Marcha por los estudiantes de Iguala: Unos encapuchados queman la puerta de la sede del Gobierno

Marcha por los estudiantes de Iguala: Unos encapuchados queman la puerta de la sede del Gobierno

REUTERS

Unos veinte manifestantes encapuchados han derribado este sábado por la noche las vallas de seguridad de los alrededores del Palacio Nacional, sede del Ejecutivo mexicano, y han prendido fuego a la puerta principal del histórico edificio, según Efe.

Los disturbios se han registrado al finalizar una multitudinaria marcha que había partido desde la fiscalía estatal hasta el Zócalo de la capital mexicana para exigir el retorno con vida de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre. "Vivos se los llevaron, vivos los queremos", han repetido durante el recorrido, en el que también han pedido justicia y no más muertes ni desaparecidos en un país donde se cuentan por miles.

Los manifestantes han guardado un minuto de silencio por los 43 alumnos en paradero desconocido, un día después de que la fiscalía informara que fueron asesinados y quemados hasta que solo quedaron cenizas por miembros del cártel Guerreros Unidos, según el testimonio de tres de los 74 detenidos en este caso.

Al final del recorrido, miles de manifestantes se han tirado al suelo de la gran plaza central de la ciudad simulando haber sido asesinados y han leído uno a uno los nombres de jóvenes desaparecidos a manos de policías y criminales el 26 de septiembre pasado en Iguala, en el sureño estado de Guerrero.

Después de que los organizadores declararan finalizada la marcha, un grupo se ha dirigido al Palacio Nacional, ha tirado las vallas de seguridad y ha intentado derribar la puerta principal con las estructuras metálicas. A continuación han lanzado contra la fachada todo tipo de objetos, incluidas bombas caseras, aunque el sistema automático contra incendios del edificio, construido entre 1522 y 1526, ha evitado que se propagaran las llamas.

Un grupo antidisturbios de la Policía Federal y agentes del Estado Mayor Presidencial han dispersado a los encapuchados.

En Chilpancingo, la capital de Guerrero, un grupo de estudiantes de la escuela a la que pertenecían los desaparecios, la Normal Rural de Ayotzinapa, acompañados por miembros de otras escuelas, han llegado en varios autobuses al Palacio de Gobierno, han lanzado piedras y cócteles molotov y han incendiaron varios vehículos que se encontraban aparcados dentro de los edificios, así como una patrulla policial y varias camionetas que estaban en su poder desde días antes.

LOS MEXICANOS NO CREEN A LOS DETENIDOS

Durante la marcha, miles de manifestantes, desde estudiantes hasta ancianos y padres de familia, han exigido la vuelta con vida de los desaparecidos, castigar a los culpables, y apoyar a las familias de los estudiantes y los centros de enseñanza de magisterio a los que acuden jóvenes de escasos recursos.

Los miembros detenidos del 'mini-cártel' Guerreros Unidos han confesado que ejecutaron a los jóvenes siguiendo órdenes. Recibieron a la mayoría "sin vida o inconscientes" y los llevaron al basurero del vecino municipio de Cocula, donde mataron a los que seguían vivos y quemaron todos los cuerpos.

Ni sus compañeros, ni los familiares de los jóvenes, ni gran parte de la sociedad mexicana acaba de creerse esta explicación al caso y exigen pruebas, entre ellas la identificación de los restos óseos, dientes y cenizas hallados en una de las ocho bolsas lanzadas a un río por los criminales para eliminar todo rastro de ellos.

"Seguimos en la insistencia de que, si no hay pruebas fehacientes, de verdad no podemos creerles", ha manifestado a Efe Felipe de la Cruz, representante de los familiares.