Andreas Lubitz, el copiloto de Germanwings que accionó el "descenso voluntario"

Andreas Lubitz, el copiloto de Germanwings que accionó el "descenso voluntario"

Andreas Lubitz es el nombre del copiloto que pulsó el botón de descenso "voluntario" en el Airbus A320. Un alemán de 27 años procedente de Montabaur, en la región de Renania-Palatinado, en el oeste de Alemania.

Lubitz no estaba fichado por las autoridades judiciales ni tenía antecedentes terroristas conocido, le encantaba volar y no despertó las alarmas de nadie en los meses previos al accidente. Era "un joven completamente normal, agradable, divertido y educado", según sus conciudadanos. EEUU ha corroborado que no ha detectado ningún vínculo con el terrorismo.

La alcaldesa de Montabaur ha declarado a la agencia de noticias alemana DPA que Lubitz vivía con sus padres y tenía un piso en Düsseldorf, ciudad a la que se dirigía el avión siniestrado. Según los vecinos, Lubitz tenía un hermano pequeño que no vivía en la localidad y una novia con la que le gustaba hacer jogging. La policía alemana ya ha comenzado las investigaciones en la vivienda de los Lubitz:

Lubitz aprendió cuando tenía 15 años a pilotar planeadores en el club de vuelo de su localidad. Después se formó en las Escuelas de Vuelo de Lufthansa de Bremen y de Phoenix, Arizona. El joven obtuvo su licencia de vuelo en junio del año 2010 y habría tenido que renovarla dentro de tres meses.

En 2013, el joven obtuvo un certificado de la Federal Aviation Administration (FAA). Un "Andreas Guenter Lubitz" aparece en la base de datos de la FAA de septiembre de 2013, que recoge los nombres de aquellos que "han alcanzado o superado los exigentes estándares educativos y médicos establecidos por la FAA", ha revelado la Aviation Business Gazette.

El CEO de Lufthansa, Carsten Spohr, ha señalado que Lubitz interrumpió su entrenamiento hace seis años, algo "nada inusual" pero que sería investigado, ya que no se sabe qué ocurrió durante ese tiempo. La madre de uno de sus compañeros ha asegurado al Frankfurter Algemaine que Lubitz se sentía "agotado" y "tenía depresión".

SU SUEÑO SIEMPRE HABÍA SIDO VOLAR

De acuerdo con informaciones de AFP, Lufthansa contrató a Lubitz en septiembre de 2013 y el copiloto contaba 630 horas de vuelo. Por su parte, el comandante tenía más de 10 años de experiencia y más de 6.000 horas de vuelo en Airbus.

El copiloto era miembro del club de vuelo LSC Westerweld de Montabaur, que publicó un comunicado cuando aún se creía la hipótesis del accidente en el que contaba que el sueño de Lubitz siempre había sido volar.

Sus conciudadanos señalan que era un joven atlético y altamente cualificado, y estaba "feliz"porque había llegado a convertirse en piloto, su gran sueño, y no parecía tener problemas ni insatisfacción de ningún tipo, según The Guardian.

La familia Lubitz se ha desplazado hasta el lugar de los hechos pero no se ha juntado con los allegados de los pasajeros. Una familia "muy buena, con mucha conexión e involucrada en su comunidad", según declaraciones de los vecinos recogidas por CNN. La policía investiga las viviendas del joven:

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"UN JOVEN MUY SIMPÁTICO"

Sus paisanos de Montabaus, una pequeña ciudad de 12.000 habitantes, lo han descrito como "un joven muy simpático". Su vecino, Hans-Juergen Krause, asegura estar "en shock" tras la noticia. Armin Pleiss, director del instituto Mons-Tabor-Gymnasium, donde Lubitz se graduó en 2007, ha asegurado a Reuters que está sorprendido por las nuevas revelaciones.

"Era un tío completamente normal", considera Klaus Radke, el jefe del club de vuelo local donde Lubitz obtuvo su primera licencia de vuelo. El pasado otoño asistió a un curso impartido por Radke para refrescar esa licencia. "Daba buenas vibraciones. Era un chico muy amable, divertido y educado", añade.

"No tengo palabras. No me lo explico. Conociendo a Andreas, es inconcebible imaginarlo. Era un tipo muy divertido, aunque a veces algo callado. Era uno más entre los muchos chicos del club", comenta uno de sus compañeros, Peter Ruecker. "Tenía muchos amigos, no era solitario, estaba completamente integrado", asegura.

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Alguien ha dejado una vela encendida frente a la casa de Andreas Lubitz, el copiloto y principal sospechoso de haber provocado el accidente.

En su página de Facebook parece un joven normal, interesado en los gadgets y los aviones. Participaba en foros de pilotos y llevaba una vida activa, pues participaba a menudo en medias maratones con buenas marcas. En su perfil había colgado recientemente el link a una web de humor sobre lo que hacen los hombres cuando están solos.

Su vida social parecía centrada en la vecina ciudad de Koblenz, ya que menciona una bolera, una discoteca y un Burger KIng de esa localidad. Le gustaba la banda alemana de electrónica Schiller y el DJ francés David Guetta y también salir por la noche a bailar.

"No sé si estaba deprimido o enfermo pero nunca he oído que tuviera ningún problema", asegura un vecino de 22 años, Johannes Rossmann. Describe a Lubitz como un hombre tranquilo y de perfil bajo. "No creeré que tratara de matarse a sí mismo y se llevara la vida de otras personas por delante hasta que esté confirmado al 100%", ha añadido.

Hans-Dieter, un hombre de 50 años, luchaba por contener las lágrimas mientras hacía el trayecto desde su pueblo hasta la casa de Lubitz. "Quería saber dónde vivía el asesino", ha explicado. "Es como el noruego que se puso a pegar tiros a la gente", ha añadido, en referencia a Anders Breivik, un terrorista de la extrema derecha que mató a 77 jóvenes en 2011.

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La policía alemana se prepara para entrar en el piso de Lubitz en Dusseldorf.

"SU ACTITUD ERA IMPECABLE"

El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, ha asegurado que en la aerolínea y en su filial Germanwings están "devastados" por las últimas informaciones, que apuntan a que el copiloto del Airbus A320 estrelló intencionadamente el aparato.

"Ni en nuestras peores pesadillas podíamos imaginar algo así", ha señalado. Spohr ha insistido en que Lufthansa pone mucho cuidado en la selección de personal y que tanto el piloto como el copiloto habían pasado los exámenes técnicos y médicos, que descartan psicosis, drogadicción, trastorno bipolar, problemas de corazón y del sistema nervioso y epilepsia.

"Era apto al 100% y su actitud era impecable", ha afirmado respecto al copiloto. "No nos podíamos imaginar que pasaría esto", ha insistido. El Gobierno local asegura que la última investigación sobre el entorno de Lubitz (un procedimiento regular para pilotos que se produce cada cinco años) fue el 27 de enero y no se detectó nada inusual, según AP.