Esta es la mirada no turística de un occidental en Bangkok (FOTOS)

Esta es la mirada no turística de un occidental en Bangkok (FOTOS)

Entre Ciudad de México y Bangkok hay más de 15.700 kilómetros de distancia y, probablemente, la misma cantidad de cosas por descubrir. Pero una mirada creativa encuentra siempre formas de enfrentarse a una realidad desconocida. Así lo hace el cineasta y fotógrafo Luis Palomino, quien recurre a su cámara para encontrar un modo de aproximarse a su nuevo hogar en Tailandia.

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El mexicano, que actualmente se encuentra viviendo en una de las ciudades más vibrantes del sudeste asiático, establece en la colección de fotografías documentales Crónica de lo efímero conexiones con el modo de vida de la capital tailandesa desde un punto de vista occidental, que bien podría ser el de cualquiera de nosotros. La suya no es la visión de un turista, si no la de alguien que pretende hacer de un lugar tan ajeno su nuevo hogar.

"Cuando llegué a Bangkok hace seis meses decidí dejar treinta años de vida en la Ciudad de México, sabía que asumía un riesgo bastante grande, ir a un país abismalmente distinto y lejano, con un idioma extraño y una cultura que disfruté hace cinco años de manera esporádica en una viaje de placer, pero que realmente desconozco", cuenta a El Huffington Post. Las imágenes se muestran en el centro The Space de Bangkok y forman parte del proyecto cultural online Slideluck.

Luis Palomino from Slideluck on Vimeo.

Con sus imágenes nos descubre, casi al tiempo que lo hace él mismo, el día a día de los habitantes de esta capital que vive del turismo. Es gente que "desarrolla un agudo sentido del olfato para ofrecerte sus servicios, sin embargo perciben quiénes son aquellos que no están de visita", nos explica. Ante la perspectiva de establecerse en Bangkok, en seguida los hechos cotidianos de la urbe asiática cobraron para el mexicano mucha mayor importancia que los monumentos históricos o los puntos oficiales de interés, al igual que le ocurre al objetivo de su cámara.

"Nace una extraña fascinación por lo ajeno, la inspiración radica en los detalles, viajar en autobús es una vista privilegiada a la intimidad de la ciudad, navegar a lo largo de los canales en un paisaje fluctuante entre rascacielos, templos budistas, mezquitas e iglesias", describe sobre esta selección fotográfica. Mientras el resto de cámaras tanto de locales como de visitantes se centran en los lugares conocidos, él invierte sus esfuerzos perdiéndose por las calles de la ciudad en busca de otras experiencias.

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Si "la paciencia y la perseverancia" son dos de los requisitos que exige el oficio de fotógrafo, este proyecto tan cercano a sus actuales impulsos vitales le ha llevado algo más allá. "Necesitas despedirte de tu propio turista —apunta—, y así despedirte de la ansiedad de querer atesorar cada momento. Te pide aprender a cultivar el asombro". El cineasta proyectó el pasado mes de mayo su cortometraje El último veloen el Festival de Cine de Cannes y planea editar Crónica de lo efímero en forma de libro.