En las manos de Pedro Sánchez: el partido que hereda y los grandes retos del nuevo líder

En las manos de Pedro Sánchez: el partido que hereda y los grandes retos del nuevo líder

FLICKR / PSOE

El PSOE abre este fin de semana un nuevo capítulo de su historia. Los socialistas encumbran el sábado a Pedro Sánchez como su secretario general, un inesperado líder que llega en un momento crítico para el partido. La socialdemocracia española sueña con emerger de nuevo como lo ha hecho la izquierda de Matteo Renzi en Italia, pero muchos tienen también en mente el fantasma del declive del PASOK griego.

Por primera vez los militantes del PSOE han elegido directamente a su ‘número uno’ en una consulta. Toda una revolución en un partido acostumbrado al poder de los barones y los delegados. Pero ha sido solo el inicio del ‘sanchismo’, una era que arranca verdaderamente con este congreso extraordinario.

¿QUÉ PARTIDO SE ENCUENTRA SÁNCHEZ?

José Luis Rodríguez Zapatero subía a la tribuna de oradores del Congreso el 12 de mayo de 2010 para anunciar la hasta entonces mayor oleada de recortes en la democracia española. Los mercados mordían sin piedad a España, la UE exigía reformas rápidas... y el PSOE entró en estado de shock.

Sánchez era entonces un simple diputado raso que había entrado de rebote en la Cámara Baja tras la salida un año antes de Pedro Solbes del Gobierno y del Congreso. Pocos conocían a aquel concejal madrileño llamado a reflotar el socialismo cuatro años más tarde.

La llegada de Sánchez al Palacio de la Carrera de San Jerónimo coincide con el declive del ‘zapaterismo’. El nuevo líder recibe un partido que se desangra electoralmente y que mira con miedo a las urnas porque sigue cayendo en cada cita con los ciudadanos.

El primer hundimiento socialista fueron las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2011 -perdieron en las trece autonomías donde se celebraron comicios-. Los populares consiguieron entonces hacerse con el mayor poder territorial de la historia y actualmente dominan 11 gobiernos regionales. En el ámbito territorial, los socialistas solo pisan moqueta en Andalucía y Asturias, de ahí la gran importancia que tienen sus presidentes Susana Díaz y Javier Fernández.

Las elecciones en estas dos comunidades se celebraron después de la victoria del PP en noviembre de 2011, por lo que muchos socialistas esperan que la próxima cita autonómica los ciudadanos vuelvan a confiar en su partido por el desgaste de los populares en La Moncloa.

Si las regionales de mayo fueron un varapalo para el PSOE, las elecciones de 2011 fueron un auténtico descalabro. Con Alfredo Pérez Rubalcaba cosecharon su peor resultado electoral, con 6.973.880 votos (28,73%) y 110 diputados. En menos de cuatro años se habían dejado más de cuatro millones de votos por el camino.

¿Más difícil para Sánchez? Sí, la puntilla a Rubalcaba la pusieron las elecciones europeas de mayo. El PSOE cayó todavía más y solo les respaldaron el 23% de los votantes, lo que supuso una debacle de 16 puntos por debajo de las anteriores europeas y 5,7 menos que en las generales.

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Este es el partido -en términos electorales- con el que se encuentra Sánchez. Y cuando los resultados no acompañan, en Ferraz tampoco reina el buen ambiente. El nuevo secretario general no ha pertenecido a la dirección, pero ha podido comprobar de cerca las luchas internas desde su escaño en la Cámara Baja y como parte del equipo que preparó la Conferencia Política de 2013.

Las presiones contra Rubalcaba han venido desde muchos puntos -Tomás Gómez, Carme Chacón y en algunas ocasiones desde la propia Andalucía-. Todo tiene como origen el cierre en falso del congreso de Sevilla de febrero de 2012, cuando el exministro del Interior venció contra la exministra de Defensa. El experimentado político no consiguió cerrar y curar la herida en esto dos años.

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LOS RETOS DE SÁNCHEZ

El PSOE estrena capitán, pero no todo serán aguas mansas y paseos por el pantalán. Tiene bastantes retos por delante y algunos son ya inmediatos:

- La unidad del PSOE. Sánchez ha aprendido que sin un partido unido y que apoye totalmente a su líder no podrá recuperarse electoralmente. Es la lección que le ha calado durante el ‘rubalcabismo’. Tras la consulta, tiene que hacer encaje de bolillos para que los sectores que apoyaron a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, que suman el 51% de los militantes que votaron en la consulta, se sientan cómodos y no organicen una ‘oposición a la oposición’.

- Recuperar la credibilidad. El desengaño de mayo de 2010 llevó a que muchos ciudadanos dieran la espalda al PSOE. Sánchez ha reivindicado que el PSOE va a estar más a la izquierda y ha lanzado promesas para cautivar de nuevo al electorado como la supresión de indultos por motivos políticos o la limitación de mandatos.

- Las elecciones municipales y autonómicas. Apenas quedan diez meses para que pase su primer gran examen electoral. Él mismo ha reconocido que su primer objetivo son estas contiendas, y más teniendo en cuenta la vocación municipalista del PSOE. Además, los socialistas tienen como principal apoyo a la federación andaluza y esta a su vez tiene como granero de votos las ciudades medias y pequeñas.

- Primarias. El manejo del calendario interno es otro de los ámbitos donde deberá tener más cuidado. Antes de la derrota de las europeas y la marcha de Rubalcaba, el PSOE había planeado unas primarias abiertas a los ciudadanos en noviembre para elegir al candidato a La Moncloa en 2015.

La llegada de Sánchez ha trastocado los planes. Muchos de los barones, con Susana Díaz a la cabeza, quieren retrasar esta fecha y hacerlas después de las municipales porque no creen que el partido pueda soportar otra guerra interna. Sánchez se comprometió in extremisa proponer a la futura dirección la celebración en el mes previsto, pero tras ser elegido ha comprobado el apoyo de los líderes regionales para posponerlas.

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- Cataluña. Si el PSOE se desangra en toda España, en Cataluña cada día se acerca a un papel más minoritario. El PSC acaba de elegir a Miquel Iceta como primer secretario, pero no optará a la Generalitat. Una situación de interinidad que afecta directamente al conjunto dle partido. Para volver a gobernar a nivel nacional, los socialistas necesitan un gran respaldo en Andalucía y Cataluña. En la comunidad están intentando abrir una ‘tercera vía’ y Sánchez ha defendido una reforma de la Constitución para encajar mejor a esta autonomía.

- EL PSOE y ‘las izquierdas’. Uno de los mayores daños que ha causado al PSOE ha sido que ha calado el mensaje de ‘PPSOE’. El bipartidismo no solo decae, sino que es criticado por una importante parte de los votantes progresistas que antes apoyaban a los socialistas. Además, Sánchez juega en un terreno de juego diferente al de sus predecesores con la irrupción del fenómeno Podemos.

- La relación con el PP. En el Partido Popular están muy atentos a Pedro Sánchez. Este mismo lunes el presidente del Gobierno lo recibirá en el complejo presidencial con la intención principal de fijar una posición común respecto a Cataluña. El nuevo secretario general lleva bajo el brazo la reforma constitucional, pero también sabe que el fantasma de una gran coalición hace mucho daño dentro del partido y en parte de su electorado potencial. Un día después de vencer en la consulta, negó la posibilidad de un futuro acuerdo de gobierno con los conservadores.

ASÍ SERÁ LA PUESTA DE LARGO

Todo preparado para la puesta de largo de Sánchez. El congreso extraordinario tiene lugar este sábado y este domingo en el madrileño Hotel Auditorium. La ‘fiesta’ de la socialdemocracia -bajo la batuta de la presidencia de Susana Díaz- comienza por la mañana con el discurso de despedida de Alfredo Pérez Rubalcaba. Por la tarde se llevará a cabo la proclamación del nuevo secretario general por parte de los más de mil delegados.

A partir de ese momento se terminará de cerrar la dirección del partido, que deberá ser ratificada el domingo por la mañana. Con media España ya de vacaciones, el nuevo líder dará un discurso para iniciar su mandato en un cónclave que reunirá a más de 3.000 personas.

Aquí comenzará un nuevo capítulo del socialismo español. En sus manos está el futuro del partido.