Zapatero: "Es absurdo pensar que quise engañar"

Zapatero: "Es absurdo pensar que quise engañar"

EFE

Era la primera rueda de prensa desde que abandonó el poder. Y ha sido tempranísimo: a las nueve de la mañana, un horario inusual para este tipo de actos.

Pese a todo, Zapatero tenía ganas de hablar, de reflexionar sobre los puntos que marcan El dilema, unas casi memorias que no son tal —aunque incluya recuerdos— y un casi ensayo que no es tal —aunque incorpore reflexiones sobre cómo salir de la crisis—.

La poco más de una hora de comparecencia se ha ceñido a lo estrictamente previsible. Zapatero ha rehuido el cuerpo a cuerpo con otros expresidentes ("incluso con el que de vez en cuando utiliza palabras poco cariñosas"), ha pasado muy por encima de las críticas que ha vertido en su contra el exministro Pedro Solbes (“Cada uno tiene su memoria”) y se ha centrado en ofrecer su explicación del por qué tomó las decisiones económicas que tomó en 2010. Con especial hincapié en el fin de semana del 10 de mayo de 2010, cuando aceptó aplicar un recorte de 15.000 millones de euros.

También ha habido, una vez más, asunción de los errores cometidos en su segunda legislatura, entre ellos el de no reconocer la crisis en la economía española durante su mandato. Ha sido uno de los pocos instantes en los que se ha expresado de forma más rotunda: fue un “error de apreciación”. “Por supuesto no hubo ni engaño, ni ocultación [a los ciudadanos] ni nada de nada, sería absurdo pensar que quise engañar”, ha señalado.

El expresidente —quien ha desvelado que se negó hasta en tres ocasiones ha pedir el rescate financiero— ha comentado, como ya deja por escrito en su libro, que en ningún momento del mes de mayo de 2010 se planteó dimitir. Ni siquiera convocar elecciones generales para plantear un nuevo programa de Gobierno. Zapatero se ciñe a la responsabilidad del gobernante y a que, en este tipo de casos, las consecuencias de tomar decisiones de este tipo pueden ser más perjudiciales que beneficiosas.”Convocar elecciones podía generar un riesgo serio” para la estabilidad del país, ha subrayado.

Pasa el tiempo, aumentan las canas y lo que se mantiene inalterable es el talante de Zapatero. No hay críticas personales —si acaso a la falta de voluntad de la Unión Europea de combatir la crisis de forma unida— y los reproches los mide al milímetro. “No era tan fácil como algunos pensaban, no es tan fácil”, ha comentado en relación a las críticas que recibió por parte del entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy, en la etapa más dura de la crisis. Poco más: sobre los recortes que ha aplicado el actual presidente del Gobierno, el mutismo más absoluto (“No es mi tarea decir si hay que hacer un recorte u otro”).

Sobre Rubalcaba ha sido un poco más explícito: "Ha sido uno de mis principales colaboradores en el Gobierno, ha ganado un Congreso, nadie duda de sus cualidades políticas y como es mi secretario general estoy siempre a lo que él marque como iniciativa política".

Todo dicho con una sonrisa de oreja a oreja.