15 meses de lucha: la pelea de la marea blanca en defensa de la sanidad pública (FOTOS, VÍDEOS)

15 meses de lucha: la pelea de la marea blanca en defensa de la sanidad pública (FOTOS, VÍDEOS)

Batas blancas, pancartas, gritos de lucha y reivindicación. La imagen se ha repetido en las calles de Madrid cada tercer domingo de mes desde hace más de un año. Hasta conseguir la victoria final, que ha llegado este lunes. Ignacio González ha dado marcha atrás en la privatización de la sanidad pública madrileña. La marea blanca ha ganado. Y quienes llevan meses luchando saborean ahora el triunfo.

"Contentísimos no, lo siguiente. Es un paso muy importante y una luz de esperanza que demuestra que se puede". Las palabras son de Patricia Alonso, portavoz de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (Afem), una de las personas que ha peleado para conseguir este desenlace en una larga lucha que comenzó hace casi 15 meses: el 2 de noviembre de 2012.

Ese día, los trabajadores del hospital de La Princesa iniciaron un encierro en contra de la transformación del centro en un geriátrico. "Lo que pretenden es quitar especialidades prioritarias del hospital. La intención es desmantelarlo", aseguraba aquellos días un trabajador del centro a El Huffington Post.

En pocas horas se se recogieron 300.000 firmas en contra de la transformación del hospital, entre ellas la de la propia alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Aquello fue la chispa que inició todas las protestas que vinieron después y que de inmediato se extendieron a una veintena de hospitales madrileños.

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Tres días antes del encierro en La Princesa, el 31 de octubre de 2012, la Comunidad de Madrid había anunciado su plan para reconvertir también el hospital Carlos III, la privatización de la gestión sanitaria de seis hospitales y 27 centros de salud y el cobro de un euro por receta, que posteriormente suspendió el Constitucional. Todo ello dio lugar a la primera 'marea blanca', un gran manifestación que recorrió Madrid el 18 de noviembre de 2013. Después llegaron otras 14, la última de ellas el pasado 19 de enero.

UNA MAREA BLANCA CRECIENTE

En esas protestas, en las que en cada convocatoria participaron miles de personas, se coreaban cánticos como "Ignacio, paciencia, nos vemos en urgencias", "menos Eurovegas y más enfermeras" y "la sanidad no se vende, se defiende", un lema que se ha convertido en el símbolo de la lucha.

Las protestas crecieron en febrero de 2013, cuando las manifestaciones en defensa de la sanidad pública se extendieron a otras 15 ciudades de España. Albacete, Logroño, Tolosa, Segovia, Toledo, Almansa, Zaragoza, Valladolid, Zaragoza y Cuenca fueron algunas de las localidades en donde miles de personas salieron a las calles para solidarizarse con Madrid y protestar contra la privatización.

La marea blanca creció también a finales de 2013, cuando se le unieron en la protesta la verde, por la educación, y la roja, en defensa de la ciencia. "Sin educación no hay ciencia, sin ciencia no hay Sanidad", fue el lema de aquella jornada, en la que varios miles de personas retomaron la lucha.

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LA RESPUESTA DESAFIANTE DE LA COMUNIDAD

Las respuestas de la Comunidad de Madrid a las movilizaciones fueron siempre polémicas. Javier Fernández-Lasquetty, el consejero de Sanidad de Madrid que ha dimitido este lunes, aseguraba que su plan sanitario suponía un ahorro "claro" y que se ejecutaría al 100 %, pese a los "bulos" que sindicatos, organizaciones y partidos políticos han contado sobre el mismo "sin ajustarse a la realidad".

El ya exconsejero de Sanidad tampoco se mostraba impresionado por las mareas. "Vamos a ver cuántas personas van, las mareas tienen que tener un determinado tamaño", retaba en junio de 2013. "Cada vez se ven más banderas republicanas y se oyen gritos revolucionarios", subrayaba.

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A esas críticas también se sumó el consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, que llegó a decir que las mareas blancas no llegaban "ni a marejadillas" después de que 6.000 personas, según la Policía, salieran a las calles.

Victoria añadió que las protestas habían pasado "de una marea a pequeño oleaje o pequeñas olas", porque los madrileños "se han dado cuenta" de que el Gobierno regional es el que "más apuesta" por la sanidad pública.

MÁS ALLÁ DE LAS MAREAS

Las mareas blancas se han convertido en un símbolo, pero no han sido la única forma de protesta contra el proceso de privatización sanitario: las huelgas en el sector y los actos simbólicos como los 'abrazos' a los hospitales públicos han sido constantes.

Los trabajadores de la sanidad pública madrileña también consiguieron presionar al Gobierno autonómico al reunir cerca de un millón de votos en contra del proceso de privatización. En aquella votación, los madrileños podían depositar sus papeletas en urnas instaladas por los profesionales sanitarios para conocer su respuesta a la pregunta: "¿Está usted a favor de una sanidad de gestión pública, de calidad y universal, y en contra de su privatización y de las leyes que lo permiten?"

Lasquetty también quitó mérito a esa acción al decir que los votos se obtuvieron "sin ningún control", y asegurando que conocía el caso de personas "que fueron no a uno, sino a veinte sitios a dejar su firma".

La marea celebra ahora su victoria y a Lasquetty se lo llevó la corriente.