Cómo lograr que no se te indigeste la cena de Navidad

Cómo lograr que no se te indigeste la cena de Navidad

Confiesa: ¿eres de los que se pone hasta arriba en la cena de Navidad? ¿Llegas al día 7 de enero con unos kilos extra cada año? Tranquilo, no estás solo. Más del 70% de los españoles confiesa excederse con la comida y/o la bebida en las fiestas navideñas. En concreto, un estudio de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) revela que cada comida o cena típica navideña supone un aporte calórico de aproximadamente 1.500 kilocalorías —sin contar las bebidas—, una cifra exorbitante, teniendo en cuenta que las necesidades calóricas de un adulto suelen oscilar entre las 2.000 kcal (mujeres) y las 2.700 kcal (hombres).

No resulta extraño, por tanto, que una buena parte de los encuestados reconozca sentir molestias estomacales en estas fechas. ¿Qué se puede hacer para evitar las digestiones pesadas o, al menos, para reducir en la medida de lo posible la sobrecarga digestiva?

1. Modera el consumo de grasas saturadas usando la imaginación: cambia la tradicional salsa rosa por una vinagreta (mucho más ligera); opta por las carnes magras, como la pechuga de pavo, y ásala en su propio jugo, en vez de preparar una pieza entera rellena, que incluye la piel y requiere grasas adicionales para cocinarla.

2. Juega con los colores. Jesús Román, presidente del Comité Científico de la SEDCA, aconseja, directamente, "comer colores". Por ejemplo, los postres con fruta siempre son recomendables y si además es con piel, mejor, ya que contiene pectina, muy rica en fibra.

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3. No abuses del alcohol. Si no puedes evitarlo, toma vino (con moderación), que tiene componentes antioxidantes.

4. No cocines para 20 personas si sólo sois 10 (lo cual es lógico, pero suele olvidarse).

5. Utiliza el sentido común: dosifica la comida. Si un día te has pegado un atracón, recurre al caldo, las verduritas y la fruta al día siguiente. No hagas de tu cuerpo el cubo de basura. Recuerda el punto 4: no te pases con la cantidad, si no quieres tener que comer sobras los demás días de Navidad. Y si, a pesar de todo, queda comida, puedes congelarla.

6. Ya que estas fiestas son sinónimo de comidas copiosas, hipercalóricas, hipergrasas e hiperproteicas, trata de hacer ejercicio moderado aprovechando las vacaciones. E intenta alargar el hábito todo el año.

7. Opta por una infusión de menta-poleo, manzanilla o hierbabuena después de las comidas. Además de facilitar la digestión, tienen un efecto antibacteriano.

8. Cúbrete las espaldas a tiempo y protege el hígado antes de las fiestas: los expertos aconsejan usar remedios naturales, como el cardo mariano, para no forzar en exceso este órgano diana, en el que se materializa el daño que provocan ciertas sustancias tóxicas que ingerimos.

9. Si no te preparas a tiempo, siempre puedes combatir los excesos a posteriori. Para ello son recomendables las hojas basales de alcachofa y el hinojo, que metabolizan las grasas, reducen el colesterol y tienen un efecto diurético y drenante.

10. Por último, ya que brindas por la salud, aplícate el cuento. No conviene amargarse, pero la gente con problemas como hipertensión, colesterol, triglicéridos suele olvidarse —demasiado— de ellos estos días... Recuerda, como bien dice Román, que igual que para ganar la lotería hay que jugar, para tener buena salud hay que cuidarse a tiempo.