Beatriz, enferma de cáncer en paro: "La vida no sigue adelante sin una mínima seguridad económica"

Beatriz, enferma de cáncer en paro: "La vida no sigue adelante sin una mínima seguridad económica"

Beatriz Figueroa forma parte de las buenas noticias en las estadísticas: ha vencido al cáncer de mama después de tres operaciones. Pero durante la lucha contra la enfermedad, esta periodista gallega ha pasado penurias que no tienen nada que ver con ella. Tienen que ver con la desprotección social que sufren los enfermos de cáncer en el paro.

Cuando fue diagnosticada, Beatriz se encontraba desempleada y se le había acabado la prestación. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) se negó a concederle la incapacidad total. Se sometió a tratamiento malviviendo con una pensión de 426 euros. Ahora lidera una lucha para que el Estado ayude económicamente a los enfermos crónicos y graves en situación de desempleo.

Esta gallega de 49 años describe la pensión que cobraba como "una 'tarifa plana' que no tiene en cuenta lo que has cotizado", que en su caso son 20 años. El INSS la consideraba "apta" para trabajar en plena quimioterapia postoperatoria. "Poniendo como excusa la crisis están denegando la incapacidad a muchos enfermos. No te puedes imaginar mi desesperación. Una amiga me recomendó pedir un préstamo y pagarlo cuando me recuperara", explica a El Huffington Post.

Pero Beatriz no podía pedir un préstamo porque siete meses antes se había comprado una casa y estaba pagando una hipoteca. También tenía que pagar el 40% del coste de sus medicinas. Sus padres han muerto y también ha perdido a su pareja. Está sola. "Subsistir con lo que recibía era imposible. Tuve que recurrir a amigos, familia lejana... La Administración no tiene alma. Consideran que 426 euros satisfacen las necesidades básicas de vivienda, comida y ropa", lamenta.

"LA ADMINISTRACIÓN ME VA A MATAR DE HAMBRE"

En su web La Vida No Sigue Igual, cuyo lema es "La Administración te mata de hambre", Beatriz pide al Congreso que garantice el cumplimiento del artículo 41 de la Constitución y se apoye de manera especial a los enfermos graves y crónicos en paro para que puedan enfrentarse a la enfermedad con tranquilidad. También ha puesto en marcha una petición en Change.org que ha estado entre lo más firmado de 2014.

Ella no disfrutó de esa estabilidad ecónomica. En mayo de 2013, Beatriz se puso en huelga de hambre "para evitar el suicidio". "No tengo padres, ni pareja, ni hijos... No tengo nada que perder", explica. "Antes tenía una vida normal, trabajaba, viajaba... Enfermar enferma todo el mundo pero la vida no sigue adelante sin una mínima seguridad económica", considera.

La huelga de hambre "no fue un éxito. Los ciudadanos me ignoraron, pasé inadvertida. Nadie se interesó por conocer mi situación", critica. En 2013, Beatriz se sometió a una tercera y última operación y le volvieron a denegar la incapacidad, por lo que decidió llevar su caso a los tribunales.

En noviembre de 2014, el juez le reconoció la incapacidad total, tres años y medio después del diagnóstico y tras tres denegaciones. Este reconocimiento sólo le ha supuesto un aumento de poco mas de 100 euros de pensión y no de forma retroactiva. El INSS ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

PROPOSICIÓN DE LEY

Un catedrático que fue su profesor en la universidad se interesó a principios de 2014 por su caso y le ayudó a redactar una proposición legislativa para pedir legalmente la cobertura económica excepcional de los enfermos crónicos o graves desempleados.

Beatriz recogió firmas para poder presentar la propuesta ante el Congreso. Una diputada del Bloque Nacionalista Gallego la llevó a la Cámara y toda la oposición votó a favor. "Pero el rodillo del PP y su mayoría absoluta la tumbaron. Con tan mala suerte que no hubo repercusión, porque sucedió el mismo día del contagio de ébola. Entré y salí del Congreso como un fantasma. No salí ni en la tele local", recuerda.

La periodista gallega continúa en tratamiento para evitar una recaída pero ha perdido movilidad en los brazos, sufre dolores musculares y siempre está cansada. Se siente ignorada por la sociedad. "Empecé sola y, 20 meses después, sigo sola. He pedido ayuda a partidos y movimientos sociales pero, cuando no estoy al 100%, las firmas no aumentan. Hay mucha solidaridad a golpe de 'clic'. No le des a 'me gusta', haz algo más", critica. "No queremos ser parásitos sino que se nos reconozca un derecho que debe existir en un Estado Social", explica.

UNA ENFERMA DE CÁNCER EN LA MAR

  5c8b62973b000070066d7450

Durante su lucha, Beatriz se ha convertido en consejera de otros enfermos de cáncer que se enfrentan al paro y la exclusión social o que no pueden seguir trabajando por las secuelas de sus tratamientos y operaciones pero no se pueden permitir dejar su empleo porque no recibirían ayudas públicas.

Es el caso de Raquel Castiñeira, que también tiene 49 años y también ha padecido y vencido un cáncer de mama. No está en el paro pero no puede dejar de trabajar, y su empleo es muy duro: es pescadora, y se echa a la mar a las seis de la mañana todos los días junto a su marido para cargar "hasta 32 kilos" de almejas.

Esta pontevedresa fue diagnosticada en 2010 y se cogió una baja para operarse. El INSS le concedió en 2012 la incapacidad permanente pero al año siguiente, aún en tratamiento, se la quitaron. Ha pedido que vuelvan a evaluarla pero se ha encontrado con que la consideran "apta" para seguir pescando. Está pensando en ir a juicio.

Raquel sufre secuelas de haberle extirpado los gánglios de la axila izquierda. Durante la jornada, levanta peso y hace mucho esfuerzo, dos cosas que desaconseja su médico de cabecera. "Al poco rato de cargar, el brazo se pone rojo e hinchado, un músculo se contrae y duele mucho", explica.

"Te pasas cotizando toda la vida y cuando necesitas ayuda no te la dan", critica Raquel. Lo que ganan no les da para contratar a alguien así que hace lo que puede, aunque sufre "bajones de depresión" de tanto en tanto. "Cuando veo a mi marido trabajando como un negro sin poder ayudarle, se me cae el alma y lloro", confiesa.

Raquel y Beatriz se conocieron a través de la campaña de esta última en Change.org. Son sólo dos rostros de los más de 200.000 enfermos de cáncer en España. Teniendo en cuenta la crisis económica, muchos de ellos se encontrarán en paro o no podrán dejar su trabajo para curarse.

Este Día Mundial del Cáncer, ambas mujeres se manifiestan ante el INSS de Vigo. Ya tienen más de medio millón de firmas pero necesitan 470.000 más para exigir al Congreso un cambio en la legislación que proteja y aporte estabilidad económica a los que luchan contra una de las enfermedades que más muertes causan en España.

Si quieres colaborar con Beatriz, firma su petición en