Ciudades que se disfrutan más en verano (FOTOS)

La capital islandesa es uno de los destinos más deseados por cualquier viajero amante de la naturaleza salvaje y que huya de las multitudes. Además de contar en verano con temperaturas suaves, ofrece una amplia gama de paisajes naturales, desde escenarios volcánicos a los típicos glaciares, pasando por cascadas espectaculares. Y si se tiene en cuenta que no hay noche en verano, las horas de luz aseguran fotografías dignas de un profesional.

Quizá sea una de las capitales norteamericanas más desconocidas pero es, sin duda, una de las ciudades más interesantes del país. Tercera ciudad con mayor número de habitantes tras Nueva York y Los Ángeles, está situada a orillas del Lago Michigan y recibe a 40 millones de visitantes cada año. Es famosa por su espectacular horizonte urbano y su arquitectura. Ambos se pueden disfrutar paseando por The Magnificent Mile, pero no solo a pie de calle, sino también desde las alturas; ya sea desde la Willis Tower o desde el Observatorio John Hancock.

Tranquila y ordenada, es la mejor ciudad para recorrer en bicicleta, el vehículo que domina sus calles. Además de una urbe de enorme belleza, sus parques y su entorno favorecen los recorridos en familia y animan a disfrutar de unos días en calma, ajenos al ruido y al tumulto de otros destinos. En los alrededores de la ciudad podemos encontrar sorpresas de todo tipo: castillos como el Hillerod o el Helsingor (del príncipe Hamlet), parques como el Klampenborg, restos vikingos como los de Roskilde o incluso alguna playa para tomar el sol sin agobios. Y si viajamos con niños, ¡es obligado visitar Legoland!

Pensar en Dublín es pensar en verde por sus paisajes. Fundada por los vikingos a principios del siglo IX, es una capital moderna de gran riqueza histórica que proporciona a los visitantes una combinación única de tradición gaélica y nuevas tendencias. ¿Quién puede negarse al placer de disfrutar de una auténtica cerveza Guinness en cualquiera de sus pubs tradicionales?

Noruega es mucho más que fiordos. Ofrece múltiples propuestas para una escapada cultural y artística, ideales para pasar el verano en un ambiente fresco e intelectual. Siendo la ciudad donde creció Edvard Munch y en la que dio sus primeros pasos artísticos, es la sede de muchas de sus obras, incluyendo su obra maestra El Grito. El viaje puede complementarse, además, con la visita al parque escultórico de Gustav Vigeland, que atrae a más de un millón de turistas al año, y que reúne más de 200 esculturas de bronce, granito y hierro forjado.