Baltar culpa a "los técnicos" de los 104 contratos sospechosos de la Diputación de Orense

Baltar culpa a "los técnicos" de los 104 contratos sospechosos de la Diputación de Orense

EFE

El expresidente de la Diputación y del PP de Orense, José Luis Baltar Pumar, ha asegurado en la primera sesión de su juicio por prevaricación que no tenía ni idea de que debía publicitar los contratos laborales antes de adjudicarlos.

Baltar, que lleva dos años apartado de la actividad política y una condena por prevaricación no le supondría efectos reales, ha atribuido a "los técnicos" la responsabilidad de 104 contratos tramitados por la diputación en 2010, por los que se le acusa de un delito de prevaricación administrativa continuada.

"Estaba convencido de que las cosas se estaban haciendo bien", ha afirmado desde el banquillo Baltar en distintos momentos de su declaración. El exdirigente orensano, que dirigió durante más de dos décadas la institución provincial, ha justificado su actuación por la "necesidad inaplazable" de contratar nuevo personal que permitiese seguir prestando los servicios encomendados a la Diputación.

El responsable de Recursos Humanos e hijo del alcalde de Monterrei, José Luis Suárez, ha rechazado todas las acusaciones y ha atribuido a su jefe la decisión de incorporar al personal sin convocatoria pública, ya que le alertó de que el procedimiento elegido era "ilegal". "No había amparo normativo" para las contrataciones, ha aseverado Sánchez.

El presidente, ha proseguido, "daba el puesto y el nombre" de los contratados, mientras que Baltar ha asegurado que su labor se limitaba a hacer una "criba" de los currículos recibidos para que el jefe de Personal, siempre de acuerdo con los jefes de servicio, designase a las personas adecuadas para aquellos puestos considerados de mayor urgencia.

El responsable de Recursos Humanos ha avalado la "necesidad evidente" en aquellas fechas de incorporar nuevo personal ante la carencia de recursos humanos en distintos servicios después de que, en los meses precedentes, no se hubiesen renovado más de 100 contratos eventuales por la coyuntura económica.

BALTAR "NO CONOCÍA LA ORDENANZA DE CONTRATACIÓN"

Baltar ha afirmado que, "hasta que empezó la investigación", no conocía la ordenanza de contratación y ha remarcado que ninguno de los contratos fue objetado por los distintos órganos provinciales. Preguntado por la vinculación de estas personas con cargos del PP, Baltar ha afirmado que él no atendía a ideologías políticas y ha añadido: "El PSOE y el BNG nunca se dirigieron a mí para pedirme contrataciones".

El acusado ha destacado que, en más del 90% de los casos, los contratados se referían a "gente que ya había trabajado antes en la institución y con cualificación profesional muy baja".

Baltar ha detallado que los decretos de contratación ya le "llegaban del servicio de recursos humanos" con el nombre de las personas concretas y el puesto de trabajo asignado. "Yo firmaba y no miraba los decretos. Contaba con que no se me engañaba pues nunca detecté un vicio en el que en un decreto fuese alguien que yo no conocía", ha aseverado.

Varios de los técnicos municipales han reconocido sus errores en la gestión de estas contrataciones. El secretario general de la Diputación, Francisco Cacharro, ha admitido la "carencia de convocatoria pública" aunque ha apuntado al jefe de Personal como responsable. El entonces interventor de la institución provincial, José María Baños, ha asegurado que hubo un "fallo grave" al no haber pedido la fiscalización previa exigida por la ley.

Los socialistas, que denunciaron estos 104 contratos, lamentan que el hijo de Baltar fuese elegido su sucesor al frente del partido en un congreso celebrado en las fechas posteriores a producirse estas altas en la Diputación de Orense. El portavoz del PPdeG, Pedro Puy, ha defendido que el juicio "no empaña" la gestión del hijo, Manuel Baltar Blanco.

Varios responsables políticos del PP de Orense han acudido a las puertas de la Audiencia Provincial para respaldar al histórico líder, que llegó a las dependencias judiciales una hora antes del inicio del juicio para esquivar a los numerosos medios de comunicación congregados.