¿Por qué fracasó la candidatura olímpica de Madrid 2020? El dopaje y la crisis fueron claves

¿Por qué fracasó la candidatura olímpica de Madrid 2020? El dopaje y la crisis fueron claves

EFE

El presidente del COE, Alejandro Blanco, aseguró después de conocer que el proyecto de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos de 2020 había fracasado: "No sé lo que ha pasado". Pocos en la delegación española encontraban explicación a por qué la candidatura española fue la primera eliminada, pero un día después dos aspectos se dibujan como los principales motivos del rechazo de los miembros del COI: los escándalos de dopaje y la crisis económica.

Nawal el Moutawakil, miembro marroquí del Comité Ejecutivo, resumió la desconfianza del COI hacia la economía española al asegurar que el país tenía problemas más graves en los que gastar su dinero que en el proyecto olímpico. La nadadora Thaïs Henríquez apuntaba en la misma dirección en una entrevista en el diario 20 Minutos: "Nadie confía en la capacidad de España. En Japón son meticulosos y no se duda de su capacidad para presentar proyectos en su plazo".

La fortaleza económica era, precisamente, una de las grandes bazas de Tokio, que fue finalmente la ciudad ganadora: si Tokio fuera un país, estaría entre las diez primeras economías del mundo. Y eso es algo que agrada al COI, acostumbrado a los lujos y preocupado por las estrecheces económicas.

Por eso, a sus miembros no acababa de convencerles la candidatura de "bajo presupuesto" por la que apostaba Madrid, que prometía organizar los Juegos de 2020 con 1.900 millones de dólares. Tokio quiere gastarse 4.400 millones.

Del mismo modo, y según asegura el diario El Mundo, España insistió demasiado en su presentación en que el país necesitaba los Juegos Olímpicos como empujón económico y moral, mientras que los miembros del COI prefieren escuchar qué puede ofrece un país a los Juegos.

EL DOPAJE, PUNTO DÉBIL

Los escándalos de dopaje descubiertos en España en los últimos años, como la Operación Puerto o la Operación Galgo, también golpearon con fuerza a Madrid 2020. Y se vio venir desde el principio, cuando los miembros del COI insistieron en sus preguntas sobre este tema.

Adam Pengilly, británico vicepresidente de la Comisión de Atletas del COI, fue directo a ello al referirse a la "destrucción de las bolsas de sangre". El noruego Gerhard Heiberg preguntó por "casos no muy buenos" relacionados con el dopaje y la "actitud de las autoridades" al respecto.

La respuesta de Alejandro Blanco no contentó al COI. "España está a la altura en la lucha contra el dopaje no sólo por el número de controles, sino por el firme compromiso del Gobierno y de los atletas para luchar contra esta lacra. Hemos tenido un problema por haber endurecido la ley y haberlo llevado al terreno judicial. Eso ha alargado el proceso, pero todo surge por el compromiso contra el dopaje", dijo.

"No tengan dudas de que España es uno de los socios más fiables para acabar con esta lacra. Creemos en el deporte limpio", añadía.

José Sámano, del diario El País, subraya que la respuesta contrasta con la actuación de las autoridades españolas ante los escándalos del dopaje: "Se ha demorado la ley antidopaje" y se "ha remoloneado con la mal cerrada Operación Puerto, lo que provocó el mayor interés en el interrogatorio posterior a la presentación en Buenos Aires".

OTROS INCONVENIENTES

Además del dopaje y la crisis, otros motivos pueden haber ayudado a que los miembros del COI rechazasen a Madrid 2020. El Mundo apunta uno de ellos: "Se trataba de alejar los Juegos del 2020 de Europa y de esa forma, en una economía mejor en la zona Euro, poder presentar candidatas al 2024".

La prensa francesa, de hecho, considera este domingo que la elección de Tokio para organizar las Olimpiadas de 2020 constituye un elemento positivo de cara a una nueva posible candidatura de París con vistas a 2024. Roma puede ser otra de las beneficiadas.

Tampoco ayudaron a Madrid las dificultades de los políticos con otros idiomas, especialmente el inglés. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, leyó toda su intervención en castellano y la alcaldesa de Madrid evidenció durante los últimos días sus problemas con otras lenguas. En su intervención final dejó una frase para el recuerdo: "Relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor."