Hungría retira sus planes de introducir un impuesto al consumo de internet

Hungría retira sus planes de introducir un impuesto al consumo de internet

EFE

Un día después de que en España el Congreso haya aprobado la Ley de Propiedad Intelectual —que introduce la tasa Google y multas a las páginas que ofrezcan listados de enlaces a contenidos piratas—, el Gobierno húngaro ha retirado sus planes de imponer un impuesto sobre el consumo de datos en internet, según ha anunciado este viernes el primer ministro, Viktor Orbán.. Este gravamen había generado grandes protestas ciudadanas en las dos últimas semanas.

"Este impuesto en su forma actual no puede introducirse (...) El Gobierno quería imponer una tasa a las telecomunicaciones, pero la gente lo ha interpretado como un impuesto a internet", reconocía Orbán en la radio pública Kossuth. "La gente discute la racionalidad de todo esto. En estas circunstancias no se puede introducir nada", agregó el primer ministro, que recalcó que el Ejecutivo ha tomado nota del malestar generado con la propuesta y ha actuado en consecuencia.

El Gobierno húngaro había anunciado la semana pasada esta nueva tasa, con la que preveía ingresar unos 60 millones de euros anuales, al imponer una gravamen de 50 céntimos de euro por gigabyte consumido, con un máximo mensual de 2,2 euros para los particulares y 16 euros para empresas.

La propuesta causó una avalancha de protestas, que se tradujeron en dos manifestaciones multitudinarias a la que asistieron decenas de miles de personas. La iniciativa despertó también una oleada de críticas, tanto de la oposición, como de empresas del sector de las telecomunicaciones y de destacadas figuras del mundo de la cultura.

Aún así, el primer ministro húngaro ha avanzado que el Gobierno realizará una "consulta nacional" en enero sobre internet mediante el envío postal a los ciudadanos de un cuestionario para conocer su opinión sobre este asunto. "Debemos recibir una respuesta a la pregunta de a dónde van las enormes ganancias que se generan en internet", y si se podría mantener en Hungría una parte de esos beneficios, sostiene Orbán. Se espera que esta consulta postal concluya en la primavera de 2015.

Budapest ya introdujo en 2012 un impuesto a las telecomunicaciones telefónicas, con una tasa de 2 forintos (equivales a 0,0065 euros) por cada minuto iniciado en llamadas de móvil y a cada mensaje de texto enviado, y que en 2013 aumentó a 3 forintos.