudad atractiva, en un país emergente, una economía vigorosa frente a las potencias tradicionales, un halo de misterio y la necesidad de un gran evento para colocarse definitivamente en la órbita de las grandes ciudades. Era la típica opción del COI, que recordaba mucho al Seúl de los ochenta y a la Barcelona de los noventa.

Lo que no tenía en mente la ciudad es que en la recta final de la elección iba a ser el escenario de multitudinarias protestas callejeras. Estambul en pie, mientras las autoridades intentaban hacer lobby en Suiza. Por supuesto, el Comité en su estilo ha obviado mencionar en sus informes esta situación.

Oficialmente, lo que no ha gustado al COI han sido las previsiones demasiado “optimistas” de la ciudad turca sobre las distancias de las sedes. No se debe olvidar la magnitud de la ciudad y el caótico tráfico que impresiona a los turistas que allí desembarcan. Ahora, si quieren negocio, Estambul es la ciudad, ya que requiere de unas inversiones que rondarían los 16.800 millones. Los constructores se frotan las manos.

LA TABLA DE SALVACIÓN DE BOTELLA

El mayor rédito político de unos Juegos corresponde al alcalde de la ciudad. Pueden servir de trampolín y muchos regidores los han aprovechado para sus propios intereses. Los de Londres fueron capaces de convertir a un alcalde muy dado a la broma gruesa, el conservador Boris Johnson, en el aspirante más sólido en la sombra para suceder a su amigo (y enemigo desde su época estudiantil en Eton) David Cameron al frente de su partido. Más cerca queda el caso de Pasqual Maragall, que fraguó buena parte de su reputación política cuando dirigía el consistorio de Barcelona en su época olímpica.

La delegación madrileña tiene como cabeza más visible a la alcaldesa, Ana Botella. Ella ha heredado el proyecto de Alberto Ruiz-Gallardón, que ligó parte de su futuro político a estos Juegos. La regidora -que llegó al ayuntamiento tras la marcha de Gallardón al Ministerio de Justicia- no pasa por su mejor momento político. Y en su mente están las elecciones municipales de 2015.

Menos de dos años faltan para esos comicios y no está nada claro que Botella sea la número uno de la lista. Todo está en manos de Mariano Rajoy, que no ha dicho nada sobre este puesto. En algunos medios ha llegado a publicarse el nombre de la delegada del Gobierno en la comunidad, Cristina Cifuentes, como posible recambio de la mujer de José María Aznar.

Hasta Buenos Aires viajarán el presidente del Gobierno, Botella e Igancio González -que también llegó a la Presidencia de la Comunidad de Madrid de rebote tras el abandono de Esperanza Aguirre-. Lo que pase en Argentina será crucial para el futuro político de estos dos líderes regionales.

Todos a sus posiciones. Últimos estiramientos. El dorsal ya colocado. En sus puestos los deportistas y los políticos. Preparados, listos... ¡ya!