Alex Salmond, el hombre que sueña con ser el padre de la patria escocesa

Alex Salmond, el hombre que sueña con ser el padre de la patria escocesa

EFE

"Escocia se encuentra en el umbral de hacer Historia. Los ojos del mundo están en Escocia. Y lo que el mundo está presenciando es un debate articulado, pacífico y enérgico"

El 16 de mayo del año 2007 Alexander Elliot Anderson Salmond hacía Historia por primera vez. Ese día se convirtió en el primer nacionalista que era elegido ministro principal de Escocia. Lo hacía tras ganar tan solo por un escaño a los laboristas en las elecciones y conseguir un pacto de Gobierno con Los Verdes.

"Creo que Escocia está preparada para el cambio, preparada para la reforma. Somos una pequeña nación, pero tenemos un gran futuro". Esta era la declaración de intenciones que lanzó al mundo en la jornada en la que el Parlamento de Edimburgo lo ascendía a lo más alto y en la que nadie pensaba entonces que podría estar escuchando al padre de una nueva patria siete años más tarde.

Alex Salmond, líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) quiere hacer Historia por segunda vez este jueves, pero en esta ocasión con un capítulo que podría cambiar todos los atlas mundiales: la independencia de Escocia.

Los ciudadanos de esta región están llamados a las urnas para votar en un histórico referéndum. “¿Debería ser Escocia un país independiente?”. Salmond ha puesto todas sus fuerzas en el ‘yes’. ¿Lo conseguirá?

¿QUIÉN ES SALMOND?

31 de diciembre de 1954. Salmond llegaba al mundo en Linlithgow, una monumental localidad situada a unos treinta kilómetros de Edimburgo. Hijo de funcionarios, durante su infancia le marcaron las historias que sobre Escocia le contaba uno de sus abuelos. Él es una de las personas que más le han inspirado en un tiempo en el que el independentismo no imaginaba que llegaría a celebrarse una consulta.

Soñaba a lo grande ya y se marchó a la elitista Universidad de Saint Andrew’s, donde se licenció -con muy buenas notas- en Económicas e Historia. Dos especialidades claves en su manera de entender la política y, sobre todo, a la hora de explicar sus planes. En este idílico enclave estudiantil coincidió con el prestigioso historiador escocés Geoffrey Barrow, que lo llegó a calificar como su alumno más brillante.

Su formación y su vida laboral, antes de dedicarse a la política, le han servido para construir el discurso que ha conectado con una buena parte de la sociedad escocesa. Una vez conseguidos sus títulos educativos, llegó el momento de fomar parte del Departamento gubernamental de Agricultura y Pesca en Escocia, cargo que abandonó cuando recibió una oferta del Royal Bank of Scotland en 1980.

Curiosamente, la entidad financiera de la que formó parte anunció la semana pasada que trasladará su sede a Londres si Escocia se separa. Entre los muros de este poderoso banco -que tuvo que ser rescatado durante la crisis financiera- se convirtió en un economista experto en petróleo.

Siete años estuvo allí. Aprendió todo sobre esta fuente de energía y sus repercusiones económicas. Durante toda la campaña, Salmond ha basado en el petróleo y en el gas del Mar del Norte la columna vertebral que haría viable la independencia. Este ha sido uno de los puntos principales del debate durante estas semanas, ya que los independentistas defienden que será la principal fuente de ingresos, mientras que desde el sector unionista se explica que las reservas podrían agotarse y, además, están controladas por las grandes compañías.

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El actor escocés Sean Connery y Alex Salmond

EL ASCENSO AL PODER

Sus aspiraciones iban más allá de los pasillos del banco. Y en 1990 se convertía con 35 años en el líder del partido nacionalista, al que se había unido durante su época de estudiante en la universidad.

Consiguió un escaño en Londres y comenzó un cambio dentro de su propio partido. Desde aquel momento se convirtió en la gran figura del nacionalismo, aunque no todo han sido loas internas e incluso llegó a abandonar el liderazgo durante un tiempo. La figura de Salmond no se entendería sin la del ex primer ministro Tony Blair. El escocés ganó mucha popularidad al convertirse en uno de los políticos que alzaron más la voz contra la participación en la guerra de Irak y, sobre todo, supo aprovechar el proceso de descentralización iniciado por los laboristas.

Poco a poco, el feudo escocés de Blair fue pasando al partido de Salmond. Los votantes tradicionales de Partido Laborista se han convertido en pieza clave en el referéndum, ya que muchos podrían optar por el ‘sí’ ante la visión socialdemócrata de Salmond, su manera de actuar al frente del Gobierno y la promesa de que los servicios públicos serán mejores si se independizan.

Salmond comparte con Blair una visión pragmática de la política. Sus medidas han ido ganándose al público laborista y a los jóvenes escoceses, que miran con recelo a la City londinense y tienen como modelo a los países nórdicos. Este espíritu lo aprovechó de nuevo en 2011 cuando ganó por segunda vez las elecciones escocesas. En esta ocasión por mayoría absoluta, algo bastante inusual en Gran Bretaña, donde las normas intentan evitar este tipo de victorias.

Vehemente, tozudo, se crece en el ‘cuerpo a cuerpo’, le gustan los debates. Para sus contrincantes, se trata de un político populista, que ha creado un relato sin ideología. El que podría llegar a ser el nuevo ‘padre de la patria’ no solo se emocina con la Historia y la Economía, sino que disfruta jugando al golf, viendo partidos de fútbol y asistiendo a las carreras de caballo. Y siempre a su lado su mujer Moira, que es 17 años mayor que él.

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ASÍ LO VEN LOS NACIONALISTAS EN ESPAÑA

Salmond tiene una fluida relación con políticos españoles, especialmente de partidos nacionalistas. “De los políticos que he conocido, es uno de los más extraordinarios y relevantes y, además, es una persona muy cariñosa y cercana”, confiesa a El Huffington PostIñaki Goikoetxeta, responsable de Exteriores del PNV.

Goikoetxeta es uno de los integrantes de la delegación peneuvista que viaja a Escocia para seguir en directo todo lo que pasa en el referéndum. ¿Qué destaca de Salmond? “Es muy fiel a su concepto político identitario, tiene una consistencia extraordinaria, transmite convicción, tiene un verbo fácil, nunca renuncia al debate, es muy persuasivo, correoso y en el cuerpo a cuerpo funciona de manera extraordinaria”, responde.

Además, el líder escocés “conoce muy bien el País Vasco, lo ha visitado en varias ocasiones y tiene una relación muy cercana y próxima” con el PNV.

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"INTELIGENCIA, PREPARACIÓN Y VISIÓN"

También ha colaborado con el SNP en la organización de actos el 'número uno' de CiU en el Parlamento Europeo, Ramon Tremosa, que opina que Salmond “va a salir reforzado aunque gane el no”.

“Le ha dado la vuelta a las encuestas, ha hecho una campaña sensacional”, apostilla el nacionalista catalán. Tiene claro que los ingredientes del éxito del ministro principal han sido “gran inteligencia, preparación y la visión de qué es Escocia y qué quiere para el futuro”.

Según Tremosa, “ha visto que el escocés medio cada día está más lejos del votante inglés medio”. “El escocés es más europeísta, de centro izquierda y está a favor de las políticas sociales y del Estado del Bienestar, mientras que el inglés es más euroescéptico y no tiene ese sentimiento de colectividad”. A su juicio, esto pasa también en España, donde el “votante medio catalán está cada vez más lejos del madrileño”.

Las comparaciones son inevitables con el presidente de la Generalitat, Artur Mas. Para Tremosa, los dos tienen en común que su imagen es “pulcra” y son personas “sólidas desde el punto de vista conceptual”. “La imagen es moderna, hay un cierto paralelismo”, reconoce.

Pero también están las diferencias: “Mas tiene que compartir liderarzgo, Salmond ha aglutinado a todo el nacionalismo escocés y, por las razones que sea, en Cataluña el liderazgo es compartido con Oriol Junqueras”.

Todos pendientes de Escocia. Todos atentos de una región con 5,3 millones de habitantes que puede poner fin este jueves a 307 años de unión. Salmond solo tiene una palabra en la cabeza… ¡Yes!