Autoridades de Dallas: "En España sacrificaron al perro por los limitados conocimientos"

Autoridades de Dallas: "En España sacrificaron al perro por los limitados conocimientos"

Las autoridades de Dallas ya han trasladado a un "lugar seguro" a Bentley, el perro de Nina Pham, la enfermera que se ha contagiado de ébola atendiendo a un paciente con el virus.

Pham, de 26 años, había dejado a su perro en su apartamento cuando el sábado por la noche acudió al hospital al presentar los primeros síntomas del virus.

Jody Jones, Agente del Servicio de Animales de Dallas, ha criticado la decisión tomada en España de sacrificar al perro de Teresa Romero, Excalibur, pese a la oposición de miles de ciudadanos.

"Hubo un caso en España, creo que la mayoría ha oído hablar de él. Por los limitados conocimientos, ellos decidieron sacrificar al perro y el pueblo estadounidense y todo el mundo ha expresado que eso no es lo que quieren que pase aquí en Dallas".

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Ahora, "Bentley está seguro con las autoridades de la ciudad de Dallas. Le llevamos a un lugar seguro", según ha informado la portavoz del ayuntamiento, Sana Syed, a través de Twitter.

"Es adorable. Claramente está un poco desconcertado con lo que está pasando, pero está en buenas manos ahora y cuidaremos de él", ha añadido.

El alcalde de Dallas, Mike Rawlings, había reconocido previamente que "el perro es muy importante para la paciente y queremos que esté a salvo". Por su parte, el juez del condado de Dallas, Clay Jenkins, también ha indicado que se hará lo posible para salvar al animal, que según el alcalde hasta este lunes no presentaba ningún síntoma.

En el caso español, la Consejería de Sanidad justificó la decisión del sacrificio asegurando que el perro estaba en la vivienda en "estrecho y permanente" contacto con la paciente afectada por el virus y, aseguró que "suponía un posible riesgo de transmisión de la enfermedad al hombre".

Desde que se conociera que Excalibur, el perro de Teresa Romero, iba a ser sacrificado, más de 400.000 personas firmaron para intentar evitar su muerte, pero no lo consiguieron.

Teresa continúa luchando por su vida en el hospital Carlos III, donde evoluciona favorablemente dentro de la gravedad. Según sus familiares, todavía no sabe que su perro ha muerto.