La falta de acuerdo político fuerza el cierre del Gobierno en EEUU

La falta de acuerdo político fuerza el cierre del Gobierno en EEUU

La rivalidad política lo puede todo. La incapacidad para negociar un límite de endeudamiento público entre republicanos y demócratas ha provocado el primer cierre del Gobierno en Estados Unidos desde el año 1995.

A las 6:00 horas de España, medianoche en EEUU, se ha hecho oficial a través de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, que ha emitido una circular interna en la que ordena a los distintos departamentos que ejecuten los planes "para llevar a cabo un cierre ordenado del Gobierno".

Estaba previsto que este 1 de octubre el Tesoro de Estados Unidos superara irremediablemente el límite de endeudamiento público, fijado en 16,7 billones de dólares, cayendo así en una nueva crisis de liquidez que podía llevar al cierre de la administración pública.

Para evitarlo era necesario que republicanos y demócratas se pusieran de acuerdo en el Congreso para ampliar el límite de endeudamiento público hasta los 988.000 millones de dólares, garantizando así el funcionamiento del Gobierno hasta la elaboración de los nuevos presupuestos generales.

Pero la oposición republicana puso como condición para un acuerdo de ampliación del límite la eliminación de la reforma sanitaria del Gobierno de Obama, conocida como Obamacare. Ese es el punto en el que las negociaciones se han estancado, pese a los llamamientos a la "responsabilidad" del propio presidente de Estados Unidos.

MILES DE FUNCIONARIOS EN SUS CASAS

El cierre obligará a mandar a casa a más de 800.000 de los 2,1 millones de funcionarios federales durante el tiempo que dure la escasez de fondos y podría costar más de 1.000 millones de dólares a las arcas públicas, según la Casa Blanca.

La emisión de datos económicos se interrumpirá y los parques nacionales, así como museos y monumentos como la Estatua de la Libertad, cerrarán sus puertas, pero se mantendrán servicios básicos como el correo, el control de tráfico aéreo, los cheques de pensiones o la actividad de los agentes policiales y de seguridad.

El Gobierno federal es el principal empleador de EE. UU., con más de dos millones de civiles asalariados y 1,4 millones de militares en activo. Los militares y los agentes encargados de la seguridad nacional son los únicos a quienes se les garantizará la paga, por decisión expresa de las dos cámaras del Congreso y del presidente, que al menos coinciden en que el orden público no debe peligrar por las luchas partidistas.