"Escrache", palabra del año para la Fundéu BBVA

"Escrache", palabra del año para la Fundéu BBVA

Ni wasapear", ni "emprender, ni "expapa", ni "ere". La palabra del año 2013 para la Fundación del Español Urgente es "escrache", un término que alude a las manifestaciones convocadas frente a los domicilios de políticos y otros personajes públicos.

"Buscábamos una palabra que tuviera cierto interés desde el punto de vista lingüístico, bien por su origen o por cómo está formada, y que haya estado en el primer plano de la actualidad en los últimos meses", explica el director general de la Fundéu BBVA, Joaquín Muller.

"'Escrache' reúne cualidades en los dos aspectos: es una palabra con un origen no del todo cierto, pero muy interesante, que ha llegado al español de España desde el de Argentina y Uruguay, y que se convirtió en protagonista de la actualidad y en el centro de una polémica en la que se cruzaban los elementos lingüísticos y los políticos", aclara Muller.

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"Conviene destacar también el valor que tiene el viaje transatlántico de esta palabra. Un hecho lingüístico que cada día se produce con mayor frecuencia y rapidez y que resulta un elemento enriquecedor del español, sumando aportaciones propias de la lengua de una comunidad al resto de comunidades de habla hispana", añade.

LA RAE NO INCLUYE EL TÉRMINO

El Diccionario de la Real Academia Española no incluye ese término, pero sí el verbo "escrachar" como una expresión coloquial propia del español rioplatense con dos significados: 'romper, destruir o aplastar' y 'fotografiar a una persona'.

En España la palabra se populariza durante las protestas organizadas en los primeros meses de 2013 por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

Muy pronto, a la polémica generada por ese tipo de acciones, que llevó incluso a reformas legales para regular estas manifestaciones, se sumó otra sobre el propio uso del término, que para algunos representantes políticos no era más que un eufemismo para lo que consideraban un "acoso con métodos violentos".

La polémica llegó incluso al seno de la Policía cuando un sindicato denunció que se había pedido a los agentes que no empleasen la palabra "escrache" en sus comunicaciones y diligencias, aunque luego el Ministerio del Interior aclaró que había instado a no usarla porque no se adapta a la terminología de la legislación actual.

Respecto al origen del término, hay varias teorías. Unas lo sitúan en el italiano "schiacciare" ('aplastar, astillar, machacar') o en el genovés "scraccâ" ('escupir'), términos que habrían llegado al español a través del lunfardo, una jerga originalmente empleada por las clases más bajas de Buenos Aires, muchos de cuyos integrantes provenían de Italia.

Para otros existe una conexión clara con el inglés "to scrach" ('arañar, rasguñar, marcar'). De hecho en el español de los Estados Unidos se usa "escrache" como 'arañazo o rasguño', como recoge el "Diccionario de americanismos".