Vacunarse o no vacunarse: la polémica que recorre Estados Unidos

Vacunarse o no vacunarse: la polémica que recorre Estados Unidos

AFP

¿Hasta qué punto es obligatoria la vacunación de los niños? ¿Es fundamental o puede perjudicar a su desarrollo? ¿Hay que aprovechar ahora que las vacunas son tan accesibles para la población de los países más desarrollados? En Estados Unidos esta discusión está estos días más candente que nunca a raíz de un importante brote de sarampión y de las siempre (in)oportunas declaraciones de los políticos. Mientras que algunos como el presidente Barack Obama insisten en la necesidad de la vacunación, otros como el republicano Rand Paul señalan a las vacunas como las culpables de graves problemas de salud. Esto es lo que ha ocurrido las últimas semanas.

EL ORIGEN

Hay un lugar clave en la historia: Disneyland. En el parque que la empresa tiene en Anaheim (California, EEUU) se detectaron entre diciembre y enero múltiples casos de sarampión. El departamento de Salud Pública de California cree que el origen está en la visita de un afectado que acudió al centro de ocio entre el 15 y el 20 de diciembre.

El 25 de enero los casos ascendían ya a 68 en todo el Estado, y 48 de ellos con origen en el parque. Según las autoridades sanitarias estadounidenses, el 30 de enero los afectados ya llegaban a 102 (de los cuales un 40% eran menores de 20 años) y en 14 estados. El brote llegó a afectar a cinco empleados, y se extendió especialmente por California (con más de 90 afectados) y la costa oeste del país, pero también por otros estados como Arizona, Utah, Washington, Colorado, Oregón y Nueva York.

La polémica viene de antes: en el mes de abril ya hubo un rebrote de esta enfermedad. En 2014 llegó a haber más de 644 casos de sarampión detectados en 27 estados de Estados Unidos, según recoge el centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés)

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Quizá haya que mirar un poco más atrás y remontarnos a los 90. En 1998, un estudio (posteriormente desacreditado) que publicó la revista The Lancet afirmaba que el uso de vacunas contra el sarampión podría incrementar el riesgo de sufrir autismo. Eso, sumado a ciertas convicciones religiosas y éticas, ha hecho que miles de padres abandonasen progresivamente la vacuna.

Por tanto, aunque desde 2000 se considera que el sarampión es una enfermedad erradicada en Estados Unidos, poco a poco las tasas de vacunación han ido descendiendo, y ahora el 10% de los niños estadounidenses no han sido inmunizados. Aunque pueda parecer que el 90% de la población es suficiente para alcanzar la inmunización, tal y como explica a la CNN Cynthia Leifer, profesora de Inmunología de la Universidad Cornell , la clave está en llegar al 95%: con esa cantidad de vacunados la población está protegida de esta enfermedad que resulta más mortal de lo que se piensa. En 2013 fallecieron en el mundo 145.700 personas víctimas del sarampión.

A FAVOR DE LA VACUNACIÓN OBLIGATORIA

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene claro lo que los padres deben hacer: vacunar a sus hijos. Y para que le quedara claro a todo el país lo explicó en una entrevista a la NBC que se retransmitió el domingo, horas antes de la Super Bowl. "Entiendo que hay padres que podrían estar preocupados por el efecto de las vacunas", afirmó el presidente. "La ciencia es bastante discutible. Hay razones a favor y razones en contra. Para hacerlo y para no hacerlo". Tras esta introducción, el mandatario expuso una opinión contundente: "Deberían vacunar a sus niños". Y añadió: "Si aumenta lo suficiente el número de población sin vacunar... de repente serán mucho más vulnerables".

También la demócrata Hillary Clinton se ha alzado a favor de las vacunas en un tuit simple pero efectivo. "La ciencia es clara: la Tierra es redonda, el cielo es azul y las #vacunasfuncionan. Protejamos todos a nuestros niños #lasabuelaslosabenmejor".

Una de las voces fundamentales en política sanitaria en EEUU es el CDC y en concreto la de su director, Thomas Friedsen. Y ha sido más que contundente al respecto. En una entrevista con la cadena ABC aseguró que "la elección de no vacunar a su hijo también podría poner en peligro la salud de otros niños de su comunidad". Tras seguir la pista de un millón de vacunas y controlarlas durante un tiempo, el centro ha llegado a la conclusión de que no hay "consecuencias negativas a largo plazo". Como ha asegurado, "lo que hagas con tus propios hijos no sólo afecta a tu familia, sino también a otras muchas familias".

De este centro también han salido las declaraciones del epidemiólogo Paul Gastanaduy, quien ha explicado que la vacunación constituye una "barrera" que puede provocar brotes como el que afecta actualmente a varios estados: "La vacuna es efectiva, segura, y puede prevenir una enfermedad potencialmente seria".

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Dos republicanos, John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, y Mitch McConnell, líder de la mayoría en el Senado, también se han posicionado a favor de la necesidad de las vacunas. "Como víctima de la polio, soy un gran fan de las vacunas", explicó McConnell, quien a los dos años sufrió esta enfermedad, que le afectó a la pierna izquierda.

Boehner también ha defendido la necesidad de que "todos los niños deben ser vacunados", aunque señaló que quizás no sea necesaria una legislación a ese respecto. EEUU es un país en el que es complejo legislar a nivel nacional por dos motivos: porque los propios estados federales tienen muchas competencias propias y porque las libertades individuales (como el fuerte arraigo del uso de las armas y su enquistado debate) son la base constitucional. De ahí que toda proposición de ley que pueda entrar en el ámbito más personal queda desechada.

La filántropa Melinda Gates, esposa de Bill Gates, también quiso expresar su opinión en una entrevista en HuffPost Live. Afirmó que mientras que los padres de Estados Unidos no tienen claro si vacunar a sus hijos o no, en los países en desarrollo "caminan 10 kilómetros bajo el sol con sus hijos y hacen cola para conseguir una vacuna porque han visto la muerte. Hemos olvidado cómo son las muertes a causa del sarampión. Hemos olvidado... el azote que suponían. Pero en África las mujeres saben lo que es la muerte en los niños, y quieren que sobrevivan". No le faltó un aviso a sus conciudadanos: "Les diría a los estadounidenses: tenemos una tremenda suerte de tener esa tecnología, así que deberíamos sacarle todo el provecho".

Todas estas declaraciones se unen a lo dicho el pasado viernes por Anne Schuchat, directora del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de EEUU: "El sarampión es tan contagioso que si una persona está infectada, el 90% de los no inmunizados que están a su alrededor también se infectarán".

A FAVOR DE LA LIBRE ELECCIÓN

Más que posicionarse contra las vacunas, ciertas voces críticas están a favor de la libre elección, y de la existencia de una posible ley. A raíz de las declaraciones de Obama el domingo, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, pronunció una frase que levantó ampollas: "Entiendo que los padres necesitan tener un cierto grado de elección. Ese es el equilibrio que el Gobierno tiene que decidir". Christie es padre de cuatro hijos y explicó que todos ellos están vacunados.

Vista la polémica generada, Christie envió este tuit pocas horas después:

"Para ser claros: el gobernador cree que las vacunas son importantes para proteger la salud pública y con una enfermedad como el sarampión no hay duda de que los niños deben ser vacunados. Al mismo tiempo, distintos estados requieren distintos grados de vacunación; ese es el motivo por el que hacía una llamada al equilibrio por el que quien gobierna debe legislar". - Oficina del Gobernador Chris Christie

Más severo se ha mostrado el senador Rand Paul, también republicano. Durante una entrevista concedida a la CNBCafirmó que las vacunas deberían ser "una cuestión de libertad. "He oído hablar de muchos trágicos casos de niños normales, que caminaban y hablaban, y que acabaron con problemas mentales profundos tras las vacunas", explicó. Repreguntado por la periodista, Paul llegó a enfrentarse a ella y le pidió que no le interrumpiera.